Por 33 años y
dos meses la familia y los amigos de Carlos Muñiz Varela han esperado porque se
haga justicia.
Desde siempre
sospecharon que Muñiz Varela, entonces de 25 años, fue asesinado por el mero
hecho de promover viajes desde Puerto Rico a Cuba, su país de
origen.
Hoy, nadie
debe tener dudas.
A finales de
abril, justo en el aniversario 33 de su muerte, el Comité de Amigos y Familiares
de Carlos Muñiz Varela dio a conocer que entregó al Departamento de Justicia de
Puerto Rico nuevos documentos desclasificados que revelan que el FBI tenía una
buena pista de quienes fueron los asesinos de uno de los fundadores de Viajes
Varadero.
Los documentos
– reseñados por El Nuevo Día -, fueron provistos al Comité por el FBI en
noviembre de 2011 y aunque tienen tachados nombres de los sospechosos, reflejan
que las autoridades federales desde el principio tenían confidencias de quienes
pudieron darle muerte a Muñiz Varela el 28 de abril de 1979 y haber sido los
autores de ataques con bombas en contra de Viajes Varadero, ocurridos el 4 de
enero y el 26 de julio de 1979 y el 18 de enero de 1980.
Los informes
del FBI incluyen, además, análisis sobre las operaciones de la Coordinadora de
Organizaciones Revolucionarias Unidas (CORU), que el propio FBI indica estaba
integrada “por cinco organizaciones terroristas anti Castro” y a la que vinculan
con el asesinato de Muñiz Varela.
Un mes
después, el Comité entregó otros documentos también desclasificados por el FBI
que, por vez primera, asocian directamente al fallecido exiliado cubano Julio
Labatud con la CORU, a quien la Cámara de Representantes, por iniciativa de la
ahora ‘speaker’ Jennifer González, homenajeó en 2006.
Antes de dejar
su puesto, en diciembre de 2008, el gobernador Aníbal Acevedo Vilá, ya le había
advertido al presidente electo Barack Obama que el entonces director del FBI en
la isla, Luis Fraticelli, le informó al secretario de Justicia, Roberto Sánchez
Ramos, que tenían pruebas sobre el asesinato de Muñiz Varela.
“A pesar de
que el director del FBI en Puerto Rico, Luis Fraticelli, le ha dicho al
secretario de Justicia del ELA, Roberto Sánchez Ramos, que el FBI tiene en su
poder información y evidencia que podría resolver el caso de Carlos Muñiz Varela
y facilitar el encausamiento de las personas responsables de este crimen, el FBI
no ha suministrado tal información”, indicó entonces Acevedo Vilá.
No es hasta el
mes pasado que el Departamento de Justicia de Estados Unidos, tras tomar
conocimiento de los documentos recientemente desclasificados del FBI, que
formalmente le escribió a la jefatura de la Policía federal para que Washington
comparta con las autoridades de Puerto Rico su investigación de hace tres
décadas.
El poco
interés de las autoridades en echar hacia delante ha sido alarmante.
Como en el
caso del asesinato del hijo del ya fallecido dirigente independentista Juan Mari
Bras, Santiago Mari Pesquera, cuyo desenlace oficial nunca ha convencido a la
familia, o los mismos informes del FBI, conocidos en 2010, que reflejaron que en
1976 existió un complot de exiliados cubanos para asesinar al entonces candidato
a Gobernador por el Partido Socialista Puertorriqueño (PSP) sobre el cual nunca
fue informado, cuando se trata de atentados contra la izquierda, las estructuras
de investigación del Estado parecen estar dormidas.
El FBI se
excusa diciendo que no investiga homicidios fuera de su jurisdicción federal.
Pero, nunca intervino con los miembros de un grupo, el CORU, que a finales de la
década de 1970 ya describía como una organización terrorista.
Un ejemplo de
la falta de interés oficial es la respuesta que le diera a la emisora Radio
Reloj la ‘speaker’ González cuándo se le confrontó con los informes del FBI que
relacionan a Labatud con el CORU y con el grupo criminal que dirigió el ex
coronel de la Policía Alejo Maldonado.
Para la
representante González, arrepentirse ahora de haber homenajeado a Labatud “no va
a cambiar la historia”.
Raúl Alzaga
Manresa, quien fundó Viajes Varaderos junto a Muñiz Varela y Ricardo Fraga, ha
indicado que González pudiera comenzar por pedirle excusas a la
familia.
Pero, la
speaker González también pudiera darle la mano al fiscal Yamil Juarbe, del
Departamento de Justicia de Puerto Rico, y ayudar a presionar a favor de que los
federales se conviertan en colaboradores activos de un asesinato político que
hace mucho tiempo debió ser esclarecido, para que los responsables paguen por el
delito.
Esa sería una
forma clara y contundente de lograr “cambiar la historia”.
Desde Washington, José A. Delgado / EL NUEVO
DÍA
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