Cuando los votos
consagran al exponente de la derecha neoliberal Mauricio Macri como nuevo
presidente del país del sur, ya se avizoran realineamientos en la política
exterior colombiana y continental. Consolidación de la Alianza del Pacífico que
beneficiará a Santos y a los EEUU, obstáculos en el apoyo a los procesos de paz
y debilitamiento del bloque progresista que encabezan Venezuela y Bolivia en la
región.
“Macri es Uribe”, había
simplificado el politólogo Atilio Borón días antes de las elecciones. La frase
constituyó un golpe de efecto tendiente a asociar al candidato argentino con
las voluntades guerreristas que se le conocen al expresidente colombiano Álvaro
Uribe en el exterior.
Con ese diagnóstico
coinciden los residentes en Argentina del movimiento político colombiano Marcha
Patriótica, quienes interpretan que el cambio de gobierno implicará “un
retroceso en el apoyo a los diálogos de Paz entre el gobierno colombiano y las
FARC en La Habana, y los que están por comenzar con el ELN. Macri, Uribe y
demás derechistas son ´enemigos declarados de la Paz´, sus proyectos nos ponen
ante el reto histórico de organizar la estrategia bolivariana de independencia
y Patria Grande”, definen.
Otros análisis ponen
el foco en el beneficio que el gobierno colombiano obtendría en el plano
latinoamericano: “Con el nuevo gobierno de derecha en Argentina el presidente
Santos gana un nuevo e importante aliado en el ajedrez de la geopolítica
regional”; explica Gerardo Szalkowicz, periodista de la Agencia de Nodal –
Noticias de América Latina y el Caribe y editor de la sección Internacional del
portal Marcha Noticias de Argentina. “Mauricio Macri significa una
incorporación estrella al equipo que comanda la ´restauración conservadora´ en
América Latina bajo la tutela estadounidense, que tiene como punta de lanza a
la Alianza del Pacífico”.
Resumen
Latinoamericano / Colombia Informa
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