Los medios asociados a la
guerra ideológica anticubana continuaron centrando la atención en el proceso de
normalización de relaciones Cuba - EE.UU. como centro principal de su agenda. Por
un lado, Insistieron en abordar el tema de la posibilidad de que Cuba fue
excluida de la lista de países que patrocinan el terrorismo, lo que generó
diversas posturas al respecto. Los representantes de la ultraderecha conservadora
criticaron fuertemente a la administración Obama por abrir las puertas a tal decisión,
mientras otros lo vieron como un paso necesario conciliatorio para flexibilizar
las relaciones bilaterales.
En la dirección contraria a
tal decisión se mostraron los legisladores republicanos vinculados a la mafia
cubano-americana, organizaciones anticubanas de Miami y varios miembros de la
contrarrevolución interna, quienes trataron de impostar la matriz de opinión de
que “el gobierno cubano practica el terrorismo de Estado contra sus opositores
y participa en el tráfico de armamentos, a la par que arguyeron supuestos actos
represivos contra miembros de la contrarrevolución interna.
El cuestionamiento al legítimo derecho de nuestras autoridades de poner coto a planes subversivos y desestabilizadores sirve de excusa, se manipula y sobredimensiona por los medios afines a la guerra ideológica contra Cuba, en un vano intento por satanizar aquellas acciones encaminadas a la defensa de nuestra constitucionalidad.
Una de sus reacciones fue
calificar el discurso de Raúl en la Cumbre como una “interpretación tonta” de
la historia”, insistiendo en que halagó a su par norteamericano y lo eximió de
responsabilidad ante acciones realizadas por administraciones anteriores, desviando
sus ataques a la pretendida “sociedad civil independiente”. De más está decir que Cuba no considera como
tal a la minúscula, poco representativa y traidora reducida representación de
traidores y asalariados a intereses extranjeros.
El sobredimensionamiento
mediático ofrecido a las actividades de los 46 mercenarios invitados a la
Cumbre por sus organizadores fue permanente, impostándoles una inexcusable
representatividad, tanto del pueblo cubano como de la comunidad cubana en el
exterior. El repudio generado por la delegación cubana y una gran parte de
amigos solidarios a las provocaciones montadas por estos elementos, fue visto
como un ataque contra esta llamada “sociedad civil”. Sin embargo, falló la
intención de presentarlos como una opción viable para promocionar cambios en
Cuba.
La participación de estos
mercenarios en eventos el II Foro Juventud y Democracia, el Foro Parlamentario
por la Democracia;
el Foro de la Fundación
de Derechos Humanos; el Simposio donde se firmó el Acuerdo por la Democracia en Cuba y el
concierto de hip hop con artistas independientes, apenas tuvo impacto real
dentro de la Cumbre y se expusieron bajo escrutinio público su condición de
elementos desestabilizadores y su falta de representatividad ante el pueblo
cubano.
A tenor con estos esfuerzos
de hacerse presentes, los miembros de la contrarrevolución interna realizaron
tres eventos paralelos dentro de Cuba: el primero de ellos realizado por el proyecto Emilia, otro en la sede del
partido Unión por Cuba Libre, en la casa del movimiento por una Nueva
República, al que asistieron Damas de Blanco y miembros del Frente Nacional de
Resistencia Cívica “OZT, ambos en Boyeros, , por último, el realizado por la UNPACU en el reparto
santiaguero Mariana de la Torre. Paralelamente, en Miami, se realizaron dos
jornadas: el “Foro Por Cuba, Yo también exijo”, promovido por Liu Santiesteban,
y un encuentro con la presentación de ponencias sobre estrategias y de métodos,
en el Aula Magna de la Escuela
de Leyes de la
Universidad Internacional de la Florida. Todos estos eventos
apenas tuvieron peso significativo, ya que la estrategia principal de los
enemigos de Cuba fue priorizar la participación de mercenarios en Panamá,
ocasión por la que incurrieron en enormes gastos, los que rondan cerca de 147
millones de USD.
Otra tendencia de las campañas contrarrevolucionarias es el supuesto manejo de encuestas y sondeos de opinión, en la que tergiversan deliberadamente la opinión de los entrevistados sobre la realidad cubana. La falta de aleatoriedad en la selección de las muestras, la fabricación de cifras inventadas y un manejo parcializado de los resultados estadísticos son parte de las campañas difamatorias y adulteración de la verdad. Esos resultados dudosos se pretenden vender como “pruebas” ante organismos de derechos humanos en el exterior.
Ha sido frecuente ofrecer a
la opinión pública, sobre todo para presionar a EEUU en su política de
acercamiento hacia Cuba, sobre un incremento de supuestas actividades
represivas dentro del país. Es real que estos contrarrevolucionarios montan
escenas de falsa victimización para lograr dicho objetivo. En este sentido
también se ha manipulado la realización de 5 huelgas de hambre en el período,
las que se realizan como forma de crear una visión distorsionada de la
realidad. Estos huelguistas, aupados en sus intenciones por la
contrarrevolución interna, son tratados con esmero por parte de las autoridades
sanitarias cubanas. Parte de este montaje de mentiras las han desarrollado
mercenarios de UNPACU, de las Damas de Blanco y otros, cuya falsedad está
contenida en los informes de la Comisión
Cubana de Derechos Humanos y Reconciliación Nacional
(CCDHyRN), la agencia Hablemos Press, el Instituto de Estudios Cubanos y
Cubano-Estadounidenses (ICCAS) de la Universidad de Miami y el Observatorio de
Derechos Humanos con sede en Madrid.
La existencia de supuestas
carencias por parte de la población cubana y deficiencias en la atención médica
y otros servicios ha sido parte del accionar contrarrevolucionario en esta
etapa. UNPACU fabrica videos distorsionando los hechos, mientras su líderes –como
José Daniel Ferrer-, utilizan los fondos que reciben abriendo tiendas y otras
fuentes de enriquecimiento con el fin de vivir cómodamente de su oficio de
denigrar a su realidad histórica. Varios videos fueron montados previamente a
la realización del Primero de Mayo para intentar acallar el apoyo generalizado
del pueblo a su proyecto social socialista.
Uno de los principales
ataques mediáticos se centró en la figura del gobernador de Nueva York, Andrew
Cuomo, a quien acusaron de legitimar “la dictadura”, sintiéndose abiertamente
frustrados por los resultados concretos de su visita a Cuba: un acuerdo para la
comercialización en Estados Unidos de la vacuna terapéutica cubana contra el
cáncer de pulmón y la introducción de un software en la Industria Médica
cubana.
Otra rabieta que levantó la
manipulación y la crítica de la contrarrevolución lo fue el encuentro del
canciller cubano Bruno Rodríguez con la jefa de la Política Exterior
de la Unión Europea,
Federica Mogherini y el anuncio sobre la celebración en junio de un diálogo
estructurado en materia de derechos humanos. Informaron además que fue recibido
por el presidente francés Francois Hollande y su homólogo galo, como antesala a
la visita que este hará a la Isla
próximamente.
Por último, dentro de los temas más manipulados fue la derrota recibida por los contrarrevolucionarios Hildebrando Chaviano Morales y Yunier López O’Farril, quienes fueron nominados en las elecciones para Delegados del Poder Popular, argumentando falsamente que su nominación puso en jaque al sistema electoral cubano. Nada más falso pues este hecho prueba que cualquier cubano tiene derecho a elegir y ser elegido. La impotencia les hizo manipular este hecho al extremo que, solo la UNPACU, subió 33 videos cargados de falacias, así como se promovieron en Twitter campañas basadas en las etiquetas #NoAFarsaElectoral, #YoNoVoto y #YoNoAsisto
La matrices de opinión sobre
el Primero de Mayo fueron varias, tratando de argumentar desgano y falta de
interés por parte del pueblo en participar en esta marcha tradicional. El
llamamiento a gritar consignas contrarrevolucionarias como ¡No más desempleo! y
¡No más trabajadores disponibles! Fueron un total fiasco. El pueblo cubano
demostró, con su masiva participación, aún bajo la amenaza de las inclemencias
del tiempo, fueron una bofetada más contra los provocadores.
En este período viajaron al
exterior para participar en campañas anticubanas un total de 55
contrarrevolucionario, 46 de ellos hacia Panamá, 17 hacia los EEUU, 5 a Perú y
una cifra igual a Suecia. Algunos de ellos recalaron en la VII Cumbre de las
Américas. A pesar de este intento de los mercenarios viajeros, Cuba se mantuvo
firme ante las provocaciones.
Percy Francisco Alvarado Godoy.
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