En una noche de diciembre de 2011, algo terrible sucedió en la
Montaña Cudi, cerca de la frontera turca-iraquí. Un lado lo describe
como una masacre; el otro lo llamó un accidente.
Varios aviones de combate turcos F-16
bombardearon una caravana de aldeanos esa noche, aparentemente bajo la
creencia de que eran guerrilleros del separatista Partido de
Trabajadores de Kurdistán (PKK). El grupo regresaba desde el norte de
Irak y sus mulas estaban cargadas de bidones de combustible y otras
cargas. Ellos resultaron ser traficantes, no combatientes del PKK. Unas
34 personas fueron asesinadas en el ataque.
Un avión no tripulado Predator había detectado al grupo desde lo
alto, provocando que analistas estadounidenses alertaran a sus socios
turcos.
El vuelo de “reconocimiento” — que fue informado primero por el
diario estadounidense The Wall Street Journal en 2012 – y sus trágicas
consecuencias suministraron una importante revelación sobre la relación
muy estrecha de trabajo entre los servicios de inteligencia
estadounidenses y turcos en la ‘lucha contra los separatistas kurdos’.
Aunque el PKK es todavía considerado una organización terrorista por
Estados Unidos y la Unión Europea, su imagen ha estado mejorando
radicalmente por su reciente éxito en el combate contra ISIS en el norte
de Irak y Siria.
Los combatientes del PKK, respaldados por los ataques aéreos de
Estados Unidos, están en primera fila contra el movimiento yidajista en
el lugar, y algunos en Occidente están ahora abogando para armar al
grupo y retirar su etiqueta de terrorista.
…
[Fuente: The Intercept (Traducción de Ivana Cardinale)]
Tomado de http://arainfo.org
No hay comentarios:
Publicar un comentario