La nueva embajadora de Estados Unidos en Brasil, Liliana Ayalde,
se negó a hacer comentarios sobre la crisis diplomática provocada por el
supuesto espionaje de una agencia de seguridad estadounidense a la
presidenta brasileña, Dilma Rousseff, al desembarcar hoy en Brasilia.
"Podré hablar de eso con ustedes después. Tan sólo estoy
llegando ahora", aseguró la diplomática en declaraciones que concedió a
periodistas en el aeropuerto internacional de Brasilia.
La
embajadora también se abstuvo de responder a las preguntas sobre la
posibilidad de que Rousseff cancele la visita oficial que tiene prevista
para el 23 de octubre a Washington en caso de que considere
insatisfactorias las explicaciones que ha exigido de EE.UU. sobre las
denuncias de espionaje.
La diplomática, en
cambio, aseguró que está ansiosa por conocer el país y por aprovechar la
actual coyuntura que, en su opinión, ofrece posibilidades y
oportunidades de acercamiento entre los dos países.
"Quiero
expandir y profundizar los muchos lazos entre los dos países. Espero
poder construir una asociación estratégica más fuerte entre los dos
países para el siglo XXI", afirmó.
Ayalde, una
experimentada diplomática que ya ha representado a su país en Paraguay,
sustituirá a Thomas Shannon como embajadora de EE.UU. en Brasilia, para
lo que aún tiene que esperar que Rousseff la convoque a la Presidencia
para recibir sus credenciales.
Su llegada a
Brasil, sin embargo, se produce en medio de la crisis provocada por las
denuncias de que la Agencia Nacional de Seguridad (NSA, en inglés) de
Estados Unidos espió las comunicaciones electrónicas y telefónicas de
Rousseff y de sus principales asesores.
A esas
acusaciones se sumaron las de que la agencia de seguridad estadounidense
también espió a la petrolera estatal Petrobras, mayor empresa de
Brasil.
Ambas denuncias están apoyadas en
documentos que el exanalista de la NSA Edward Snowden le entregó al
periodista estadounidense Glenn Greenwald, columnista del diario
británico The Guardian que reside en Río de Janeiro.
En
un duro comunicado divulgado la semana pasada, la jefa de Estado de
Brasil aseguró que el espionaje contra Petrobras, de confirmarse, pone
por tierra los alegatos de EE.UU. de que sus intenciones son luchar
contra el terrorismo.
"Si se confirman los
datos divulgados por la prensa, queda evidente que el motivo de los
intentos de violación (de datos) y espionaje no es la seguridad o el
combate al terrorismo, sino intereses económicos y estratégicos", afirmó
la mandataria.
Tras conocerse las primeras
denuncias, el Gobierno brasileño convocó a Shannon, a quien le
transmitió su exigencia de "explicaciones rápidas" y "por escrito".
Rousseff
planteó personalmente el asunto al presidente de Estados Unidos, Barack
Obama, durante la reciente reunión de líderes del G20 en la ciudad rusa
de San Petersburgo.
La mandatariia brasileña
volvió a hablar con Obama este lunes, vía telefónica, y anunciará mañana
si confirma o no su visita oficial a Estados Unidos, informaron fuentes
oficiales.
EFE
Tomado de http://www.nanduti.com.py
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