El periodista Rory Carroll del diario The Guardian,
autoproclamándose especialista en el tema Venezuela, de manera oblicua
ha lanzado graves acusaciones en torno a que el fallecido presidente de
Venezuela, Hugo Chávez Frías fue asesinado empleando un armamento
biológico producido en Estados Unidos dentro del mismo rango de los
“teóricos conspirativos que indagan acerca de extra terrestres en la
localidad de Roswell o que la NASA fabricó las fotografías del
aterrizaje en la Luna.” Cierto número de venezolanos y funcionarios
internacionales creen que un enemigo de manera encubierta introdujo una
forma agresiva de cáncer en el organismo del presidente de 58 años de
edad.
Carroll también señaló que el mismo Chávez creía que el cáncer que
acabó con la vida algunos líderes de América Latina, incluyendo al
presidente argentino, Néstor Kirchner a quien se le diagnosticó cáncer
al colon, al presidente brasileño, Luiz Inázio Lula da Silva, quien fue
tratado por un cáncer a la garganta, fueron víctimas de un complot de la
CIA dirigido contra líderes de izquierda. Curiosamente, Carroll sugiere
que el ex presidente de izquierda de Uruguay, Tabaré Vázquez, también
se recuperó de un cáncer. De hecho, Vázquez nunca tuvo cáncer, además
que él es un reconocido oncólogo educado en Francia. Si el ex presidente
del Paraguay, Fernando Lugo, quien el año 2012 fue derrocado por un
golpe de derecha apoyado por la CIA, se le diagnosticó un linfoma,
cáncer al sistema inmunológico. Carroll sencillamente proclama que como
los tres ex líderes se recuperaron no habría tal historia de armamento
biológico cancerígeno que involucre a Estados Unidos.
De manera muy conveniente Carroll omite el cáncer que ha afectado a
otros líderes latinoamericanos, incluyendo a la presidenta argentina,
Cristina Fernández de Kirchner, afectada por un cáncer en la tiroides y
la presidenta brasileña, Dilma Rousseff afectada por un linfoma. Luego
de iniciarse los diálogos de paz con las FARC de Colombia, el presidente
conservador Juan Manuel Santos le fue diagnosticado un cáncer a la
próstata.
El presidente encargado de Venezuela, Nicolás Maduro señaló que
Chávez sufrió una “agresión científica” de parte de los enemigos
históricos de Venezuela. El Departamento de Estado norteamericano
aseguró que la noción era absurda. El dirigente del partido comunista
ruso, Gennady Zyuganov indicó que estaba lejos de ser una coincidencia
que seis líderes de izquierda contrajeran cáncer aproximadamente en la
misma época. El mismo Fidel Castro, que fue blanco de varios intentos de
asesinato biológico por parte de la CIA, le reconvino a Chávez “cuídate
Hugo. Esta gente (los norteamericanos) ha desarrollado la tecnología.
Tienes que tener mucho cuidado.” Fidel Castro casi falleció víctima de
una misteriosa afección estomacal e intestinal que contrajo luego de
asistir con Chávez y Néstor Kirchner a dos eventos, La Cumbre de los
Pueblos y la reunión del MERCOSUR en el mes de julio del 2006 en
Córdoba, Argentina. Un cable fechado el 26 de julio del 2006 proveniente
de la embajada norteamericana en Buenos Aires, señalaba el disgusto de
Washington en torno a la presencia de Castro y Chávez con Kirchner en
Córdoba. “Lo que resulta notable de esta cumbre es el grado en que
Argentina y Brasil, los dos protagonistas principales del MERCOSUR desde
su fundación, desempeñaron papeles secundarios en esta cumbre, mientras
que Chávez y Castro fueron los dominantes.” De los tres participantes
en la Cumbre de los Pueblos, Kirchner y Chávez están muertos. Kirchner
murió de un repentino ataque cardíaco y Chávez de un agresivo cáncer que
se le manifestó en la zona pélvica. Chávez comentó que la probabilidad
de que tantos líderes latinoamericanos desarrollen cáncer al mismo
tiempo es “difícil de explicar.”
El general José Ornella, jefe de la Guardia Presidencial, dijo que
pasarían cincuenta años antes que los detalles de “la zarpa del enemigo”
incursa en la muere de Chávez emergiera en un documento desclasificado.
El general Ornella y otros podrían no tener que esperar otros
cincuenta años por la divulgación de documentación sobre el armamento
oncoviral de Estados Unidos. Los registros ya han sido desclasificados y
se encuentran disponibles, aunque muchos de ellos han sido destruidos
por la CIA bajo la dirección de Richard Helms a comienzos de los años
70.
Aunque la Convención sobre Armamento Biológico y Toxicológico de 1972
ratificada por Estados Unidos, la Unión Soviética y Gran Bretaña,
prohibía el uso y la posesión de armamento biológico, el ejército, la
División de Operaciones Especiales de la CIA en Fort Detrick, Maryland y
el Departamento de Servicios Especiales de esta, continuaron
almacenando y desarrollando reservas de agentes biológicos cancerígenos
para ser utilizados como armamento especial. Los agentes biológicos y su
armamento fueron desarrollados especialmente como parte del ultra
secreto Proyecto MKNAOMI, una operación conjunta llevada a cabo por la
CIA y el Instituto Médico Militar de Investigaciones de Enfermedades
Infecciosas, USAAMRIID, (sigla en inglés) ubicado en Fort Detrick.
Pero el empleo por parte de Estados Unidos de agentes cancerígenos
como parte de la guerra bacteriológica tuvo sus comienzos mucho antes
del inicio de la Guerra Fría y las primeras víctimas de tales armas
fueron latinoamericanos. En el año 1931 el Dr. Cornelius P. Rhoads, un
científico norteamericano blanco y racista y anti latinoamericanista
trabajando para el Instituto Rockefeller de Investigaciones Médicas en
San Juan, Puerto Rico, sometió a 13 puertorriqueños a experimentos
inyectándoles agentes biológicos cancerígenos. El presidente del Partido
Nacionalista de Puerto Rico, Albizu Campos, también conocido como El
Maestro, obtuvo una carta de Rhoads dirigida a un amigo en la que Rhoads
escribía lo siguiente sobre los puertorriqueños: “Yo podría tener aquí
un tremendo trabajo y estoy tentado de tomarlo. Sería el ideal excepto
por los puertorriqueños. Fuera de toda duda, son lo más sucio y flojo,
es la raza de hombres más degenerada y ladrona que jamás ha habitado
esta esfera. A mi me enferma tener que habitar la misma isla con ellos.
Son más ruines que los italianos. Lo que esta isla necesita no es un
servicio público de salud sino un tsunami o algo que extermine
totalmente a la población. Solo entonces podría ser habitable. Yo he
hecho lo posible para adelantar el proceso de exterminio matando a ocho
de ellos y transmitiendo cáncer a varios más, aunque esto último hasta
ahora no ha dado resultados…
La cuestión a considerar, el bienestar de los pacientes, no tiene
cabida aquí, de hecho todos los médicos se divierten abusando y
torturando a estos desgraciados sujetos.”
Albizu Campos envió su denuncia a la Liga de las Naciones pero sin
ningún resultado. En el año 1950 Albizu fue detenido durante la
represión contra las actividades del Partido Nacionalista de Puerto Rico
en la isla y fue sometido a envenenamiento y quemaduras por radiación.
No hay duda que Rhoads, quien dirigía el programa de armamentos
bioquímicos en Fort Detrick, el Campo de Pruebas de Dugway y el Centro
de Pruebas en el Desierto de Utah y la Zona del Canal de Panamá, se
vengó de Albizu Campos sometiéndolo a esos experimentos.
Rhoads luego fue ascendido a la dirección de la Comisión de Energía
Atómica, la cual sometió a ciudadanos norteamericanos a peligrosas
pruebas radioactivas.
Estando en prisión Albizu Campos sufrió un derrame cerebral el año
1956. El año 1964 fue indultado pero murió a poco salir de la prisión en
1965. The Guardian, el Departamento de Estado y el Pentágono pueden
machacar todo lo que quieran acerca de lo “absurdo” de la acusación y
sobre “teorías conspirativas” pero es un hecho que el líder nacionalista
puertorriqueño fue asesinado por el gobierno de Estados Unidos
empleando brutales experimentos médicos mientras él estaba en prisión.
Si eso es lo que Estados Unidos está dispuesto a hacer con sus propios
ciudadanos ¿a qué extremos sometería Estados Unidos a sus rivales
extranjeros?
El MKNAOMI planificó el asesinato de Fidel Castro y del Primer
Ministro del Congo, Patrice Lumumba, mediante armas biológicas
“exóticas”. La elaboración de estas armas estuvo a cargo del jefe de los
Servicios Técnicos de la CIA, Dr. Sidney Gottlieb. Otros programas de
armamentos bacteriológicos afiliados a la CIA y al ejército de Estados
Unidos llevaban los códigos de DORK y OFTEN/CHICKWIT.
El Instituto Nacional del Cáncer, al tiempo que busca curas para el
cáncer, produce derivados para un proyecto forjado por una agencia de
inteligencia, denominado Proyecto Oncoviral para el desarrollo de
agentes biológicos cancerígenos para aplicaciones militares. El trabajo
se realizó en Fort Detrick y luego después de la Convención sobre Guerra
Bacteriológica de 1972 que fue firmada por el presidente Richard Nixon,
el trabajo secreto para “la producción en gran escala de virus
cancerígenos y sospechosos de ser cancerígenos” siguió adelante con un
resultado neto en 1977 de la exitosa producción y almacenamiento de 60
mil litros de productos cancerígenos e inmunosupresores.
El año 1970 el Sub Director de Planificación de la CIA, Thomas
Karamessines, recomendó que si se ratificaba la Convención sobre Guerra
Bacteriológica, las reservas de agentes de guerra bacteriológica debían
ser transferidas desde Fort Detrick hacia el Centro de Investigaciones
de Huntington de la compañía Becton-Dickinson en Baltimore.
El programa secreto forjado por el Departamento de Estado y la CIA en
Fort Detrick incluía reservas de toxinas que causan envenenamiento
letal de alimentos. Otros proyectos de investigación incluían la
transmisión de virus cancerígenos por vía de aerosoles y la producción
de “especies saltarinas” como vectores de virus cancerígenos que pueden
saltar desde especies animales hacia humanos.
Una de las primeras víctimas del programa de bio-asesinatos de la CIA
pudo haber sido el primer presidente de Angola, Agostinho Neto. Neto
fue blanco de la CIA violando la prohibición del congreso. Él
rápidamente desarrolló cáncer y murió en un hospital de Moscú en 1979 a
la edad de 57 años. Otra probable víctima de la CIA es el ex presidente
chileno, Eduardo Frei, quien devino en un franco adversario del dictador
instalado por la CIA, Augusto Pinochet. Frei murió en un hospital de
Santiago de Chile el 22 de enero de 1982 luego de contraer una
sospechosa infección luego de una operación de rutina.
La CIA es pionera en el empleo de agentes cancerígenos que pueden
infectar a sus víctimas a través de inyecciones, inhalaciones, contacto
epidérmico a través de ropa contaminada, especialmente ropa interior lo
cual resulta pertinente con respecto a la formación de una agresiva
formación cancerígena en la región pelviana de Chávez; y contacto con su
sistema digestivo a través del consumo de alimentos, bebidas e incluso
crema dental contaminados.
Existe tal cantidad de documentación sobre el empleo por parte de la
CIA de armamento cancerígeno contra sus enemigos que la existencia de
tales armamentos no es el problema. El problema verdadero para Venezuela
y otros países atacados es determinar cómo los agentes cancerígenos son
inoculados y las identidades de los asesinos y de los futuros asesinos.
Nota.- Sus comentarios y opiniones acerca de este artículo serán bienvenidos en: editorial@strategic-culture.org
WAYNE MADSEN / Aporrea.org
Tomado de Contrainjerencia
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