lunes, 16 de septiembre de 2013

Cuba, donde saber no cuesta nada

Estudiar en Cuba es gratuito: los alumnos no pagan matrículas ni los libros de texto. FOTOS: RAQUEL PÉREZ

Estudiar en Cuba es gratuito: los alumnos no pagan matrículas ni los libros de texto. FOTOS: RAQUEL PÉREZ


Esta semana más de dos millones de cubanos acudieron a las aulas para iniciar o continuar sus estudios. Se trata de la sexta parte de la población de la isla y está compuesta por niños, jóvenes y hasta abuelos. Cuba es el único país de América Latina en el que todos los chicos en edad escolar, sin excepción, van a la escuela, donde toda la enseñanza es gratuita, incluyendo la universitaria, la artística y también la especial, para aquellos niños que sufren minusvalías.

Estudiar en Cuba es bastante fácil, no se paga matricula ni siquiera en la universidad y los libros son entregados gratuitamente por cada escuela, secundaria, preuniversitario o facultad, con el único compromiso de devolverlo en buen estado al finalizar el curso escolar. Hay universidades en todas las capitales provinciales y estas cuentan con residencias gratuitas para albergar a los estudiantes que viven en el campo. Semejantes facilidades masificaron la enseñanza y transformaron la economía nacional.

 Hoy los mayores ingresos de Cuba provienen de la venta de servicios profesionales, médicos, maestros, ingenieros, entrenadores deportivos y un largo etc.. Pero la historia comenzó en los primeros años de la revolución, cuando la educación se convirtió en prioridad de la nación y se impulsó una campaña de alfabetización masiva que llegó hasta los lugares más intrincados de las montañas para enseñar a todos los cubanos a escribir y leer. Fue el cimiento sobre el que se construyó un sistema general de educación que graduó a más de un millón de profesionales.

La enseñanza primaria hasta 9º grado es obligatoria y se considera un derecho de la infancia, al punto que incluso sus padres tienen la obligación de respetarlo. Los trabajadores sociales vigilan que todos los niños acudan a la escuela y no enviarlos puede implicar la perdida de la custodia del menor. Para estos casos y otros de desamparo filial existen escuelas-residencia donde el Estado les garantiza la manutención hasta los 18 años o más si están estudiando en la universidad.

Durante la crisis económica de los años 90, cuando desaparecieron todos los socios comerciales de Cuba de un día para otro, la educación fue uno de los sectores que más sufrió. Miles de maestros dejaron las aulas en busca de mejores salarios, sus sustitutos no tenían la preparación adecuada y los centros docentes se deterioraron fiscalmente. Sin embargo, nunca se quedaron niños sin escuela, ni siquiera los que viven en las montañas, donde las aulas funcionan con paneles solares porque no hay electricidad.

 En estos momentos las reformas también llegan a la educación en Cuba, pretenden hacerla sostenible, con un uso más racional de los recursos. Se vincula la universidad a las posibilidades de la economía cubana, lo cual quiere decir que se dejarán de formar filólogos para que terminen de porteros de hotel, mientras el país necesita médicos, ingenieros, carpinteros o albañiles. En ese sentido aumentan las plazas en los tecnológicos y se crean escuelas de oficios donde poder formar mano de obra especializada, una especie casi extinta en el país.

Dentro de esos cambios se le da un especial impulso este año a la formación de médicos y trabajadores de la salud, hay 80.000 alumnos, 10.000 de ellos extranjeros que estudian también de forma gratuita. Esta inversión cubana es bastante lógica dado que la venta de servicios médicos en el extranjero representa el mayor ingreso del país, mucho más que el turismo y las remesas familiares juntos. La reciente contratación de 4.000 galenos para Brasil parece indicar que también en el futuro continuará siendo el sector económico más importante.

Pero más allá de las dificultades, las crisis y los cambios, lo cierto es que este año se mantienen todos los cursos regulares, 800 niños recibirán clases profesionales de ballet sin que les cueste un centavo, seguirá funcionando la Universidad del Adulto Mayor para que los abuelos inicien estudios de todo tipo y decenas de miles de chicos con minusvalías acudirán a las escuelas especiales, donde se les enseña a descubrir sus habilidades y a sacar el máximo partido de ellas.

FERNANDO RAVSBERG

http://www.publico.es 

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