Gobierno del presidente Juan Carlos Varela, anunció que invitará a Cuba a la próxima Cumbre de las Américas, una decisión que apoyan varios países de la región, pero a la que se opone EE.UU. |
El gobierno de Estados
Unidos reaccionó airadamente –con su acostumbrada prepotencia imperial-, ante
la decisión panameña de invitar a Cuba a participar en la venidera Cumbre de
las Américas, a realizarse en ese país en abril de 2015.
En una rueda de prensa, el portavoz
del Departamento de Estado, Jen Psaki, declaró: “Nuestro parecer es que todos los gobiernos participantes acordaron un
consenso según el cual, citamos, el mantenimiento y fortalecimiento del imperio
de la ley y el estricto respeto por el sistema democrático son al mismo tiempo
un objetivo y un compromiso compartido y son una condición esencial para
nuestra presencia en esta y otras futuras cumbres”.
Sobre esta Cumbre pesa la
creciente posición de Latinoamérica, cuando varias naciones como Argentina,
Venezuela, Bolivia y Nicaragua, manifestaron en la pasada Asamblea General de la OEA, realizada en junio
pasado en Paraguay, que se ausentarían de
la Cumbre en Panamá en el caso de que Cuba no fuera invitada.
Ante estas posiciones
solidarias, EE.UU. se refugia en insostenibles argumentos, añejos y fuera de
contexto histórico, poniendo como condición supuestos cambios democráticos en
la Isla. Esta intromisión en los asuntos internos cubanos, el condicionamiento
descarado y la manipulación, se evidencian en este otro comentario de Psaki: “No deberíamos socavar compromisos hechos
previamente sino alentarlos y ese es
ciertamente nuestro esfuerzo por los cambios democráticos necesarios en Cuba
para cumplir los requisitos básicos, pero por supuesto, esperamos
ansiosamente por el día cuando los 35 países de la región puedan participar en
el proceso de la Cumbre”.
Bastaría recordarle al señor
Psaki que Cuba no tiene interés alguno en participar en un foro en donde se
quiera dictar por parte de Estados Unidos quiénes van y quiénes no, pisoteando
la soberanía de nuestras naciones. Tampoco muchas naciones hermanas permitirán
esta postura imperial.
Cuba agradece la solidaridad
de los países hermanos hacia ella y declara plenamente su interés por
integrarse soberanamente a América Latina, pero siempre sobre la base del respeto
mutuo, de la aceptación de las diferencias políticas, de la diversidad y del
interés común de la unidad.
Sin Cuba, la venidera Cumbre
será un fracaso y EE UU no tiene otro remedio que torpedearla. Esa es, en el
fondo, su real intención.
Percy Francisco Alvarado
Godoy.
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