viernes, 20 de septiembre de 2013

Siria: Cuando la candela es brava, hasta el dragón respeta


kerry lavrov

Cuando todo hacía indicar que EE.UU y el “Eje de la Guerra” lanzarían la operación final para derrocar al gobierno Sirio y de los sirios, se produce un impasse como consecuencia de la propuesta rusa de eliminar los arsenales de armas químicas que tiene Siria. De esta situación surge una interrogante ¿Se detendrá la guerra en Siria si se destruyen los arsenales de armas químicas que el gobierno de este país posee?

El tema sirio está en el “Top Ten” de los medios masivos de difusión de aliados y enemigos del pueblo sirio. Es difícil abrir cualquier servicio noticioso, aunque su temática principal no sea política, que no hable de Siria.

Existe a mi entender un problema de definición de premisas, en el cuál se pierde la perspectiva para realizar el análisis, no solo del problema en Siria, sino y en otras áreas conflictivas en el mundo.

Para comenzar debemos analizar estas premisas y dejar claro que ocurre, porque ocurre y cuáles son los verdaderos objetivos y actores en el tema.

Hemos escuchado en estos días con frecuencia el concepto de que “Rusia ha salvado al gobierno de Obama con su propuesta de poner bajo control internacional las armas químicas en poder del Ejército Sirio”.

Para muchos analistas esta es una movida que pone a EE.UU en “posición defensiva” y lanza a primeros planos a Rusia como potencia mundial que juega un papel en la solución del conflicto. Por otro lado, se argumenta que el gobierno norteamericano no se ve en la “obligación” de lanzar un ataque a Siria e involucrase en una guerra de imprevisibles consecuencias.

Ante todo, este enfoque parte de premisas equivocadas y de ahí su errónea formulación.

En Siria hay una guerra desde hace varios años, esta ni siquiera comenzó con las revueltas de hace dos años en el país, sino mucho antes donde la Influencia Psicológico informativa fue preparando el terreno para producir el cambio de Gobierno a un “régimen” más dócil a EE.UU. De lo que se trata ahora es de una escalada de esa guerra.

Por otra parte es necesario considerar que en Siria no hay una guerra civil, como algunos sugieren, sino una invasión armada, financiada y estimulada por potencias extranjeras.

Es increíble cómo se obvia este hecho a pesar de las innumerables pruebas y evidencias del apoyo logístico, financiero y militar que están recibiendo las fuerzas que componen el llamado “Ejercito Libre Sirio”. No se trata de informes de inteligencia ni especulaciones de los defensores de la teoría de la conspiración.

EE.UU y sus aliados ya no se esconden para decir y anunciar su abierto apoyo a los mercenarios y de todos son conocidas las bases en que se preparan, de donde vienen las armas y financiamiento y como las emplean contra la población en Siria.

Hoy otro elemento que distorsiona los análisis que se hacen del conflicto sirio y es el relacionado con la propuesta en sí de eliminar el arsenal de armas químicas en poder del Ejército Sirio. Cabría preguntarse si esta será en verdad la solución del problema.

¿Ha utilizado el Ejército sirio estas armas de destrucción masiva? ¿La destrucción de este arsenal detendrá su uso en el conflicto?

Las evidencias han demostrado con absoluta claridad que no fue el Ejército Sirio el que empleo las armas químicas, fueron los mercenarios con el objetivo de buscar una justificación a la escalada occidental en el conflicto, por lo que la eliminación de este armamento en poder del Ejército gubernamental no resuelve el problema, hay que ante todo evitar que lo sigan poseyendo los mercenarios, pero esto no está incluido en la propuesta rusa.

Como se entiende que una propuesta que debe resolver un conflicto vaya encaminada a desarmar a las víctimas, está documentado también el empleo de estos medios contra los soldados del Ejército Sirio, y se pretenda no hacer nada contra los transgresores, los mercenarios.

Es también necesario destacar que los analistas fallan en la forma en que ven a EE.UU como parte de la solución del problema sirio, cuando en realidad es la razón del conflicto. Cualquier acción que se trate de hacer con el consenso norteamericano, fracasará si no implica el derrocamiento del Gobierno en Siria. No se puede ser juez y parte en una situación como esta.

EE.UU no está buscando solucionar el conflicto, ellos crearon este conflicto y no se van a detener si no son derrotados u obligados a retroceder gracias a la posición firme de los involucrados.

Aunque parezca duro aseverarlo, el conflicto sirio solo se resolverá por las armas y cualquier otra opción está condenada al fracaso, por una sencilla razón: “Los EE.UU no se detendrán en su proyecto hegemónico mundial y Siria es la pieza que le toca caer ahora, aunque no la única”.

La propuesta rusa adolece de una falla estructural, desarma al agredido y mantiene con vida al agresor, ese es el objetivo norteamericano y eso explica porque Washington se detuvo ante la propuesta rusa. Esta propuesta va en la dirección que ellos desean y solo por esto es bienvenida.

Hoy son las armas químicas, mañana serán los aviones de combate, pasado los sistemas de cohetería antiaérea y cundo estén desarmados harán lo mismo que con Khadafi, algunos golpes aéreos, grupos de Fuerzas de Operaciones Especiales y Siria se convertirá en una estrella más de la nueva bandera de la calavera y los huesos cruzados.

Desgraciadamente este film ya lo vimos en la antigua Yugoslavia, donde la propuesta rusa de aceptar las condiciones que impuso occidente para detener las acciones, solo conllevó al derrocamiento del Gobierno Yugoslavo y al posterior enjuiciamiento y asesinato del Presidente Milosevic.

En el momento de la propuesta, la OTAN estaba desgastada y el Ejército Yugoslavo no había sufrido bajas considerables. El resultado final fue el derrocamiento de un gobierno legítimamente constituido y la instauración de una marioneta al servicio de los intereses de occidente.

Muchos piensan que fue la propuesta de eliminar las armas químicas en manos del Ejército sirio la que detuvo el supuesto ataque de EE.UU y sus aliados occidentales. Pero esto no es exactamente así.

Lo que detuvo la decisión de lanzarse a conquistar Siria fueron, primero que todo, los barcos de guerra rusos que han sido enviados a la zona, con el declarado objetivo de apoyar al Gobierno sirio si es atacado por los EE.UU.

En una segunda instancia, las declaraciones decididas del Presidente ruso Vladimir Putin de que no permitirá un ataque directo de EE.UU contra Siria y en caso de ocurrir lo considerarán una agresión y por lo tanto asistirá al gobierno de ese país en su defensa.

Por demás, la posición iraní y de Hezbolla de apoyar a Siria en caso de un ataque masivo por parte de EE.UU, es otro elemento de contención ante la situación creada.

Por último el propio pueblo y Gobierno sirios están dando la respuesta necesaria a los agresores y esto también juega a la hora de decidir el ataque.
Pero en el enfoque ruso hay otros puntos flacos y están relacionados con su visión de que “se tiene que evitar” que Siria sea atacada. De hecho Siria está siendo no solo atacada desde hace rato, sino y que su infraestructura está siendo devastada por los mercenarios que no les interesa que se preserve nada, ni siquiera los centros culturales. Como mercenarios al fin, solo les interesa destruir y ganar con lo que hacen.

De hecho si analizamos con calma la situación, esta propuesta encaja en el proyecto norteamericano, pues deja la sensación primero de que el gobierno sirio es culpable del uso de las armas químicas y segundo permite seguir destruyendo al país y debilitando la capacidad de resistencia del pueblo y gobierno ante la agresión externa.

Es por todo ello que podemos concluir que:
  • La propuesta rusa beneficia más a los norteamericanos que a los sirios.
  • Cuando se le pone la mano dura a EE.UU y no se le dan concesiones, el imperio flaquea.
  • EE.UU continuará con su agresión a Siria utilizando a sus aliados y tratará de buscar otra justificación para lanzar el asalto final.
  • Los sirios deben perfeccionar sus métodos de defensa y emplear a todo el pueblo (no solo a las Fuerzas Armadas), en la defensa de la nación.
Las cartas están echadas y EE.UU está ante una disyuntiva, o prosigue su proyecto y asume sus posibles consecuencias o se convierte en el hazme reír de los demás países.

Sea quien fuere,  el que lleve las propuestas al gobierno sirio  de cómo arreglar esto de forma “pacifica”, está cavando la tumba de Al-Assad y todo el que lo apoye.

El que tiene un derecho no obtiene el de violar el ajeno para mantener el suyo.

DAVID URRA / CONTRAINJERENCIA

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