El Gobierno de Estados Unidos vigiló las
conversaciones de los presos en la cárcel de Guantánamo (Cuba) con sus
abogados, reveló el lunes el exjefe de la autoridad de las comisiones
militares de Guantánamo el vicealmirante retirado Bruce MacDonald.
Al inicio del juicio de los cinco acusados de los atentados del 11 de
septiembre de 2001 en EE. UU., MacDonald afirmó que Washington, en 2011,
dio órdenes de controlar las conversaciones entre los abogados y sus
clientes, a fin de evitar que se filtrara información que afectara a la
seguridad nacional.
MacDonald rechazó que estas órdenes tuvieran por meta espiar a los
reclusos, y expresó que fueron puestas en marcha para impedir nuevos
casos de contrabando de material no autorizado y mantener el
“equilibrio” con la seguridad.
El cerebro autoproclamado de los atentados de 11-S, el kuwaití Jaled Cheij Mohamad, y sus cuatro presuntos cómplices, comparecieron el lunes de nuevo ante un tribunal militar en Guantánamo, en una audiencia centrada en la vigilancia de sus conversaciones con sus abogados.
Las órdenes de Washington de controlar la conversaciones entre los acusados y sus defensores, algo que podría violar la confidencialidad de la que deben gozar los acusados, ha visto la luz después de que de que lo hiciera el escándalo sobre el acceso directo por parte del Gobierno estadounidense a ordenadores, a través del programa PRISM, de la Agencia Nacional de Seguridad, información revelada por los diarios estadounidenses ‘The Guardian’ y ‘The Washington Post’, y que ha generado grandes inquietudes entre la población en torno a la privacidad en Internet, además de una gran desconfianza hacia las autoridades del país norteamericano.
www.hispantv.ir/detail.aspx?id=229447#sthash.UJ7cAzEn.dpufEl cerebro autoproclamado de los atentados de 11-S, el kuwaití Jaled Cheij Mohamad, y sus cuatro presuntos cómplices, comparecieron el lunes de nuevo ante un tribunal militar en Guantánamo, en una audiencia centrada en la vigilancia de sus conversaciones con sus abogados.
Las órdenes de Washington de controlar la conversaciones entre los acusados y sus defensores, algo que podría violar la confidencialidad de la que deben gozar los acusados, ha visto la luz después de que de que lo hiciera el escándalo sobre el acceso directo por parte del Gobierno estadounidense a ordenadores, a través del programa PRISM, de la Agencia Nacional de Seguridad, información revelada por los diarios estadounidenses ‘The Guardian’ y ‘The Washington Post’, y que ha generado grandes inquietudes entre la población en torno a la privacidad en Internet, además de una gran desconfianza hacia las autoridades del país norteamericano.
Tomado de Contrainjerencia
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