El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, enfrentaba hoy
una creciente presión de líderes mundiales para que no lance ataques
militares contra Siria, en una cumbre donde la economía global era
eclipsada por el conflicto.
El Grupo de las 20 economías desarrolladas y en vías de desarrollo
(G-20) se reunía en San Petersburgo para tratar de forjar un frente
unido sobre crecimiento económico, comercio, transparencia de la banca y
combate a la evasión tributaria.
Pero el grupo, que abarca a dos tercios de la población mundial y a
un 90 por ciento de su producción, está dividido sobre temas que van
desde la decisión de la Reserva Federal de Estados Unidos de terminar
con su programa de estímulo para la economía hasta la guerra civil en
Siria.
El mandatario ruso, Vladimir Putin, quiere usar la reunión para
convencer a Obama de que no lance una acción militar contra el
presidente sirio, Bashar al-Assad, por un ataque con armas químicas del
que Washington culpa a fuerzas gubernamentales.
El primer round en la cumbre fue para Putin, dado que la Unión
Europea y el Papa Francisco -en una carta a los líderes del G-20- se
alinearon más con él que con Obama sobre la posibilidad y legitimidad de
una intervención armada.
"Una acción militar tendría un impacto negativo sobre la economía
global, especialmente sobre el precio del petróleo; causará un alza en
el precio del petróleo", dijo el viceministro de Finanzas de China, Zhu
Guangyao.
Líderes del grupo BRICS de economías emergentes expresaron
preocupación durante las conversaciones del G-20 de que un ataque
militar contra Siria pueda dañar a la economía mundial, dijo el portavoz
de Putin.
El Papa llamó a los líderes a "dejar a un lado la persecución fútil
de una solución militar". También invitó a los 1.200 millones de
católicos y a personas de otros credos a unirse a él en un día de
oración y ayuno el sábado para poner fin a la guerra civil.
Líderes de la Unión Europea, usualmente fuertes aliados de Estados
Unidos, describieron el ataque del 21 de agosto cerca de Damasco, que
mató a cerca de 1.400 personas, como "aborrecible", pero agregaron que
"no existe una solución militar para el conflicto sirio".
Putin, el aliado más importante de Assad, fue aislado por su postura
sobre Siria en una reunión del G-8 en junio, la última gran reunión de
potencias mundiales. Ahora podría desquitarse de Obama, quien
recientemente lo comparó con un "niño aburrido en la parte de atrás de
la sala de clases".
Sólo Francia, que se prepara para unirse a una acción militar estadounidense, ha apoyado a Obama.
Con pocas probabilidades de contar con el respaldo de Pekín y de
Moscú en el Consejo de Seguridad de la ONU, donde ambos países tienen
poder de veto, Obama está buscando la aprobación del Congreso de su
país.
Putin afirma que fuerzas rebeles podrían haber realizado el ataque
con gas y que cualquier ataque militar sin la aprobación del Consejo de
Seguridad violaría la legislación internacional, una opinión que está
siendo cada vez más respaldada públicamente por otros.
El mandatario ruso no tiene programado un encuentro cara a cara con
Obama, pero espera discutir el tema de Siria en una cena con todos los
líderes.
Los ministros de Relaciones Exteriores de estados clave del G-20 -que
incluye a los cinco miembros permanentes del Consejo de Seguridad de la
ONU- también discutirán sobre Siria en el marco de la reunión.
PERDIDA DE ARMONIA
El G-20 logró una cooperación sin precedentes entre países
desarrollados y naciones emergentes para evitar el colapso económico
durante la crisis financiera del 2009, pero ahora la armonía se ha
perdido.
Las economías emergentes del grupo BRICS -Brasil, Rusia, India, China
y Sudáfrica- llamaron al G-20 a impulsar la demanda global y a asegurar
que cualquier cambio en política monetaria esté bien anunciado.
El llamado refleja las preocupaciones entre naciones en desarrollo
por la posibilidad de que la Reserva Federal estadounidense reduzca su
política monetaria ultra expansiva y una visión de que Europa no está
haciendo lo suficiente para promover una recuperación impulsada por la
demanda.
Rusia y China también unieron fuerzas al advertir sobre el impacto
potencial de que la Fed ponga fin a su programa de compras de bonos para
estimular a la economía.
(Reporte by Gernot Heller, Luke Baker, Tetsushi Kajimoto, Lidia
Kelly, Katya Golubkova, Steve Holland, Douglas Busvine, Steve Gutterman,
Alessandra Prentice and Denis Pinchuk)
Fuente: Reuters
Tomado de http://noticias.terra.com.pe
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