La
seguridad geográfica es un concepto obsoleto, afirman los autores,
porque las amenazas a la seguridad nacional podrían provenir no de una
invasión transfronteriza sino de las acciones no militares. Las
definiciones de seguridad deben incluir actualmente la seguridad
geográfica, política, económica, religiosa, cultural, ambiental, de
recursos, de información, y del espacio cercano a la Tierra.
Con base en esta premisa, delinean las siguientes formas en que se puede definir la guerra:
Militarmente: nuclear, convencional, bioquímica, ecológica, espacial, electrónica, terrorista, y de guerrillas.
Metamilitarmente: diplomática,
psicológica, tecnológica, de redes información, de inteligencia, de
contrabando, de drogas y simulada (la cual es conocida en Occidente como
“disuasión”).
Extramilitarmente: de recursos, de ayuda
económica, de sanciones, de medios de información, financiera,
comercial, legal, e ideológica.
Las apreciaciones estratégicas juegan un
papel muy importante en el arte de la guerra ya que la guerra es un
asunto vital para el Estado, por lo que son de gran importancia los
factores de la moral, que es la armonía que existe entre los dirigentes y
el pueblo, las dificultades del terreno, para considerar las
oportunidades que ofrece de vivir o morir. En el mando se debe contar
con inteligencia, justicia, valor y severidad tanto en la toma de
decisiones. Hugo Chávez, como buen estratega militar, pronto entendió el
significado de “servicios estratégicos para el país”: Petróleo,
Electricidad, Alimentos, Salud, Comunicaciones y Transporte. Entendió
que estos servicios en manos de privados implicaban vulnerabilidad para
el Estado frente a intereses ajenos, opuestos al bienestar de la
mayoría.
Chávez y Maduro, son chavistas, es decir,
comulgan con un conjunto de principios e ideas que le es común:
antiimperialismo, bolivarianismo, integración latinoamericana, alianza
cívico-militar, reformas socialistas, economía mixta, redistribución de
la riqueza, regulación económica, democracia y sufragio universal, poder
popular y comunal, camino pacífico, pero “armado”.
Sin embargo, a los países no los
gobiernan las ideas en abstracto, sino personas en concreto, que las
encarnan y representan, con estilos y modalidades particulares. La
fuerza de la personalidad de Chávez era descomunal, lo reconocen hoy
hasta sus adversarios.
Por: Ricardo “El Gato” Sanoja (*)
sanojaricardo@hotmail.com
elojodelgato7@gmail.com
Twitter:@ricardo_sanoja
(*) Profesor-Autodidacta, Político y Científico Social.
No hay comentarios:
Publicar un comentario