viernes, 27 de noviembre de 2015

Rusia aprieta las tuercas a Turquía.



El presidente turco, Recep Erdogan y su hijo Bilal

Fuentes de inteligencia especulan hoy que el presidente Putin ha autorizado una serie de acciones como represalia contra el gobierno turco de Recep Erdogan, a causa de sus vínculos directos con el derribo del Sukhoi Su-24M el 24 de noviembre pasado en Siria, articuladas para dañar al mismo y sin afectar a dicha nación de manera directa.

Rusia tiene la certeza ya de que esta acción fue planificada de forma deliberada por varios estamentos dentro del gobierno turco, vinculados al Estado Islámico, y por la CIA. Una de estas personas es el hijo de Erdogan, Bilal. Estos elementos participan en un esquema que hace recordar el Irangate, en este caso un esquema de petróleo a cambio de armas.


Bilal Erdogan ha dirigido este esquema que ha producido al Estado Islámico cuantiosas y millonarias cifras a cambio del petróleo extraído en las regiones controladas por este grupo terrorista. Quien vende las armas a los terroristas es la Organización Nacional de Inteligencia de Turquía (MIT), lo que fue documentado por dos periodistas turcos acusados de espionaje, entre ellos el editor jefe del periódico turco Cumhuriyet, cuyo arresto informamos hoy en este blog.

El golpe de las  Fuerzas Aeroespaciales rusas contra los camiones cisternas que transportaban el petróleo extraído de Siria por el Estado Islámico -1,000 de los cuales habían sido eliminados una semana antes del derribo del Su-24M-, fueron la causa de la decisión de Bilal Erdogan, el MIT y la CIA para provocar el artero derribamiento del avión ruso. Fueron ellos los que presionaron al premier turco Ahmet Davutoglu a dar la orden personal para el derribo, hecho ya premeditado por los conspiradores.


Hasta el momento las explicaciones turcas sobre el incidente son imprecisas y llenas de falacias, sobre todo con respecto a una supuesta violación del espacio aéreo turco por parte del avión ruso y sobre las inventadas advertencias hechas al mismo. No existe hasta el momento una prueba sostenible al respecto. El propio gobierno turco se ha negado a hacer públicas las grabaciones hechas al avión ruso por parte de controladores aéreos militares de ese país. ¿Por qué ese secreto?

Varias son las medidas adoptadas por Rusia para proteger a sus aviones y algunas de ellas tienen carácter disuasivo. Tal es el caso de la presencia del crucero Moskva y la instalación de complejos misilísticos S-400 Triump, los cuales han logrado el propósito de hacer que Turquía retire a sus aviones del espacio aéreo sirio. Con ello se logra el propósito de advertir que Rusia derribará o atacará cualquier objetivo que pueda resultar una amenaza real para sus fuerzas aéreas.

Turquía ha aumentado las tensiones en la región al desplazar por ferrocarril a la zona de Gaziantep, en la frontera con Siria, más de una veintena de tanques, así como ha incrementado en 18 aviones más a sus fuerza aérea de patrulla en dicha área.


Todo ello ha llevado a Rusia a trazar otras acciones de mayor envergadura dirigidas a afectar directamente al gobierno turco, tales como el recorte de los intercambios comerciales con Turquía, la restricción de ciertos proyectos de alto precio para Turquía como lo es la central nuclear que Rusia construye allí y el gaseoducto sur, entre otros. Al respecto, el ministro de Economía, Alexei Ulyukayev dijo que Moscú podría poner límites a los vuelos desde y hacia Turquía, poner alto a una zona conjunta de libre comercio, y restringir los proyectos de alto perfil, incluyendo el gasoducto TurkStream y una planta de energía nuclear de $ 20 mil millones que Rusia está construyendo en Turquía.

Rusia devenido en el tercer principal en Turquía está dispuesta a sustituir el mercado turco por productos israelíes e iraníes, con lo que golpearía seriamente a la economía turca.



También Rusia podría revertir su posición sobre exención de visado entre ambas naciones, prevista para el primero de enero de 2016.

Dentro de estas medidas de tipo económico, se distingue la postura rusa de enviar a sus fuerzas especiales, Spetsnaz, en el territorio sirio kurdo para ayudar a los combatientes kurdos en sus enfrentamientos contra terroristas del Estado Islámico, lo que colocaría a Erdogan en un serio problema, ya que de los más de 300 ataques que Turquía dice haber realizado contra terroristas solo tres han sido contra el ISIS mientras el resto ha sido contra los combatientes kurdos.

Una de las cuestiones puestas sobre el tapete es si EEUU saldrá en defensa de Turquía, sabedores las baterías de misiles Pariot norteamericanas, aunque fueron retiradas en octubre supuestamente, se han mantenido activos varios de ellos de común acuerdo con la OTAN para reforzar las defensas turcas, según destacó en agosto US Defense News.

En este escenario, salvo las bravatas hechas por Erdogan sobre si un avión turco fuera derribado por baterías S-400 sería considerado un acto de hostilidad, cabe señalar que Turquía se encuentra en un verdadero atolladero del que le resulta difícil salir, más cuando la acción cometida contra el avión ruso es seriamente cuestionada hasta por sus tradicionales aliado que no creen sus invenciones ni justificaciones al respecto.


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