El líder de Al
Qaeda estaba seguro de que era necesario otro golpe que alterara la
seguridad "y los nervios" de los estadounidenses.
En los
meses anteriores a su muerte, en mayo de 2011, Osama bin Laden estaba
ocupado discutiendo nuevas estrategias -desde una tregua con Pakistán
hasta alianzas oportunistas con los grupos yihadistas que surgieron en
la Primavera Árabe- que le permitieran dedicar sus mayores esfuerzos a
inclinar lo que él llamaba "la balanza del miedo" con su principal
enemigo, Estados Unidos.
Los
nuevos expedientes sobre Bin Laden muestran que él identificaba las
oportunidades que ofrecían los levantamientos árabes a Al Qaeda y se
estaba preparando para explotarlos. La cúpula de Al Qaeda había sido
sacudida por la guerra con drones de EE.UU., pero el grupo mantenía
grandes ambiciones, incluso cuando funcionarios estadounidenses
sostenían que la red estaba en decadencia.
El
Bin Laden de estos documentos rumiaba grandes ideas estratégicas, pero
también controlaba al detalle decisiones personales y tácticas de
contraespionaje. En una parte de los expedientes, exhorta a su asesor
Atiyah al Rahman, que ponga más atención al cambio climático que podría
afectar a Somalia, un área clave para el reclutamiento; en otro, propone
enviar combatientes de Al Qaeda a las universidades para que
aprendieran de tecnologías de avanzada que pudieran beneficiar al grupo
terrorista.
Bin Laden habla en la voz
aristócrata de un "intelectual terrorista", una versión musulmana del
anarquista decimonónico Mijaíl Bakunin. En un párrafo de un mensaje a Al
Rahman, lo presiona por noticias sobre "una gran operación en Estados
Unidos". Y en el siguiente párrafo, pregunta alegremente: "Si usted
tiene algún hermano que tenga conocimientos sobre poesía, por favor
avísenos".
Osama y sus lugartenientes
creían a principios de 2011 que el mundo se estaba moviendo a su favor,
a pesar del acoso de los ataques con drones. Al Rahman explicaba:
"Estamos actualmente siguiendo las revoluciones árabes y los cambios que
están ocurriendo en los países árabes". Mencionó Túnez, Egipto, Libia,
Yemen y Siria y dijo: "En general, pensamos que estos cambios son
profundos, y hay cosas buenas en ellos, si Dios quiere".
Al
Rahman le pidió a su jefe que enviara un mensaje sobre "la caída de
esos tiranos", expresando solidaridad con los manifestantes. "Usted
podría respaldar las revoluciones contra la opresión, la corrupción, la
criminalidad y la tiranía". Explicó que envió a operativos de Al Qaeda a
Libia, donde había "un renacimiento yihadista en curso". Esa presencia
ayudó a realizar el letal ataque al consulado de Estados Unidos en
Bengasi el año siguiente.
Aunque Bin
Laden estaba tratando de capitalizar las revueltas árabes, estaba
considerando treguas con Pakistán y entre facciones rivales en el norte
de África. Al Rahman dijo que sus representantes habían transmitido el
mensaje de tregua al gobierno paquistaní, incluyendo un contacto con el
jefe de inteligencia Hamid Gul, y estaba intercambiando mensajes con un
alto funcionario talibán llamado Tayeb Agha (quienes luego se reunirían
en secreto en EE.UU.).
Al Rahman
resumió rápidamente la oferta de tregua a Pakistán: "Ustedes se hicieron
parte de la batalla cuando tomaron partido por los estadounidenses. Si
ustedes nos hubieran dejado solos con nuestros asuntos, nosotros los
hubiéramos dejado tranquilos". Bin Laden coincidió, apuntando: "Nos
gustaría neutralizar a quien podamos durante nuestra guerra con nuestro
mayor enemigo, Estados Unidos".
En
esa época, EE.UU. estaba empezando conversaciones secretas para un
eventual diálogo de paz con los talibanes. Gul supuestamente le dijo a
sus contactos de Al Qaeda: "Estamos presionando (a EE.UU.) para negociar
con Al Qaeda... negociar con los talibanes separados de Al Qaeda no
tiene sentido".
Vietnam en mente
Una
de las partes más interesantes de estos documentos es la aseveración de
Rahman de que también los británicos estaban explorando una forma de
hacer la paz de forma separada. Le dijo a Bin Laden que según los
operativos libios en el Reino Unido, "la inteligencia británica habló
con ellos... (para) descubrir qué pensaban ellos (Al Qaeda) de la
siguiente idea: Inglaterra está lista para dejar Afganistán si Al Qaeda
explícitamente se compromete a no tomar acciones contra Inglaterra o sus
intereses". Un vocero de la embajada británica en Washington dijo que
"las declaraciones son completamente falsas".
Escondido
en Abbottabad, Bin Laden estaba completamente enfocado en golpear a
Estados Unidos "en su corazón". Hizo notar que el lento sufrimiento no
estaba resultando: Vietnam fue mucho más costoso para EE.UU. que
Afganistán; los aliados de Al Qaeda tendrían que matar a cien veces más
personas para igualar el número de muertos en Vietnam.
Lo
que se necesita, dijo unas pocas semanas antes de su muerte, era otra
"gran operación dentro de Estados Unidos (que) afecte la seguridad y los
nervios de los 300 millones de estadounidenses". Al Qaeda y sus
filiales todavía no han logrado ese objetivo.
Los
expedientes muestran que Al Qaeda estaba tratando de capitalizar la
aparición de elementos radicales en las revoluciones de la Primavera
Árabe.
Economía y negocios-Chile
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