Las fuerzas de Lucha Contra Bandidos se mostraban muy activas y propinaban duros golpes a las bandas contrarrevolucionarias |
Durante el año 1964 los
bandidos habían cometido una docena de crímenes y otras fechorías
contra objetivos civiles, principalmente viviendas campesinas, tiendas
del pueblo, granjas estatales y escuelas rurales construidas por la
Revolución. En las operaciones de las fuerzas de Lucha Contra Bandidos
(LCB) también perdieron la vida o resultaron heridos en combate
numerosos milicianos, pero su sangre no había caído en vano. La derrota
definitiva del bandidismo estaba cerca, y con ella los enemigos de
nuestro pueblo recibirían una lección inolvidable.
Entre agosto y diciembre de 1964, la situación de los alzados contrarrevolucionarios era sumamente crítica en todo el país. Para evadir la intensa persecución a que estaban sometidos, Clemente Aragón Aragón, Manuel Moreno Martínez (Ninga) y Julio Rabí Aragón se escondieron en una finca cercana al poblado de Vicente, en Ciego de Ávila. Serían detenidos unos meses después, en 1965. En el Escambray quedaban la banda de Blas Tardío Hernández, el pequeño grupo de Efraín Manzo Brizuela y los escurridizos Luis Santana Gallardo (Luis Vargas) y José Rebozo Febles. En La Habana se encontraba la banda de José Fernández Chávez; en Oriente el grupo de Gusberto Guerra Hernández, y algunos elementos aislados en Las Tunas, Palma Soriano, Cauto el Paso, Niquero y Sagua de Tánamo.
Entre agosto y diciembre de 1964, la situación de los alzados contrarrevolucionarios era sumamente crítica en todo el país. Para evadir la intensa persecución a que estaban sometidos, Clemente Aragón Aragón, Manuel Moreno Martínez (Ninga) y Julio Rabí Aragón se escondieron en una finca cercana al poblado de Vicente, en Ciego de Ávila. Serían detenidos unos meses después, en 1965. En el Escambray quedaban la banda de Blas Tardío Hernández, el pequeño grupo de Efraín Manzo Brizuela y los escurridizos Luis Santana Gallardo (Luis Vargas) y José Rebozo Febles. En La Habana se encontraba la banda de José Fernández Chávez; en Oriente el grupo de Gusberto Guerra Hernández, y algunos elementos aislados en Las Tunas, Palma Soriano, Cauto el Paso, Niquero y Sagua de Tánamo.
Golpe a golpe
Los golpes contra los bandidos se sucedían uno tras otro. Antonio Vara Álvarez fue arrestado en Marianao el 29 de agosto y Modesto Jiménez González resultó muerto el 29 de septiembre, cuando se disponía a robar una lancha en Barlovento para huir rumbo a la Florida. Ambos pertenecían a la banda de Valeriano Montenegro, quien a su vez había sido arrestado el 3 de agosto, cuando junto con otros tres bandidos se aprestaba a realizar un contacto para escapar por la costa norte.
Las fuerzas de LCB al mando del comandante Lizardo Proenza Sánchez se mostraban muy activas en la provincia de Matanzas. En la zona de San Pedro de Mayabón, municipio de Los Arabos, el cabecilla de bandidos José M. Campos Linares resultó muerto en un cerco (3 de septiembre). Al día siguiente, en el barrio Palmillas, municipio de Colón, se detectaron cinco bandidos en la finca Orozco, de ellos cuatro resultaron muertos al oponer resistencia, incluyendo a Benito Campos Pírez (Campito). Ellos eran responsables de los asesinatos del combatiente del Ejército Rebelde Guillermo Yabre, en la última etapa de la guerra de liberación contra la tiranía batistiana, y del alfabetizador popular Pedro Miguel Morejón Quintana.
Rolando Martín Amodia (El Aviador), uno de los principales responsables de la apertura del foco de alzados de Camagüey en octubre de 1961, autor de una cadena de hechos criminales y sabotajes durante casi cuatro años, fue detenido el 25 de septiembre de 1964.
Así reflejó la prensa la comparecencia por televisión de Eloy Gutiérrez Menoyo, jefe de un grupo contrarrevolucionario de infiltración, entrenado por la CIA en República Dominicana |
La cuadrilla
terrorista encabezada por Francisco Pineda Cabrera (Mumo) le dio
candela a una escuela rural en la zona de La Redonda, en el municipio de
Fomento, en Las Villas (17 de octubre). Esta era la segunda ocasión en
que esta escuela era incendiada por los alzados. Otro bandido, Ángel
Marino Vaillant Aguillón, portando una metralleta, se presentó en el
cuartón Soledad, barrio de Juan Barón, en Palma Soriano, y en presencia
de algunos vecinos quemó la escuela del lugar (1ro de noviembre).
Posteriormente, se trasladó al cuartón Aguirre, del mismo barrio, y a
las 11 de la noche hizo lo mismo con otra escuela. Veinte días después,
Norberto Conesa Iglesias se encontraba escondido en una casa en
Placetas. En el momento en que iba a ser detenido, le disparó a uno de
los combatientes de la Seguridad del Estado y logró herirlo en un brazo.
Este rechazó la agresión y en el intercambio de disparos el cabecilla
resultó muerto.
Por informaciones de un agente de la Seguridad, las fuerzas de LCB colocaron una emboscada en el canal de la desecación, de la Ciénaga de Zapata, donde resultó muerto el bandido “Tata” Casanova Luzbel (12 de diciembre). Entre esta última fecha y el 18 de diciembre, un grupo de campesinos detectaron la ubicación de varias bandas terroristas en el Escambray y se lo informaron a las Milicias. Inmediatamente las fuerzas de LCB desencadenaron varias operaciones de cerco y “peine” en zonas de Dos Arroyos, Jíquima, La Redonda y Algarrobo, donde fueron liquidadas las bandas de Juan Guillermo Torres Fundora (El Charro), Reinaldo López Ponce (Nenito Metralleta) y Francisco Pineda Cabrera (Mumo).
El fin de Mumo
A través del agente Sol, el Departamento de la Seguridad del Estado (DSE) volvió a ubicar a Nenito López y al Charro de Placetas, esta vez en la zona de Las Calabazas (13 de diciembre). Se lanzó una operación militar contra ellos con cinco batallones de LCB. Al día siguiente los milicianos chocaron con los bandidos, y ambos cabecillas resultan muertos. Fueron ocupadas dos subametralladoras, de ellas una Thompson, y un M-3. Ese mismo día, los semialzados Margenis Martínez de la Cruz y Santiago Bustamante Rivera asaltaron la tienda del pueblo de Mango Polilla, barrio de Mayarí Arriba, llevándose 800 pesos en efectivo. Después cometieron otros atracos y en una de esas incursiones causaron un herido. Serían capturados a mediados del año siguiente.
Los agentes del DSE también se mostraban muy activos. Dos de ellos, Plácido y Eusebio, ubican a la banda de Mumo Pineda. Tres batallones de LCB partieron en su búsqueda. En la acción, desarrollada el 17 de diciembre en el barrio Jíquima o Cabecera, en Fomento, fue muerto un chofer de LCB. Ese mismo día, en la zona de La Redonda, del mismo municipio, se operaba contra esta banda. En la acción cayeron Mumo y Macho Jiménez, varios contrarrevolucionarios fueron capturados. Por parte de las fuerzas revolucionarias hubo un muerto. La caída de Mumo fue un golpe demoledor para la banda y marcó el comienzo de su liquidación definitiva. Mumo estaba en contacto con Mariano Pinto Rodríguez, jefe de una red de espionaje de la CIA en Las Villas. Bajo su mando los alzados causaron incontables daños materiales en escuelas rurales, objetivos de la economía agrícola y propiedades de los campesinos.
Por informaciones de un agente de la Seguridad, las fuerzas de LCB colocaron una emboscada en el canal de la desecación, de la Ciénaga de Zapata, donde resultó muerto el bandido “Tata” Casanova Luzbel (12 de diciembre). Entre esta última fecha y el 18 de diciembre, un grupo de campesinos detectaron la ubicación de varias bandas terroristas en el Escambray y se lo informaron a las Milicias. Inmediatamente las fuerzas de LCB desencadenaron varias operaciones de cerco y “peine” en zonas de Dos Arroyos, Jíquima, La Redonda y Algarrobo, donde fueron liquidadas las bandas de Juan Guillermo Torres Fundora (El Charro), Reinaldo López Ponce (Nenito Metralleta) y Francisco Pineda Cabrera (Mumo).
El fin de Mumo
A través del agente Sol, el Departamento de la Seguridad del Estado (DSE) volvió a ubicar a Nenito López y al Charro de Placetas, esta vez en la zona de Las Calabazas (13 de diciembre). Se lanzó una operación militar contra ellos con cinco batallones de LCB. Al día siguiente los milicianos chocaron con los bandidos, y ambos cabecillas resultan muertos. Fueron ocupadas dos subametralladoras, de ellas una Thompson, y un M-3. Ese mismo día, los semialzados Margenis Martínez de la Cruz y Santiago Bustamante Rivera asaltaron la tienda del pueblo de Mango Polilla, barrio de Mayarí Arriba, llevándose 800 pesos en efectivo. Después cometieron otros atracos y en una de esas incursiones causaron un herido. Serían capturados a mediados del año siguiente.
Los agentes del DSE también se mostraban muy activos. Dos de ellos, Plácido y Eusebio, ubican a la banda de Mumo Pineda. Tres batallones de LCB partieron en su búsqueda. En la acción, desarrollada el 17 de diciembre en el barrio Jíquima o Cabecera, en Fomento, fue muerto un chofer de LCB. Ese mismo día, en la zona de La Redonda, del mismo municipio, se operaba contra esta banda. En la acción cayeron Mumo y Macho Jiménez, varios contrarrevolucionarios fueron capturados. Por parte de las fuerzas revolucionarias hubo un muerto. La caída de Mumo fue un golpe demoledor para la banda y marcó el comienzo de su liquidación definitiva. Mumo estaba en contacto con Mariano Pinto Rodríguez, jefe de una red de espionaje de la CIA en Las Villas. Bajo su mando los alzados causaron incontables daños materiales en escuelas rurales, objetivos de la economía agrícola y propiedades de los campesinos.
Sepelio del alfabetizador Pedro Miguel Morejón Quintana, asesinado por la banda de Benito Campos Pírez (Campito) |
En un intento
por estimular nuevos alzamientos, el 28 de diciembre de 1964,
patrocinado por las agrupaciones terroristas Alpha 66, II Frente del
Escambray Clandestino y Movimiento Revolucionario del Pueblo, el
contrarrevolucionario Eloy Gutiérrez Menoyo y otros tres hombres bajo
su mando (uno de ellos Enoel Salas Santos, el agente Allan de la
Seguridad Cubana) partieron desde un campamento ubicado en Punta
Presidente, en la bahía de Manzanillo, en el extremo occidental de
República Dominicana, donde durante más de siete meses habían sido
entrenados por especialistas de la Agencia Central de Inteligencia
(CIA) en topografía, infantería, telegrafía, lectura de mapas y tiro.
Este grupo se infiltró por Punta Blanca, entre Baracoa y Guantánamo, en
la costa sur de la provincia de Oriente.
El 23 de enero de 1965, tras sufrir una intensa persecución, se rindieron en áreas de San Jacinto, Imías, ante fuerzas combinadas de las Milicias Serranas, la Escuela de Sargentos de Palma Soriano y tropas de la División 50 del Ejército Oriental. La infiltración de estos individuos por la región oriental revelaba que para esta fecha los servicios de inteligencia y subversión norteamericanos daban por perdida la posibilidad de fomentar nuevos alzamientos en el Escambray, y prefirieron probar suerte con la apertura de un foco de bandidos en las montañas de Baracoa, que pudiera ser apoyado desde la Base Naval yanqui en Guantánamo, e incluso desde el territorio de República Dominicana.
En los primeros días de 1965 quedó liquidado el bandidismo en el Frente Sagua-Corralillo, en Las Villas, con la captura de la banda de Rigoberto Ibarra García. El último cabecilla de Matanzas, Eliécer Martínez Socorro (El Mayor), fue capturado el 11 de enero de 1965 junto con su banda en la finca El Cura, en Jagüey Grande. En la provincia yumurina solo quedaron algunos alzados aislados que fueron perseguidos con pequeñas operaciones militares. Con la captura de los hermanos Secundino y Leopoldo Herrera Hernández, remanentes de la banda de Gabriel de Jesús Infante Hidalgo y Ramón Montenegro Sánchez, quedó ya definitivamente liquidado el bandidismo en ese territorio.
Pero todavía la lucha requirió de más sangre generosa. El 22 de enero fue ubicado el alzado José Manuel Olivera Rodríguez, en la zona de Quintanilla, perteneciente a San Diego de Tapia, en Los Palacios, Pinar del Río. Las fuerzas de LCB cercaron el lugar y no tardaron en chocar con los enemigos del pueblo. Allí encontró la muerte el miliciano Crescencio Rivero Lara, de 27 años, al ser ultimado por el propio Olivera utilizando la bayoneta de su fusil M-52. Poco después, dentro del cerco se produjo un intercambio de disparos y resultó muerto este cabecilla.
Operación Bistec
Blas Tardío Hernández era el cabecilla de alzados de mayor antigüedad y trayectoria terrorista en el Escambray, y se consideraba a sí mismo al mando de las bandas de la región. En realidad esa responsabilidad era formal, porque ya quedaban muy pocos alzados, dispersos, y sin apoyo del exterior. El 9 de marzo, el montero Félix Romero Morales (agente El Socio) llegó a un lugar próximo a donde se encontraba la banda de Blas Tardío Hernández, y cumpliendo las orientaciones del oficial que lo atendía puso en práctica la Operación Bistec. Pidió que le frieran un pedazo de carne, tomó el tiempo transcurrido entre ir a prepararlo y traerlo, y calculó la distancia que existía entre el campamento y el punto donde él se hallaba. Cuando terminó de comer se despidió de sus anfitriones y fue directo a contactar con su enlace, a quien le dio la ubicación casi exacta del campamento, lo que permitió a la jefatura de LCB preparar una rápida operación.
El 23 de enero de 1965, tras sufrir una intensa persecución, se rindieron en áreas de San Jacinto, Imías, ante fuerzas combinadas de las Milicias Serranas, la Escuela de Sargentos de Palma Soriano y tropas de la División 50 del Ejército Oriental. La infiltración de estos individuos por la región oriental revelaba que para esta fecha los servicios de inteligencia y subversión norteamericanos daban por perdida la posibilidad de fomentar nuevos alzamientos en el Escambray, y prefirieron probar suerte con la apertura de un foco de bandidos en las montañas de Baracoa, que pudiera ser apoyado desde la Base Naval yanqui en Guantánamo, e incluso desde el territorio de República Dominicana.
En los primeros días de 1965 quedó liquidado el bandidismo en el Frente Sagua-Corralillo, en Las Villas, con la captura de la banda de Rigoberto Ibarra García. El último cabecilla de Matanzas, Eliécer Martínez Socorro (El Mayor), fue capturado el 11 de enero de 1965 junto con su banda en la finca El Cura, en Jagüey Grande. En la provincia yumurina solo quedaron algunos alzados aislados que fueron perseguidos con pequeñas operaciones militares. Con la captura de los hermanos Secundino y Leopoldo Herrera Hernández, remanentes de la banda de Gabriel de Jesús Infante Hidalgo y Ramón Montenegro Sánchez, quedó ya definitivamente liquidado el bandidismo en ese territorio.
Pero todavía la lucha requirió de más sangre generosa. El 22 de enero fue ubicado el alzado José Manuel Olivera Rodríguez, en la zona de Quintanilla, perteneciente a San Diego de Tapia, en Los Palacios, Pinar del Río. Las fuerzas de LCB cercaron el lugar y no tardaron en chocar con los enemigos del pueblo. Allí encontró la muerte el miliciano Crescencio Rivero Lara, de 27 años, al ser ultimado por el propio Olivera utilizando la bayoneta de su fusil M-52. Poco después, dentro del cerco se produjo un intercambio de disparos y resultó muerto este cabecilla.
Operación Bistec
Blas Tardío Hernández era el cabecilla de alzados de mayor antigüedad y trayectoria terrorista en el Escambray, y se consideraba a sí mismo al mando de las bandas de la región. En realidad esa responsabilidad era formal, porque ya quedaban muy pocos alzados, dispersos, y sin apoyo del exterior. El 9 de marzo, el montero Félix Romero Morales (agente El Socio) llegó a un lugar próximo a donde se encontraba la banda de Blas Tardío Hernández, y cumpliendo las orientaciones del oficial que lo atendía puso en práctica la Operación Bistec. Pidió que le frieran un pedazo de carne, tomó el tiempo transcurrido entre ir a prepararlo y traerlo, y calculó la distancia que existía entre el campamento y el punto donde él se hallaba. Cuando terminó de comer se despidió de sus anfitriones y fue directo a contactar con su enlace, a quien le dio la ubicación casi exacta del campamento, lo que permitió a la jefatura de LCB preparar una rápida operación.
Armas capturadas a las bandas terroristas |
El 10 de
marzo de 1965 unidades de LCB maniobraron alrededor de Pico Blanco, y
cuando se produjo el choque con el enemigo, un alzado resultó herido y
los otros dos lograron esconderse. Los combatientes continuaron
“peinando” la zona durante el día, pero los alzados no aparecían. Al
caer la noche el cerco fue reforzado para que ningún bandido pudiera
evadirse. De madrugada los fugitivos intentaron romper el cerco, pero
no lo lograron. Los jefes de las tropas se mantuvieron recorriendo el
cerco durante toda la noche alentando a los combatientes, mientras
estos utilizaban luces de bengala para iluminar el entorno y ubicar al
enemigo. Estaban conscientes de que se trataba de la última banda que
conservaba su estructura en la región. El 11 de marzo, en Hoyo del
Pinto, Cabagán, fue capturado Blas Tardío, el último cabecilla que se
mantenía sobre las armas en el Escambray.
Después de esta operación, en el Escambray solamente quedaban los grupos de Efraín Manzo Brizuela y Luis Vargas; en Camagüey, Juan Alberto Martínez Andrade; en La Habana, José Fernández Chávez, y en Oriente, el cabecilla Gusberto Guerra Hernández acompañado de dos alzados, que fueron ubicados al norte del central Manatí, en Las Tunas. Ellos serían los últimos bandidos, remanentes de un programa terrorista que ya había fracasado. Su captura era cuestión de tiempo.
Después de esta operación, en el Escambray solamente quedaban los grupos de Efraín Manzo Brizuela y Luis Vargas; en Camagüey, Juan Alberto Martínez Andrade; en La Habana, José Fernández Chávez, y en Oriente, el cabecilla Gusberto Guerra Hernández acompañado de dos alzados, que fueron ubicados al norte del central Manatí, en Las Tunas. Ellos serían los últimos bandidos, remanentes de un programa terrorista que ya había fracasado. Su captura era cuestión de tiempo.
Por PEDRO ETCHEVERRY VÁZQUEZ *
Fotos: Archivo de BOHEMIA
*Especialista del Centro de Investigaciones Históricas de la Seguridad del Estado (CIHSE)
Fotos: Archivo de BOHEMIA
*Especialista del Centro de Investigaciones Históricas de la Seguridad del Estado (CIHSE)
Tomado de http://www.bohemia.cu
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