Durante las guerras de Irak y Afganistán, personal
militar estadounidense se apropió de decenas de millones de dólares a
través de sobornos, robos y contratos manipulados.
En una de las estafas masivas que se ha descubierto estaban implicados soldados que vendían el combustible militar estadounidense a los ciudadanos locales en Afganistán y se apropiaban del dinero.
El robo del combustible supuso una pérdida de al menos 15 millones de
dólares desde el inicio de la guerra. Otros esquemas fraudulentos
consistían en ayudar a los iraquíes a robar equipamiento de una base
militar, así como organizar la concesión de contratos a empresas locales
a cambio de sobornos.
Otros delitos adicionales cometidos por el personal se siguen
investigando, y algunos registros judiciales se mantienen en secreto.
La magnitud de las pérdidas adicionales del fraude, desperdicio y abuso
por parte de los contratistas, civiles y soldados extranjeros aliados
en Afganistán nunca se ha contado, pero los oficiales que investigan
dichos delitos dicen que el total se estima en miles de millones de
dólares.
El exinspector Especial General para la Reconstrucción de Irak, Stuart Bowen, ha expresado la sospecha de que "el fraude… entre el personal militar de EE.UU. y contratistas era mucho más alto" de lo que él y sus colegas pudieron procesar.
John F. Sopko, su homólogo en Afganistán, ha anunciado que su agencia
probablemente haya revelado menos de la mitad del fraude cometido por
los militares en este país. RT
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