Vienen por más de un millón de celulares cubanos y con la anuencia y
el financiamiento del Congreso de los Estados Unidos. La Oficina de
Transmisiones hacia Cuba (OCB) operada por la Broadcasting Board of
Governors (BBG) ha presentado en el Congreso de Estados Unidos sus
nuevas estrategias de comunicación para Cuba.
Según los sitios web empleados por Washington para la subversión
contra la isla, numerosos mensajes de texto se están enviando al
ciberespacio cubano a través de un sistema computarizado, desarrollado
por especialistas de marketing en masa, para llegar a grandes cantidades
de personas desde diferentes números de teléfono, tanto en Estados
Unidos como en España.
Se dice que entre las iniciativas mostradas está el uso de memorias
flash de papel para mandar noticias y reportajes de radio, la
distribución de programas de TV Martí a través de DVD y memorias flash
convencionales. Pero la joya de la corona del nuevo proyecto agresivo es
un sistema recién creado de redes sociales llamado Piramideo, el cual
permite a los participantes crear grupos y subgrupos y enviar mensajes
de texto por teléfono celular a grandes números de personas a la vez.
Bajo el eslogan en apariencia inocente “Conéctate Anúnciate
Diviértete”, el website del sistema se describe a sí mismo como “una red
social que te permite conectarte con tu gente. Desde tu celular o desde
nuestra página web… Piramideo te ayuda a compartir lo que sucede a cada
instante con todos tus amigos, familiares, clientes, empleados, etc.”
Pero, de lo que se trata es de que Martínoticias.com, Radio Martí y
Televisión Martí, medios desacreditados en la isla, diseñados para la
guerra ideológica y de muy dudosa influencia en el accionar político
cubano desde 1985, intentan reciclarse por medio de una agresión extensa
para continuar empleando fondos gubernamentales de Estados Unidos
provenientes del contribuyente norteamericano.
Se sabe que el International Broadcasting Bureau (IBB) es una agencia
federal del gobierno de los EE.UU. con el fin de producir programas de
radio y televisión de carácter político dirigidos a audiencias de países
extranjeros, creada en 1994, fecha en la cual también se creó la
Broadcasting Board of Governors (BBG), encargada de vigilar todas las
transmisiones de radio y televisión no militares del gobierno federal.
Con financiamiento federal, la IBB está compuesta por los servicios:
Voice of America (VOA, 1942), WORLDNET Television and Film Service and
Radio y la OCB a cargo de Radio Martí (1985) y TV Martí (1990) con su
respectivos sitios web.
Por su parte, la BBG ha impulsado los esfuerzos para “promover la
libertad en Internet” y llegar a los cubanos a través de los teléfonos
móviles y las redes sociales. El gobierno de Barack Obama comenzó a
trasladar millones de dólares públicamente en programas para la libertad
en Internet del Departamento de Estado a la BBG desde 2011.
En el momento de aprobar la licitación de un contrato del Gobierno de
EE.UU. para crear un sistema capaz de enviar decenas de miles de
mensajes de texto a usuarios de teléfonos celulares en Cuba con
información y noticias de Radio y TV Martí, en 2011, obtenido por la
compañía estadounidense Washington Software, de Maryland, un posible
contratista preguntó si una campaña de mensajes de texto era legal y
manifestó su preocupación, pero el IBB, máximo encargado de Radio y TV
Martí, solo explicó la necesidad de saltarse la “censura cubana”.
“El programa contra la censura tiene como finalidad garantizar a los
usuarios de Internet en los países beneficiarios acceso a las noticias y
otros programas de las emisoras del Gobierno de EEUU, a través de una
variedad de herramientas para contrarrestar los controles de la censura
en Internet patrocinados por gobiernos extranjeros.” No hablemos de la
censura que ejerce el gobierno norteamericano sobre sus nacionales.
La Oficina de Transmisiones a Cuba que opera Radio y TV Martí recibió
un presupuesto de $23,5 millones en el año fiscal 2013, y ya ha
comenzado una verdadera operación de guerra en red (netwar) con sus
nuevas estrategias de comunicación para agredir a Cuba.
La ilegalidad y provocación que suponen estos proyectos y planes no
dejan espacio a la duda. Lo que se da a conocer como una estrategia
comunicativa de la OCB es otra agresión. La pretensión es inundar el
ciberespacio cubano precisamente con información y productos
audiovisuales de marcado contenido político injerencista y subversivo,
lo que se puede interpretar como una nueva operación a gran escala
contra Cuba desde el Congreso de los Estados Unidos.
Con ello, y los fondos declarados para agredir a la isla, las
supuestas estrategias de comunicación son proyectos en los cuales
Estados Unidos hace todo lo posible para que el espacio virtual cubano
sea una verdadera extensión de la geografía estadounidense, algo
intolerable para una nación independiente. Y los cubanos lo saben. Esa
es la mala noticia para los que hoy se encaraman en las tecnologías para
conseguir lo que no han podido con el bloqueo y la guerra ideológica
ininterrumpida durante décadas, entre otras tropelías.
Norelys Morales
Cubahora.cu
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