El desarrollo del 68 periodo de sesiones de la Asamblea General de la
Organización de Naciones Unidas permite avizorar una nueva y contundente
derrota de la diplomacia yanqui en el tema del bloqueo económico, comercial y
financiero contra Cuba.
Ya son decenas los estadistas de varios continentes los que en sus
intervenciones recientes han condenado por ilegal el bloqueo de más de medio
siglo contra Cuba y han pedido a Washington que acate la resolución que en los
últimos 21 años ha aprobado en tal sentido la Asamblea General de la ONU.
El año pasado 188 de los 193 países miembros de la ONU votaron a favor
de la resolución presentada por Cuba contra el bloqueo, es decir más de 97 por
ciento de los integrantes del máximo organismo internacional.
Si se descuentan las dos abstenciones, de Islas Marshall y Micronesia,
en la votación en Nueva York del pasado 13 de noviembre, se verá que Estados
Unidos cuenta únicamente, como cada año, con el voto del régimen sionista de
Israel, al que el año anterior –y para vergüenza de Washington—se sumó el de
Palau, protectorado norteamericano del Pacífico con una población total de 20
mil 609 personas.
El fariseísmo de la política exterior de Estados Unidos, que insiste en
estos debates en que no se trata de un bloqueo, sino de un embargo, recibe año
tras año un amplio desmentido de Presidentes y Cancilleres de naciones de todos
los continentes que sufren también el impacto de la guerra económica de
Washington que ha ocasionado a Cuba pérdidas por más de un millón de millones
de dólares en el último medio siglo.
Los representantes de Estados Unidos hacen el ridículo desde 1992 en la
Asamblea General de la ONU al tratar de fundamentar su voto contra el proyecto
de Resolución que presenta Cuba, el cual recibe un aplastante respaldo incluso
de países aliados de Washington que también sufren por el alcance extraterritorial
de las leyes yanquis del criminal bloqueo, considerado como la mayor violación
de los derechos humanos que se ha cometido contra pueblo alguno en el último
siglo.
Pero el poderío económico y militar no le es suficiente a Estados Unidos
para callar las voces que se alzan cada año en este debate sobre el bloqueo,
del cual emerge fortalecida la imagen de Cuba, pequeño país latinoamericano
que, con el apoyo mundial, levanta su dignidad y su derecho a la independencia
y soberanía nacionales frente al gigante que pretende humillarlo y someterlo.
La derrota número 22 para la diplomacia yanqui, que debe producirse el
próximo 30 de octubre en la ONU, constituirá un triunfo moral de la Revolución
Cubana y también un mensaje de la inmensa mayoría de las naciones del mundo
contra el hegemonismo, la prepotencia y la soberbia de Washington.
(Para ALER – CONTACTO SUR fue un comentario de Pedro Martínez Pírez
desde Radio Habana Cuba)
Tomado de Moncada
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