En la entrevista anterior definí la política de Estados Unidos
hacia la Isla, de hipócrita y cínica. Así la veo y así la percibe el
politólogo Daniel Estulin. Hay una diferencia entre el sentido que otras
personas y yo adjudicamos a las relaciones entre ambos países y el que
algunos políticos del gobierno y el Congreso le dan, empezando por el
presidente. De ahí que, parafraseando a Julius Fucick en su “Reportaje
al pie de la horca”, les diga: “Cubanos, los he amado, estad alertas”.
Para el gobierno de Estados Unidos de Norteamérica, Ana Belén
Montes está condenada al ostracismo y estaría en el más absoluto
silencio. No se dieron cuenta que “fuerzas superiores” y no exactamente
extraterrenales o esotéricas, sino solidarias, asumirían su voz para no
dejarla abandonada. De tal forma que su pensamiento se está conociendo
desde su celda utilizándonos como “médium” para ello. Ana nunca más
estará callada. Siempre alguien en algún lugar del mundo tomará sus
ideas para divulgarlas.
Es por eso que, previo acuerdo con la entrevistada y agradecido por
su gentileza de ella, ponemos a disposición del lector la primera parte
de esta segunda entrevista.
CN: ¿Qué piensas de esta posibilidad de dar a conocer tus ideas y pensamientos al mundo, cuando te quieren silenciar?
ABM: Lo primero es que sepan las personas que existo. Estoy aquí y no
en silencio. Es una oportunidad formidable para alguien como yo que
está totalmente aislada.
Lo segundo, silenciarme no será posible. Mi acto de compromiso con la
Isla es un hecho imposible desconocer. La idea de entrevistarme y de
hacer que mi voz se mantenga viva es una muestra de solidaridad que
agradezco, ya que es importante se conozca el porqué de mi admiración
por Cuba.
ABM: Trato de mantenerme en forma física. Siempre tuve el hábito de
acudir a hacer ejercicios; en este sentido cuidaba mucho de mi dieta
diariamente. En eso era obsesiva. Ahora, en otras condiciones me
mantengo haciendo los ejercicios. De la dieta no voy a hablar, porque en
una prisión no hay mucho que escoger, que no sea lo que te dan. Como
mujer acostumbraba a preocuparme por mi presencia. No se puede perder el
sentido de resultar atractiva, es un don que la naturaleza nos ha
permitido ejercer y nunca quise desaprovecharlo.
Psicológicamente el internamiento tiene un impacto. Lo más importante
es el no poder comunicarme con ninguna persona. Es por eso que tengo
mis largos monólogos. Tengo a mi favor, aunque no es lo mismo, que estoy
acostumbrada a vivir sola. Y hay algo interesante. En la sociedad
norteamericana uno está rodeado de gente, pero en ocasiones está muy
solo. Por momentos a lo largo de la vida tuve esa vivencia. La sociedad
norteamericana está llena de matices y uno de ellos puede ser la soledad
“acompañada” que en ocasiones se percibe. Estoy convencida que el
gobierno norteamericano quiere embotarme sensorialmente: que deje de
escuchar, de sentir, de hablar, de oler, de ver y pensar. No lo van a
lograr. Como todo ser humano a lo largo de mi vida he tenido mis
momentos de desajustes, pero tengo la inteligencia suficiente para
llamarme a capítulo y asumir el autocontrol de mis acciones. Es un reto
subsistir. Otros lo han logrado. Yo también lo lograré.
Antes de ser detenida, seguí la situación de los cubanos en la
Florida en septiembre de 1998 (se refiere a los cubanos que formaron
parte de la llamada red “Avispa”). A ellos también quisieron
quebrantarlos y se portaron con firmeza. A mí me toca hacer lo mismo.
CN: ¿Qué puedes decirnos de tus carceleros?
ABM: Hay poco contacto. Unos saben porque estoy aquí, a otros
probablemente no les interesa y hacen su trabajo. Este es un lugar donde
una mirada de un tipo u otra, una breve frase, determinado gesto,
tienen para uno un significado que denote apoyo o rechazo y hay de todo
un poco.
CN: Nos interesa retomar el tema de las relaciones diplomáticas entre Cuba y Estados Unidos.
ABM: En la entrevista anterior definí la política de Estados Unidos
hacia la Isla, de hipócrita y cínica. Así la veo y así la percibe el
politólogo Daniel Estulin. Hay una diferencia entre el sentido que otras
personas y yo adjudicamos a las relaciones entre ambos países y el que
algunos políticos del gobierno y el Congreso le dan, empezando por el
presidente. De ahí que, parafraseando a Julius Fucick en su “Reportaje
al pie de la horca”, les diga: “Cubanos, los he amado, estad alertas”.
Para mí es importante que la Isla esté alerta y muy atenta al desarrollo de los acontecimientos.
Muchos norteamericanos acudirán en “buena onda”, al decir de los
mexicanos; otros pueden que, inducidos por la manipulación
gubernamental, traten de hacer daño.
Ustedes han demostrado inteligencia, valentía y fortaleza a lo largo
de décadas. Sé que no les faltara en esta oportunidad. Estados Unidos
abre los brazos para abrazar a la Isla y, conociendo el pensamiento
político norteamericano, este es “el abrazo de la muerte”. Ahora lo
importante es que ustedes no se dejen envolver por el “cisne negro” que
es el gobierno de Estados Unidos y hagan lo que han venido haciendo
siempre ante las acciones del gobierno norteamericano: revertir el
sentido de lo que este quiere. Así siempre le han ganado. Es increíble
que dos países pequeños como la Isla y Viet Nam hayan vencido a Estados
Unidos.
Es importante que en la Isla sepan que hay muchos norteamericanos
honestos, aunque el sistema crea una forma de pensar que nos hace creer
superiores, dueños del mundo. Por eso para que las cosas cambien
realmente, tiene que venir un cataclismo político en la vida
norteamericana que haga evolucionar el pensamiento, la psicología y la
cultura del país, preservando lo mejor que tengamos y modificando lo
perjudicial.
No está a la vista ese cambio. Pero llegará. Me siento una
contribuyente a ese cambio. Hay otras personas que también lo han hecho.
No pretendo darme exclusividad.
Continuará…
Conte Nieves*
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