Con su habitual hipocresía, el Departamento de Estado de Estados Unidos expresó su
"profunda preocupación" por la condena a muerte en Egipto del depuesto presidente
islamista Mohamed Mursi y otras
cien personas, entre los cuales se encuentran varios líderes de los Hermanos
Musulmanes.
La declaración
norteamericana, reza: "Siempre nos
hemos pronunciado contra la práctica de juicios masivos y condenas que se hacen
de forma inconsistente con los compromisos internacionales de Egipto y el respeto de la ley"
EEUU, uno de los
principales implicados en la actualidad de las ejecuciones judiciales, sabedor
de que “los tratados internacionales,
como la Declaración Universal de los Derechos Humanos o el Pacto Internacional
por los Derechos Civiles y Políticos, entre otros muchos, prohíben el uso de la tortura, pero sin embargo,
no prohíben la aplicación de la pena de muerte”, utiliza la misma en cada uno
de sus estados, variando en cuanto a la forma de ejecutarla, con casos como
la decapitación, el ahorcamiento, la inyección letal y el fusilamiento.
Otras personas han
sido sentenciadas y ejecutadas ya, o esperan la ejecución de la sentencia en
varios estados, particularmente en Texas.
Resulta
un absurdo que los EEUU sigan utilizando la pena de muerte en sentencias
cuestionadas por su transparencia, errores, incoherencias y las disparidades
raciales. Ha sido notorio que solo en el año 2014 se hayan ejecutado en EEUU personas
con discapacidad mental e intelectual, violando lo establecido por el derecho
internacional.
Este mes,
durante la presentación del Examen Periódico Universal (EPU) de Estados Unidos,
según refiere Granma Internacional, “un mecanismo de la ONU para revisar el
cumplimiento de los derechos humanos, fue una muestra de que la comunidad
internacional desaprueba las prácticas norteamericanas en esa materia.”
Severas críticas por
parte de las 192 naciones miembros del Consejo de Derechos Humanos (CDH) cuestionaron
esta práctica en el ejercicio legal estadounidense. El mundo cuestionó
seriamente a EEUU en materia de derechos humanos, haciendo énfasis en la
aplicación regularizada de la pena de muerte, el uso desproporcionado de las
fuerzas policiales contra civiles, la discriminación racial y el empleo de
drones, para espiar a sus ciudadanos.
Sobre los EEUU pesa
la observación de ser el único país que no ha ratificado la Convención sobre
los Derechos del Niño, así como su mora con la de la Eliminación de Todas las
Formas de Discriminación Contra la Mujer y la relacionada con los Derechos de
las Personas con Discapacidad. A ello se suman las conocidas torturas
efectuadas contra prisioneros en Abu Grahib, Guantánamo, Balad, Nama y otros
centros de detención, haciéndose un llamado al cierre de los mismos.
La pretensión de
EEUU de clamar por evitar la pena de muerte a Mursi, sea merecida o no según
diferentes juicios de opinión, manifestando una abierta injerencia en los
asuntos internos de otra nación, hacen que esta exigencia se debilite ante la
opinión pública por la carencia de moral del reclamante.
Percy Francisco Alvarado Godoy
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