domingo, 10 de mayo de 2015

La CIA, la contra, y la droga


La investigación sobre la conexión entre las operaciones de la CIA, la 'Contra' y el tráfico de cocaína, fue la gloria y a la vez el martirio del periodista estadounidense Gary Webb.  Su trabajo develó como la CIA (Agencia Central de Inteligencia) y la DEA (Administración para el Control de Drogas) autorizaban a capos de la droga nicaragüenses traficar cocaína para secretamente recaudar dinero para la guerrilla contra-revolucionaria en los años 80.

La película “Maten al mensajero"(Kill the messenger) del director Michael Cuesta, que se estrenó esta semana en los cines nacionales, retoma la investigación del periodista y las consecuencias que desató. En Nicaragua el hecho tuvo poca atención a finales de los años 90, pero en Estados Unidos desencadenó una guerra mediática que terminó por desautorizar moralmente a Webb. En 2004, sin trabajo, con sus relaciones familiares destruidas, Webb se quitó la vida.

Cuando publicó la historia para el periódico regional californiano San Jose Mercury News en 1996, Webb reveló el vínculo entre el apoyo del mandato del presidente Ronald Reagan a la ‘Contra’ y la epidemia del crack, enfocada en los barrios de afro descendientes de Los Angeles. Los grandes medios de ese país- The New York Times, The Washington Post y Los Angeles Times- cuestionaron la credibilidad de la investigación, usando a la CIA como fuente principal.

"Esta historia tiene grandes lecciones. Como el sistema de propaganda del gobierno de EEUU, a través de los grandes medios terminan desprestigiando completamente la labor de Gary Webb al punto que con el último informe de la CIA, tiene  dos perfiles, el perfil del periodista negligente mentiroso y el otro que lo reivindica, que lo pone casi al nivel de un héroe", indicó en entrevista con el programa Esta Semana el experto en seguridad Roberto Orozco, quien fue el contacto periodístico de Webb para su investigación en Nicaragua en 1993.

Webb ganó un premio Pulitzer por la serie "Dark Alliance" (alianza oscura), que después se convirtió en un libro. Pero posteriormente su periódico le retiró el respaldo y se retractó. "Es la historia de un periodista que destapa una olla de podredumbre, que el sistema lo persigue, lo aplasta y lo arrincona y que al final muere de una manera dramática”, comentó el periodista y director de Esta Semana Carlos F. Chamorro.

En un artículo publicado en 2012  para el portal “Consortium news”, el periodista Robert Parry, quien fue el primero en descubrir s la conexión del tráfico de drogas y el apoyo económico a la ‘Contra' a mediados de los 809, relata su visión del caso Webb y la deuda que la historia de Estados Unidos tiene con el reportero.  "Al día de hoy, ninguno de los periodistas o críticos de los medios que participaron en la destrucción de Gary Webb han pagado un precio por sus acciones. Ninguno se ha enfrentado a la clase de humillación que Webb tuvo que soportar. Ninguno tuvo que experimentar ese dolor especial de defender la grandeza en la profesión del periodismo - tomando en cuenta que era una historia difícil, que busca acusar a los poderosos como responsables de delitos graves- y luego ser vilipendiado por sus propios colegas,", expresó

Los capos nicaragüenses de la droga

En la historia revelada por Gary Webb, dos nombres resaltan como los principales operadores del tráfico de droga. Ambos nicaragüenses. Norwin Meneses Cantarero, un conocido narcotraficante, vinculado a la contra, que fue capturado en Nicaragua por la Policía Nacional en 1992. "Nosotros penetramos la banda de Meneses. Fue la primera gran incautación de droga en Nicaragua. 750 kilos estaban en una quinta que habían alquilado y los agarramos con las "manos en la masa", con la cocaína embutida en tubos de PVC”, relató el ex jefe policial, René Vivas.

"Cuando capturamos a Meneses, a mi me sorprendió que tenía una gran cantidad de contactos de oficiales de la DEA, en Centroamérica e inclusive en Miami, y de algunos miembros de la embajada americana. Él se sentía medio amparado y siempre de alguna manera daba a entender que era una operación facilitada por la DEA", añadió Vivas.

Durante su visita a Nicaragua en 1993 Webb entrevistó a Meneses (protagonizado por Andy García en la película) en el sistema penitenciario de Tipitapa.  

El otro capo nicaragüense es Oscar Danilo Blandón Reyes, el operador en Estados Unidos. Blandón fue capturado en Los Ángeles cuando realizaba operaciones de narcotráfico, y excarcelado a cambio de convertirse en un 'soplón' para DEA.

Para el ex jefe policial René Vivas, Blandón estaba amparado por su conexión política y por eso tampoco pudo ser encontrado por Webb. "Danilo era el típico delincuente que negocia con la fiscalía, como testigo protegido, lo va a decir al juicio para poder encontrar cargos y pruebas contra otros. El fue el jefe el creador de la red de la CIA”, afirmó Vivas.  

Danae Vilchez/ http://www.confidencial.com.ni
La investigación sobre la conexión entre las operaciones de la CIA, la 'Contra' y el tráfico de cocaína, fue la gloria y a la vez el martirio del periodista estadounidense Gary Webb.  Su trabajo develó como la CIA (Agencia Central de Inteligencia) y la DEA (Administración para el Control de Drogas) autorizaban a capos de la droga nicaragüenses traficar cocaína para secretamente recaudar dinero para la guerrilla contra-revolucionaria en los años 80.
La película  "Maten al mensajero"(Kill the messenger) del director Michael Cuesta, que se estrenó esta semana en los cines nacionales, retoma la investigación del periodista y las consecuencias que desató. En Nicaragua el hecho tuvo poca atención a finales de los años 90, pero en Estados Unidos desencadenó una guerra mediática que terminó por desautorizar moralmente a Webb. En 2004, sin trabajo, con sus relaciones familiares destruidas, Webb se quitó la vida.
Cuando publicó la historia para el periódico regional californiano San Jose Mercury News en 1996, Webb reveló el vínculo entre el apoyo del mandato del presidente Ronald Reagan a la ‘Contra’ y la epidemia del crack, enfocada en los barrios de afrodescendiente s de Los Angeles. Los grandes medios de ese país- The New York Times, The Washington Post y Los Angeles Times- cuestionaron la credibilidad de la investigación, usando a la CIA como fuente principal.}
"Esta historia tiene grandes lecciones. Como el sistema de propaganda del gobierno de EEUU, a través de los grandes medios terminan desprestigiando completamente la labor de Gary Webb al punto que con el último informe de la CIA, tiene  dos perfiles, el perfil del periodista negligente mentiroso y el otro que lo reivindica, que lo pone casi al nivel de un héroe", indicó en entrevista con el programa Esta Semana el experto en seguridad Roberto Orozco, quien fue el contacto periodístico de Webb para su investigación en Nicaragua en 1993.
Webb ganó un premio Pulitzer por la serie "Dark Alliance" (alianza oscura), que después se convirtió en un libro. Pero posteriormente su periódico le retiró el respaldo y se retractó. "Es la historia de un periodista que destapa una olla de podredumbre, que el sistema lo persigue, lo aplasta y lo arrincona y que al final muere de una manera dramática”, comentó el periodista y director de Esta Semana Carlos F. Chamorro.
En un artículo publicado en 2012  para el portal “Consortium news”, el periodista Robert Parry, quien fue el primero en descubrir s la conexión del tráfico de drogas y el apoyo económico a la ‘Contra' a mediados de los 809, relata su visión del caso Webb y la deuda que la historia de Estados Unidos tiene con el reportero.  "Al día de hoy, ninguno de los periodistas o críticos de los medios que participaron en la destrucción de Gary Webb han pagado un  precio por sus acciones. Ninguno se ha enfrentado a la clase de humillación que Webb tuvo que soportar. Ninguno tuvo que experimentar ese dolor especial de defender la grandeza en la profesión del periodismo - tomando en cuenta que era una historia difícil, que busca acusar a  los poderosos como responsables de delitos graves- y luego ser vilipendiado por sus propios colegas,", expresó
Los capos nicaragüenses de la droga
En la historia revelada por Gary Webb, dos nombres resaltan como los principales operadores del tráfico de droga. Ambos nicaragüenses. Norwin Meneses Cantarero, un conocido narcotraficante, vinculado a la contra, que fue capturado en Nicaragua por la Policía Nacional en 1992. "Nosotros penetramos la banda de Meneses. Fue la primera gran incautación de droga en Nicaragua. 750 kilos estaban en una quinta que habían alquilado y los agarramos con las "manos en la masa", con la cocaína embutida en tubos de PVC”, relató el ex jefe policial, René Vivas.
"Cuando capturamos a Meneses, a mi me sorprendió que tenía una gran cantidad de contactos de oficiales de la DEA, en Centroamérica e inclusive en Miami, y de algunos miembros de la embajada americana. Él se sentía medio amparado y siempre de alguna manera daba a entender que era una operación facilitada por la DEA", añadióVivas.
Durante suvisita a Nicaragua en 1993  Webb entrevistó a Meneses (protagonizado por Andy García en la película) en el sistema penitenciario de Tipitapa.
El otro capo nicaragüense es Oscar Danilo Blandón Reyes, el operador en Estados Unidos. Blandón fue capturado en Los Angeles  cuando realizaba operaciones de narcotráfico, y excarcelado a cambio de convertirse en un 'soplón' para DEA.
Para el ex jefe policial René Vivas, Blandón estaba amparado por su conexión política y por esotampoco pudo ser encontrado por Webb . "Danilo  era el típico delincuente que negocia con la fiscalía, como testigo protegido, lo va a decir al juicio para poder encontrar cargos y pruebas contra otros. El fue el jefe el creador de la red de la CIA”, afirmóVivas.

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