domingo, 29 de septiembre de 2013

Uso irreal de fondos anticubanos.




    Muchos conocen la USAID (Agencia Internacional de Estados Unidos para el Desarrollo),  apodo con que se nombra al aparato que invierte decenas de millones de dólares de los contribuyentes de este país, en la subvención que grupos para sabotear interiormente algunas naciones y en nuestro caso los “vivos cubanazos” que han logrado crear y hacer funcionar para su peculio particular, la famosa y bien conocida “Industria Anticastrista” que desde Miami, se encargan de distribuir el sobrante, después de sacar los indicadores de “gastos administrativos”, en esos análisis de costos operacionales,  por hacer este “dificultoso” trabajo, de enviar unos dólares,  a los desconocidos,  minúsculos, inoperantes e  infelices disidentes cubanos de la isla.


  En otras palabras estos datos se muestran para  que los que se sientan aludidos, sobre todo en Cuba,  puedan  saber por dónde andan las cosas con los $ 20 millones de que dispone anualmente,  para tratar de derrocar al Gobierno Revolucionario de los cubanos.


   Según lo recogido, “este programa está dirigido a continuar mejorando las habilidades de los cubanos para que sean más capaces de abogar por las necesidades de la comunidad, lo que aumenta las expectativas y rendición de cuentas para mejorar la gestión pública” (¿?).


    Con rimbombantes nombres se muestra una lista de “gastos”, que tratan de justificar ante la inquisidora mirada de la contraloría estadounidense, que ha exigido pruebas de que en Cuba se realizan hechos que justifiquen esta “inversión”. Ahora se informa cómo y para qué se supone que se use ese dinero. A continuación el listado de los principales destinos de estos  gastos:


$ 4.000,000, para cultivar la capacidad analítica de la sociedad civil.


   1.350,000, para hacer entender el derecho de libre expresión y reunión.


   1.399,351, para hacer ejercer (los famosos) “Derechos Humanos”.


   1.704,050, para la producción y distribución de materiales subversivos.


   1.500,000, para el periodismo independiente.


   1.470,000, para empoderamiento de la comunidad a través de la acción.


      850,000, para herramientas digitales para la sociedad  civil.


      750,000, para la investigación de la producción.


      500,000, para el  sistema de justicia político independiente.


      895,194, para actividades de liderazgo.


      750,000, para derechos laborales. 


      259,342, para distribuir información no censurada.


      100,000, para alimentos y medicamentos de venta libre.


      500,000, para red de grupos de afrocubanos independientes.


      500,000, para sistema de justicia”no político” independiente.


    Y así sucesivamente hasta llegar a los 20 milloncitos, de los cuales se quedan en Miami, la inmensa mayoría, lo poco que resta se envía a los que tratarán de hacer realidad esta especie de “sueño de una noche de verano”, pero claro también después que se aseguren sus frijoles y algunas ropitas, que adquirirán con parte de ese poquito que se les manda, si es que les alcanza para eso.


  De cualquier  forma, la clara denuncia no es que la mayoría de la plata se queda en Miami, ni siquiera que se trata de aclarar qué uso se le da a estos presupuestos, que una vez, recientemente, fueron detenidos y cuestionados sus usos por el hoy Secretario de Estado, John Kerry y por poquito se acaba la chupeta para los mamalones de  este exilio histérico, cuando se descubrieron envíos de paquetes para la disidencia, que contenían costosos abrigos de piel, conservas de mariscos (que aquí en nuestro revuelto Miami, muy pocos pueden adquirirlos), juegos de videos para niños “disidentes”, relojes pulsera, etc., no,  nada de esto es tan importante como que una institución (agencia federal) del gobierno norteamericano, se dedica desfachatadamente a solventar el orden constitucional de naciones, que como Cuba, se consideran soberanas y las cuales son violadas constantemente al extremo de ser incluidas en los planes injerencistas de Estados Unidos, año tras año y sobre todo que se entreguen esos fondos a “administradores” de Miami.

Por Roberto Solís

Aparecido en El Duende

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