Washington insiste en que el
presidente sirio, Bashar al Assad, dio la orden de emplearlas contra los
rebeldes. Moscú reitera que fue una provocación de los insurgentes para apurar
la intervención directa de EE.UU. en la guerra civil que devasta al país
mediterráneo. La ONU envió una misión a Siria para certificar la dimensión del
ataque que tuvo lugar en unos suburbios de Damasco el 21 de agosto pasado y
causó la muerte de centenares de civiles, muchos niños en particular. Obama
declaró inmediatamente que lo averiguado por la misión “no deja duda alguna” acerca
de la culpabilidad de Assad. Sin embargo, las 38 páginas del informe (//s3.documentcloud.org)
se limitan a certificar que ataque hubo, pero no indican quién lo desató.
Los miembros de la Misión de las
Naciones Unidas para investigar acusaciones de uso de armas químicas en Siria
(Unojsr, por sus siglas en inglés) asientan en su informe que dependieron de
las fuerzas rebeldes para inspeccionar la zona. Detectaron el uso inequívoco de
gas sarín y, a la vez, que había signos de que ciertas evidencias parecían
“trasladadas” y “posiblemente manipuladas”. Esto algo dice, pero no basta. Por
lo demás, la discusión EE.UU./Rusia sobre el tema, tampoco: es evidente su
inevitable cariz político. Ninguno de los dos poderes ha presentado hasta ahora
pruebas definitivas de lo que sostiene. La conclusión de que el gas usado es el
sarín poco ayuda: el gobierno sirio ha reconocido que posee un arsenal de armas
químicas y algunos grupos rebeldes se han jactado de su capacidad de producir
sarín en videos que subieron a YouTube (www.youtube.com, 5/12/12).
La organización de Profesionales
Veteranos de Inteligencia por la Salud informativa (VIPS, por sus siglas en
inglés) elevó a Obama un memo en que le señalan: “Lamentamos informarle que
algunos de nuestros viejos colegas nos afirman categóricamente que,
contrariamente a las declaraciones de su gobierno, las informaciones más
fiables indican que Bashar al Assad no es responsable del incidente químico que
mató e hirió a civiles sirios el 21 de agosto, hecho que también conocen los
servicios británicos” (//consortiumnews.co, 6/9/13). Integran VIPS doce ex
agentes de alto nivel de la Inteligencia estadounidense, entre otros Thomas
Drake, que fue un alto funcionario de la Agencia Nacional de Seguridad (NSA,
por sus siglas en inglés), el agente de la CIA retirado Larry Johnson y W. Patrick
Lang, ex alto funcionario de los servicios de Defensa, quienes firman el
documento.
VIPS había enviado a W. Bush un
memo similar cuando el entonces secretario de Estado, Colin Powell, pronunció
un discurso en la ONU presentando informaciones que justificaban la guerra
contra Irak y que resultaron falsas (//warisucrime.org, 5/2/03). “Entonces acordamos al
presidente Bush el beneficio de la duda, pensando que había sido inducido en
error o que estaba mal aconsejado”, se afirma en el documento dirigido a Obama.
VIPS acusa al director de la CIA John Brennan de “cometer un fraude idéntico al
del pre-Irak dirigido a los miembros del Congreso, los medios, el público y,
tal vez, a usted mismo”.
Según los agentes de la CIA que
atienden la cuestión siria –agrega el memo– “es evidente” que los hechos del 21
de agosto “no fueron producto de un ataque del ejército sirio con armas
químicas de nivel militar procedentes de su arsenal”. “Hemos sabido además
–añade– que el 13 y el 14 de agosto (es decir, una semana antes) las fuerzas de
oposición basadas en Turquía realizaron preparativos para una gran intervención
del ejército rebelde.” VIPS estima que estos hechos dan cuenta de “una
provocación, planificada de antemano de la oposición siria y de sus apoyos
turcos y sauditas”, que esperaban la inmediata intervención de EE.UU.,
anunciada luego por Obama.
El mandatario sigue con su
búsqueda de apoyos nacionales e internacionales a su voluntad de atacar a
Siria, pero los socios europeos no responden plenamente a su llamado. El
premier David Cameron sufrió una no pequeña humillación cuando la Cámara de los
Comunes rechazó su propuesta de que Gran Bretaña se sumara a la intervención de
EE.UU. (www.bbc.co.uk,
30/8/13). El socialista Hollande perdió apoyo de la opinión pública francesa
que, sin embargo, estuvo de acuerdo con la invasión a Mali. En EE.UU., la
mayoría rechaza un ataque a Siria: como señala el New York Times, “están cansados
de casi 12 años de guerra y temen caer en otra” (www.nytimes, 9/9/13).
La encuesta anual de
Transatlantic Survey, entidad que registra las opiniones imperantes en Europa y
EE.UU., reveló que el 62 por ciento de los estadounidenses y el 72 por ciento
de los europeos –Turquía incluida– se oponen a que sus gobiernos se involucren
en la guerra civil siria (www.jpost.com,
18/9/13). Pareciera que el horno no está para bollos.
Juan Gelman
* Publicado
en el diario "Página 12"
Tomado de La Polilla Cubana
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