jueves, 7 de mayo de 2015

Los ambiciosos planes finales que tramaba Osama Bin Laden

El líder de Al Qaeda estaba seguro de que era necesario otro golpe que alterara la seguridad "y los nervios" de los estadounidenses.

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En los meses anteriores a su muerte, en mayo de 2011, Osama bin Laden estaba ocupado discutiendo nuevas estrategias -desde una tregua con Pakistán hasta alianzas oportunistas con los grupos yihadistas que surgieron en la Primavera Árabe- que le permitieran dedicar sus mayores esfuerzos a inclinar lo que él llamaba "la balanza del miedo" con su principal enemigo, Estados Unidos.

La imagen de un cauteloso y excéntrico Bin Laden, dirigiendo un "gran juego" terrorista desde su guarida secreta en Abbottabad, Pakistán, emerge en ocho documentos divulgados hace algunos meses. Fueron desclasificados para apoyar el argumento del gobierno de Estados Unidos contra un paquistaní llamado Abid Naseer, pero recibió escasa atención de los medios. Naseer fue condenado en marzo por su rol en un supuesto complot de Al Qaeda para bombardear el metro de Nueva York. Pero los documentos merecen una revisión más exhaustiva.

Los nuevos expedientes sobre Bin Laden muestran que él identificaba las oportunidades que ofrecían los levantamientos árabes a Al Qaeda y se estaba preparando para explotarlos. La cúpula de Al Qaeda había sido sacudida por la guerra con drones de EE.UU., pero el grupo mantenía grandes ambiciones, incluso cuando funcionarios estadounidenses sostenían que la red estaba en decadencia.

El Bin Laden de estos documentos rumiaba grandes ideas estratégicas, pero también controlaba al detalle decisiones personales y tácticas de contraespionaje. En una parte de los expedientes, exhorta a su asesor Atiyah al Rahman, que ponga más atención al cambio climático que podría afectar a Somalia, un área clave para el reclutamiento; en otro, propone enviar combatientes de Al Qaeda a las universidades para que aprendieran de tecnologías de avanzada que pudieran beneficiar al grupo terrorista.

Bin Laden habla en la voz aristócrata de un "intelectual terrorista", una versión musulmana del anarquista decimonónico Mijaíl Bakunin. En un párrafo de un mensaje a Al Rahman, lo presiona por noticias sobre "una gran operación en Estados Unidos". Y en el siguiente párrafo, pregunta alegremente: "Si usted tiene algún hermano que tenga conocimientos sobre poesía, por favor avísenos".

Osama y sus lugartenientes creían a principios de 2011 que el mundo se estaba moviendo a su favor, a pesar del acoso de los ataques con drones. Al Rahman explicaba: "Estamos actualmente siguiendo las revoluciones árabes y los cambios que están ocurriendo en los países árabes". Mencionó Túnez, Egipto, Libia, Yemen y Siria y dijo: "En general, pensamos que estos cambios son profundos, y hay cosas buenas en ellos, si Dios quiere".

Al Rahman le pidió a su jefe que enviara un mensaje sobre "la caída de esos tiranos", expresando solidaridad con los manifestantes. "Usted podría respaldar las revoluciones contra la opresión, la corrupción, la criminalidad y la tiranía". Explicó que envió a operativos de Al Qaeda a Libia, donde había "un renacimiento yihadista en curso". Esa presencia ayudó a realizar el letal ataque al consulado de Estados Unidos en Bengasi el año siguiente.

Aunque Bin Laden estaba tratando de capitalizar las revueltas árabes, estaba considerando treguas con Pakistán y entre facciones rivales en el norte de África. Al Rahman dijo que sus representantes habían transmitido el mensaje de tregua al gobierno paquistaní, incluyendo un contacto con el jefe de inteligencia Hamid Gul, y estaba intercambiando mensajes con un alto funcionario talibán llamado Tayeb Agha (quienes luego se reunirían en secreto en EE.UU.).

Al Rahman resumió rápidamente la oferta de tregua a Pakistán: "Ustedes se hicieron parte de la batalla cuando tomaron partido por los estadounidenses. Si ustedes nos hubieran dejado solos con nuestros asuntos, nosotros los hubiéramos dejado tranquilos". Bin Laden coincidió, apuntando: "Nos gustaría neutralizar a quien podamos durante nuestra guerra con nuestro mayor enemigo, Estados Unidos".

En esa época, EE.UU. estaba empezando conversaciones secretas para un eventual diálogo de paz con los talibanes. Gul supuestamente le dijo a sus contactos de Al Qaeda: "Estamos presionando (a EE.UU.) para negociar con Al Qaeda... negociar con los talibanes separados de Al Qaeda no tiene sentido".

Vietnam en mente

Una de las partes más interesantes de estos documentos es la aseveración de Rahman de que también los británicos estaban explorando una forma de hacer la paz de forma separada. Le dijo a Bin Laden que según los operativos libios en el Reino Unido, "la inteligencia británica habló con ellos... (para) descubrir qué pensaban ellos (Al Qaeda) de la siguiente idea: Inglaterra está lista para dejar Afganistán si Al Qaeda explícitamente se compromete a no tomar acciones contra Inglaterra o sus intereses". Un vocero de la embajada británica en Washington dijo que "las declaraciones son completamente falsas".

Escondido en Abbottabad, Bin Laden estaba completamente enfocado en golpear a Estados Unidos "en su corazón". Hizo notar que el lento sufrimiento no estaba resultando: Vietnam fue mucho más costoso para EE.UU. que Afganistán; los aliados de Al Qaeda tendrían que matar a cien veces más personas para igualar el número de muertos en Vietnam.

Lo que se necesita, dijo unas pocas semanas antes de su muerte, era otra "gran operación dentro de Estados Unidos (que) afecte la seguridad y los nervios de los 300 millones de estadounidenses". Al Qaeda y sus filiales todavía no han logrado ese objetivo.

Los expedientes muestran que Al Qaeda estaba tratando de capitalizar la aparición de elementos radicales en las revoluciones de la Primavera Árabe.

Economía y negocios-Chile

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