sábado, 28 de septiembre de 2013

Las oscuras acechanzas de Lincoln Díaz-Balart




Radio Martí sirvió de espacio el pasado día 24, a las 15 horas, para entrevistar a Lincoln Díaz-Balart en el programa Cuba al Día, con la conducción del insidioso Tomás Cardoso y el apoyo de otra miembro de su staff de detractores, Cary Roque. 

Varios fueron los temas que abordaron, tratando que el ultraderechista ahijado de la mafia cubano americana tomara posición en relación con varios acontecimientos, entre los que se encontró el fuerte ataque mediático contra Bahamas por la suerte de varios cubanos retenidos allí y otros 13 recientemente capturados por la Fuerza Aérea Real. 

Habilidosa y taimada, Cary Roque eludió el tema de los balseros retenidos en Bahamas, para cuestionar las nuevas reformas migratorias cubanas. En su intento de impostar una matriz de opinión, e ignorando que más de 184 000 cubanos han logrado viajar al exterior desde enero de este año –particularmente los mercenarios viajeros que cuentan con innumerables recursos-, la papagaya Roque puso en duda la validez de esta medida adoptada por el gobierno cubano. Para ella, supuestamente, los cubanos dudan sobre el alcance de estas medidas y especuló sobre la falta de recursos de los ciudadanos para costearse dichos viajes y estancias en el exterior. Ignoró, por supuesto, que esta limitación no afecta a los contrarrevolucionarios que ellos financian desde EE UU y Europa, para sostener la guerra ideológica anticubana. Ignoró también el alto porcentaje de negación de visas por parte de las cancillerías extranjeras, quienes apoyan una política selectiva y discriminatoria con los cubanos comunes.

De inmediato empezaron a cuestionar la falta de información por parte de la prensa en Cuba y cómo se ha pasado por alto la crisis creada en Bahamas con los balseros. Cuba ha presionado reiteradamente a EE UU por establecer salidas ordenadas y por vía legal de sus ciudadanos y no es responsable de que en el país del Norte aún se alienten las salidas ilegales y el impune tráfico de personas lo mismo por Bahamas, Ecuador, Honduras, México y otros países.

¿Por qué EE UU, no se cuestionan, no ha tomado serias medidas con los traficantes de personas, entre los que están involucrados grupúsculos mafiosos como la FNCA, a quien Kerry acaba de convertir en intermediario para hacer llegar la “ayuda” a los grupos de la contrarrevolución interna? Ese país es el único responsable por mantener políticas migratorias añejas que estimulan estos vicios y las muertes de cubanos en sus aventuras peligrosas para alcanzar el cacareado “sueño americano”.

Unos minutos después, a las 15:14, hizo su aparición Lincoln Díaz-Balart, quien luego de minuto de mutuas alabanzas, inició su manida perorata anticubana, tomando para sí, descaradamente, la figura de Martí, para especular sobre el fin de la Revolución. 

El connotado ultraderechista, sumido ahora en oscuros y secretos planes contra Cuba, de la que anhela utópicamente llegar a ser mandatario, augura con falta de sólidos argumentos la pronta caída de la Revolución. Sus enfermizas masturbaciones mentales y ególatra comportamiento, tan habituales en sus tertulias caseras, se han convertido en el hazmerreír de muchos en Miami, haciéndonos recordar aquellos programas de San Nicolás del Peladero, en los que Cristina, su esposa, funge como locuaz anfitriona y “primera dama”. Allí, reunidos sus hermanos José y Mario, algunas veces la Loba Feroz y otros connotados representantes de la línea dura, se traman complots y sueños, en un sainete repulsivo  y ridículo.

Taimado y manipulador, expresó: “Las cosas que se le ocurrían a Martí y le dijeron pero ¿por qué usted, cómo es que usted es optimista? Usted no ve que hay trescientos treinta mil soldados españoles en Cuba, con más de cincuenta generales. Bolívar nunca tuvo que pelear contra más de quince mil, el Gran Libertador, usted dice que es optimista. Cuando el gobierno español, dirigido por Carol de Castillo decía nuestra política es la de hasta la última peseta, hasta el último soldado. Nunca soltaremos a Cuba y Martí y además le dijeron los mambises, cuántos son, en definitiva lo que son activos, los que son activos en el movimiento independentista, cuántos son y Martí  dijo, no, no yo sí sé que Cuba va a ser libre  y tengo fe.

Otro equívoco de Lincoln se puso de manifiesto cuando, alabando a su padre, Rafael Díaz-Balart y a los grupos que iniciaron en terrorismo criminal en los primeros años de la Revolución como La Rosa Blanca, Alpha-66, la lucha en el Escambray, etc., pretendió especular que desde un inicio el pueblo se opuso a la Revolución, ignorando que fue el propio pueblo quien los combatió y los venció en heroica gesta.  Creer que todo el pueblo se opone a la revolución es una torpeza política y Lincoln cometió esa misma torpeza ante los micrófonos de Radio Martí. 

Como era de esperar, retomaron la reciente visita del compañero ministro de Comercio Exterior, Rodrigo Malmierca, a varios países asiáticos, así como el acuerdo cubano-brasileño para desarrollar el mega puerto de Mariel, para cuestionar la actual política de Obama con respecto a las tradicionales sanciones económicas y la continuidad de su política de bloqueo contra la Isla.  

Sin reparos mostro su posición recalcitrante: “Ah bueno muy importante, lo del embargo y fíjate la gran mayoría de la oposición en Cuba reconoce la importancia del embargo como un instrumento de la palabra en inglés muy buena dólares, algo para negociar, (…) …nosotros tenemos el Instituto La Rosa Blanca, propone por ejemplo, no podemos permitir, tenemos que hacer todo lo que esté a nuestro alcance, para que no suceda lo que sucedió al comienzo de la primera República que los independentistas, los mambises y sus descendientes estaban descapitalizados, el poder económico se mantuvo en manos de los que habían tenido el poder económico se mantuvo en manos de los que habían tenido el poder económico durante la colonia y eso incidió en la nueva república en la discriminación que hubo, precisamente contra los mambises y contra la única actividad donde los mambises, realmente podía comenzar a tener, hacer parte de la república que crearon que era la política, entonces se creo esa dicotomía, esa pelea entre la política y el poder económico, no tenemos que lograr un país donde el pueblo de Cuba tengo acceso al financiamiento, a crear cientos de miles de pequeñas empresas, entonces a través del Banco de Fomento de la pequeña y mediana empresa por ejemplo, sabemos que vamos a lograr, yo he hablado con mis amigos en el congreso de Estados Unidos y sabemos que en otros sitios del mundo también vamos a lograr  importantes, multimillonarias ayudas internacionales, una parte importante de esas ayudas internacionales tiene que ir al pueblo de Cuba, para que tengan financiamiento para la creación de cientos de miles de pequeños y medianos negocios, de pequeñas empresas, también las  inversiones internacionales Cuba logrará yo tengo entre mis clientes por ejemplo entidades corporativas que saben que cuando Cuba sea libre va a ser un mercado muy interesante, ah ellos y otros inversionistas tienen que saber que parte de sus inversiones tienen que ser reservadas para que los trabajadores en esas empresas tengan acceso a comprar acciones en esas empresas. Después pueden ir pagándolo con parte de su sueldo los trabajadores, pero imagínate una Cuba de propietarios y no proletarios, esa es la  Cuba a la que tenemos que aspirar.”

 La clara apología al capitalismo, al control burgués del estado, el descarado sobredimensionamiento de su rol en los mismos, evidencia que Lincoln es la carta de la ultraderecha conservadora norteamericana.  Cuenta para ello con el apoyo de los grandes monopolios de ese país y de los sectores extremistas del Congreso. A diario se le ve sonsacando a todo el que puede para medir si todavía ostenta el privilegiado papel del “elegido”, mientras trata a toda costa de diatribar contra quien le ensombrece como Yoani Sánchez, Carlos Alberto Montaner, Jorge Mas Santos, Armando Valladares y otros contrarrevolucionarios que gozan del favor de sus financistas. 

El vano sueño de los absurdos, devenido en enfermiza egolatría, propia de un señor que se ha involucrado sin vergüenza en sucias componendas, tramas criminales, corruptelas de todo tipo, sabotajes y terrorismo: todo en nombre de “la libertad” de Cuba. 

Lincoln pasará a la historia como un oscuro personajillo lleno de ambiciones, ignorado por las futuras generaciones de cubanos. Esa es la verdad.

Percy Francisco Alvarado Godoy.

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