Estados Unidos de América, que se dice el defensor de
los sistemas democráticos que abanderan las luchas contra el narcotráfico y el
terrorismo, ha demostrado hasta la saciedad que no vacila en hacer uso de esa
política de terror cuando conviene a sus intereses. Los países débiles, cuando
luchan por su independencia y soberanía y la no intromisión de EE. UU. en sus
asuntos internos, entonces le declaran la guerra, tal como ocurrió en Irak y
Afganistán, para mencionar algunos casos.
Pero ellos denominan ‘causas justas’ cuando protegen a
terroristas internacionales anticastristas como Luis Posada Carriles y su
pandilla, quienes en estos momentos caminan impunemente por las calles de Miami
después de haber cometido atentados donde han muerto decenas de seres humanos
inocentes. El delincuente común Posada Carriles es protegido por el ‘Tío Sam’,
que lo tiene como a un hijo descarriado, él respira aires de libertad cuando le
ha privado las vidas a indefensas víctimas.
El juicio condenatorio contra ese filibustero nunca
llega, porque ha prevalecido más el amparo de sus protectores del norte. En
estos días se ventila la legalidad del indulto concedido por Mireya Moscoso a
favor de Posada Carriles y su pandilla. Los abogados de este terrorista alegan
que sus defendidos habían sido víctimas de una trampa tendida por la
inteligencia cubana, pero estudiantes y obreros que iban a morir a consecuencia
de una bomba que estos desalmados harían explotar en el Paraninfo de la
Universidad de Panamá, fue cierto, este columnista se encontraba en el lugar
del evento donde asistió el comandante Fidel Castro Ruz.
Imaginen ustedes lo que hubiera sucedido de haber
estallado los explosivos de alto poder que había colocado Posada Carriles en
nuestra universidad.
¿Cuántos hogares quedarían enlutecidos si ese criminal
a sueldo llevaría a cabo su misión perversa? Este caso no puede cerrarse con la
absolución de estos asesinos. Un grupo de abogados panameños está en acción para
que la Corte Suprema de Justicia no acoja este recurso de casación.
Hay que evitar que la Corte Suprema de Justicia acepte
este recurso que dejaría indemnes a estos forajidos. La expresidenta Moscoso
fue ‘convencida’ por la Fundación Nacional Cubano-Americana que prometió erigir
una estatua en La Habana, cuando retorne esa ‘democracia norteamericana’ que
tanto anhelan estos anticubanos de Miami que llevan decenas de años tratando de
derrocar a Fidel Castro y al sistema socialista de la isla.
Por: GARRITT GENETEAU
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