Examiné a su debido momento los acontecimientos que caracterizaron la intentona golpista contra el gobierno de Rafael Correa, hace ya 4 años en el artículo que desempolvo para mis lectores.
El panorama y los riesgos siguen siendo los mismos.
Espero que su lectura y examen sirvan para alertar a los hermanos ecuatorianos sobre los latentes peligros que enfrenta la Revolución Ciudadana en Ecuador.
Los hechos en
Ecuador fueron realmente una intentona golpista de visos militar, político y
mediático, por parte de la derecha ecuatoriana y el imperialismo.
Autor: Percy Francisco Alvarado
Fecha de publicación: 01/10/10
Tras el demorado operativo de rescate efectuado por
miembros de las Fuerzas Armadas y de la Policía, que condujo a la liberación del
presidente de Ecuador, secuestrado en el Hospital Militar, culminaron cerca de
14 horas de tensión y de espera para el mundo entero que, temeroso por la suerte
de Rafael Correa, se sumó a la condena casi unánime contra el intento de golpe
de estado fraguado contra su gobierno.
Ya liberado y ante la presencia de millares de
miembros del bravío pueblo ecuatoriano, fue recibido por una multitud ante la
sede de Gobierno, donde se repudiaba a los conspiradores y a los solapados
autores intelectuales de la revuelta policial. Conciliador, por un lado,
expresó que entre los sublevados "no todos eran policías" y apuntó la
responsabilidad del plan golpista hacia el al presidente Lucio Gutiérrez y su
Partido Sociedad Patriótica. Luego, emocionado, agradeció a todos aquellos que
desafiaron el ultraje y la fuerza bruta de los amotinados, encabezados por
ministros, asambleístas, militantes de Alianza País, así como por hombres y
mujeres sencillos del pueblo. Para ellos el elogio a su valentía y a su fe en
la Revolución Ciudadana, cuando dijo: “A todo el pueblo, muchas gracias. Que
esto les sirva de ejemplo a los que quieren, no a través de las urnas, sino a
través de la conspiración, detener a la Revolución Ciudadana. Un agradecimiento
también a los miles de compañeros que fueron a verme, a rescatarme a la
policía, al hospital y cobardemente los recibieron con gas pimienta, gases
lacrimógenos, con piedras. ¿Cómo coño van a ser policías los que se comportaron
de esa manera?”
Correa retrató el siniestro plan de la oposición y,
sobre todo, alertó al pueblo sobre los peligros y la respuesta necesaria a los
mismos, al expresar: “La Fuerza Pública obligada a mantener el orden, secuestra
a su Comandante en Jefe y ataca a sus ciudadanos. Hoy es un día triste.
Atentos. Hoy apoyar más que nunca a esas decenas de miles de buenos elementos
de la Policía Nacional. Fueron unos cuantos que serán sancionados. No habrá
perdón ni olvido aquí y por supuesto la ley no será revocada. Por el diálogo
todo, por la fuerza nada.”
Por último, sin mostrar cansancio a pesar de ser
sometido a múltiples amenazas y presiones, a la par que sometido a una dudosa
operación, se le encaramó la esperanza en la mirada y en la voz, frente a su
pueblo valiente y presto. “A ustedes, mirar al futuro. Nos ha tocado una prueba
dura. El Hospital está destrozado, muchos enfermos han sufrido por culpa de
irresponsables. Ahora a mirar adelante y con muchas más ganas, con mucho más
valor hacer, que a nuestras Revolución Ciudadana no la para nadie ni nada.
El verdadero trasfondo de
los acontecimientos.
No detallaré cada parte de los acontecimientos, los
que son harto conocidos por el mundo. Sin embargo, hay sucesos que merecen
analizarse y que comprueban que no se limitaron a una sublevación de escasos
policías y militares en repudio a lo que veían como una ley que afectaba sus
derechos. Fue realmente un ensayo de golpe de estado que sirvió a las fuerzas
de la oposición para evaluar la capacidad de respuesta del pueblo y de las
instituciones gubernamentales, incluidas las fuerzas policiacas y militares del
país, así como la posición de otras naciones ante el ataque premeditado y
violatorio de la institucionalidad. Esto por supuesto, merece ser analizado en
cada una de sus particularidades.
Las naciones que han padecido los golpes de estado
ven con sorpresa ciertos indicios putchistas que tuvieron lugar durante el día
30 de septiembre: la toma de instalaciones militares y el acuartelamiento
sospechoso de las fuerzas armadas, el desconocimiento de las autoridades
gubernamentales; el cierre de los principales aeropuertos del país y
principales carreteras y vías de acceso a la capital; el establecimiento de un
entarimado mediático para distorsionar los hechos, la supresión de los órganos
de difusión vinculados al gobierno, como TV Ecuador; el ataque y toma de la
sede de la Asamblea Nacional; la incitación al caos y a la indisciplina social,
avalado por el abandono deliberado de los órganos policiales y militares de sus
misiones de proteger a la ciudadanía y a la propiedad, incluida la guardia de
seguridad legislativa, así como la creación de un ambiente de nociva confusión
en casi todo el país.
Varios artilugios fueron preparados en este caso.
Un hecho precedente y sospechoso, sin embargo, ocurrido días antes y que podría
estar vinculado a las acciones del día 30, cuyo propósito podría haber sido
inhabilitar a Correa en su capacidad de acción y movilidad durante la intentona
golpista, fue que éste fue sometido a una inadecuada androscopía, cuando lo
recomendable era realizarle una osteostomía, procedimiento menos invasivo y de
mejores resultados de acuerdo a su padecer de la rodilla. Sospechosamente,
muchos años antes, se utilizaron procedimientos quirúrgicos inadecuados en ex
mandatarios como Juan Velazco Alvarado, en Perú, y Saddam Hussein, en Irak,
para inhabilitarlos físicamente en medio de crisis políticas en sus países
respectivos. No se descarta, pues, que esta haya sido una maniobra premeditada
para incapacitar a Correa y hacerlo vulnerable en medio de la planeada crisis
golpista.
Otra de las maniobras previas al golpe se realizó
el 22 de septiembre de 2010, cuando grupos opositores trataron de recoger firmas
para revocar al presidente Correa, según estipula la Constitución del 2008,
para que el Consejo Nacional Electoral llame a la consulta popular. Los
resultados de la firma privada Cedatos-Gallup indicaron, mediante sondeos, que
la maniobra no prosperaría. Otras encuestadoras también favorecían a Correa. Es
por ello que el camino de las urnas estaba cerrado para los planes de la
derecha de derrocar a Correa por vía legal. Solo quedaba la opción golpista.
Asimismo, como antecedente a la intentona golpista,
otra igualmente denigrante se llevó a cabo el 16 de septiembre de 2010, cuando
varios legisladores de la oposición ecuatoriana acudieron a la Organización de
Estados Americanos (OEA) para difamar el contenido de un proyecto de ley de
comunicación en Ecuador, considerado por ellos como dañino a la libertad de
expresión por parte del gobierno de Correa. La difamatoria comisión incluía a
Fausto Cobo y Andrés Aguirre, ambos del Partido Sociedad Patriótica; César
Montufar de la Concentración Nacional; Leonardo Viteri, del Partido Social
Cristiano; Magali Orellana de Pachakutik; Andrés Páez, legislador de Izquierda
Democrática; así como al independiente Fernández González.
Mientras los revoltosos atentaban contra el orden
institucional, no se hizo esperar la primera reacción política de la oposición
y de los autores de la asonada golpista: el cabecilla del Partido Sociedad
Patriótica, el ex mandatario Lucio Gutiérrez, convocó a la disolución de la
Asamblea Nacional y a realizar, de inmediato, nuevas elecciones presidenciales,
dando por adelantado la caída del gobierno de Correa. Fueron momentos, incluso,
en que se manejó la eliminación física de Correa cuando el mismo era custodiado
por policías insubordinados en el Hospital de la Policía de Quito. Varios de
los amotinados trataron de acceder agresivamente al local donde yacía el
presidente para presumiblemente asesinarlo. El plan golpista alcanzó su clímax
en esos momentos.
Poco a poco se fue desentrañando la verdad de lo
que sucedía. Rafael Quintero, dirigente del Partido Socialista- Frente Amplio,
calificó a la insubordinación policial de la siguiente forma: “esto no es un
movimiento casual ni espontáneo de la Policía Nacional, es el resultado de toda
una planificando por parte de la derecha oligárquica que viene planificando y
conspirando desde el año 2007 para derrocar a este Gobierno que eles ha quitado
las prebendas, latrocinios y negociados que estaban acostumbrados en la época
de la partidocracia en contra de los intereses del pueblo ecuatoriano”.
Lo mismo hizo, el coordinador general del
Movimiento PAIS, Orlando Pérez, quien llamó al pueblo a defender a la
democracia y validó la constitucionalidad del gobierno ecuatoriano, al
expresar: “No vamos a tenerles ningún tipo de medio, nosotros tenemos la Constitución
en la mano y en el corazón para defender este proceso”.
Tal vez varios elementos influyeron en que los
amotinados no atentaran contra la vida de Correa, pero los más importantes
fueron la capacidad movilizadora del pueblo para defender a la democracia y la
reacción internacional a favor de Correa, mientras las instituciones armadas y
policiales observaban con sospechosa indiferencia el desarrollo de los
acontecimientos. Gracias a ello, varias fuerzas políticas del país, incluidas
algunas opositoras, se vieron obligadas a distanciarse de los golpistas.
La posición de una parte considerable del
movimiento indígena del país repudiando la intentona golpista, encabezado por
la Confederación de las Nacionalidades y Pueblos del Ecuador (CONAIE) y sus filiales
ECUARUNARI, CONFENIAE y CONAICE, quienes
se deslindaron de los complotados al declarar, en voz de Asencio Farinango, dirigente de Comunicación
de ECUARUNARI, lo siguiente: “Porque
somos opositores al gobierno nos quieren relacionar con estos hechos, pero como
movimiento indígena hoy más que nunca respaldamos el poder democrático y
llamamos a fortalecerlo”.
Por su parte, otro de los sectores que se deslindó
de los golpistas fue la Cámara de Industrias y de la Producción de Pichincha
que, en voz de su presidente, declaró: “Uno de los principios fundamentales que
rige la vida democrática es la estabilidad (…) La estabilidad es un requisito
indispensable para la inversión extranjera, la producción y el empleo (…) No se
puede aceptar el desorden e irrespeto a autoridades”.
La Iglesia Católica, por su parte, sin condenar
abiertamente los desmanes y la actitud inconstitucional de los golpistas, pidió
al gobierno de Correa la realización de un proceso de diálogo. Inusitadamente,
expresó en un comunicado firmado por sus obispos: "Pedimos al gobierno y
al Parlamento no imponer sus decisiones en forma unilateral, sino abrir un
auténtico proceso de diálogo que conduzca a una convivencia constructiva y
participativa". Para ellos, absurdamente, los hechos sucedidos son
responsabilidad del gobierno por no atender, supuestamente, los reclamos de
varios sectores del país. Su actitud contrastó con la del alcalde de Guayaquil,
Jaime Nebot, enconado opositor a Correa, quien expresó: “Sigamos altivos,
rebeldes y opositores, pero jamás golpistas y contemplativos con la
delincuencia”.
Al analizar todas estas declaraciones
controvertidas de la oposición, quien no está acostumbrado a la buena fe de la
oligarquía, piensa que este intento golpista, o bien no incluyó a todos los opositores,
o varios de ellos se dedicaron a la espera dudosa para alinearse a los
golpistas y, en último caso, este conato fue un medidor de la situación.
Muchos, es cierto, permanecieron agazapados en espera de una orden y un apoyo
que nunca llegó. Esta vez no era fácil repetir la aventura hondureña.
La campaña mediática como
arma golpista.
Los autores intelectuales de la sonada golpista
contra Correa siempre contaron con una sucia campaña mediática orquestada por
la Voz de las Américas y la Sociedad Interamericana de Prensa, a los que
responden los principales medios privados de comunicación, así como la
complicidad de muchas cadenas informativas, para crear las condiciones previas
al intento de golpe de estado o para desinformar a la opinión pública sobre la
marcha de los sucesos.
En el Ecuador opera la VOA con casi una decena de
medios y programas que transmiten su emisión insidiosa contra el gobierno de
Rafael Correa, entre los que se destacan La Voz de los Caras. Radio Quito,
Bolívar FM. Organización Radio Centro, El Telégrafo y la Prensa, la Voz del
Tomebamba, Luz y Vida, Ecos del Oriente. HCJB World Radio, C.R.E. y Melodía, y
las Ondas Azuayas de Cuenca.
La VOA y sus emisoras afiliadas en Ecuador trabajan
sistemáticamente con vistas de confundir ideológicamente a las masas populares
e indígenas, apoyada por el trabajo de zapa que realizan varias ONGs. Como
resultado de esta táctica han logrado crear conflictos diversos entre el
gobierno y el movimiento indígena mediante el empleo de la mentira, la confusión
y la detracción de los objetivos reformadores del gobierno de Rafael Correa.
Es por ello que no resultó extraño que se emplearan
en la actividad golpista mediática acciones como:
- El uso la red social Twitter para apoyar el plan
golpista o minimizarlo por algunos periodistas de derecha de Venezuela y de
otras naciones, tal como lo hizo la directora de la organización no
gubernamental Control Ciudadano, Rocío San Miguel.
- Inculpar a Correa y a su gobierno por los sucesos
que sacudieron a Ecuador, tal como lo hizo la opositora Globovisión.
- La reaccionaria Sociedad Interamericana de Prensa
(SIP), controladora de los medios de comunicación y agente de la subversión
contrarrevolucionaria y anti ALBA, se opusiera a enlazar los medios de radio y
televisión a la señal estatal de Ecuador, previsto en el estado de excepción
decretado por el Estado. Tácitamente, apoyó el intento golpista contra Correa.
- La transnacional CNN fue empleada para que uno de
los autores intelectuales del plan golpista, el ex presidente Lucio Gutiérrez,
hiciera campaña contra el gobierno ecuatoriano.
- Otro diario de derecha, La Nación, obvió la
represión contra el pueblo y los abusos de los amotinados, dando sobre
cobertura a un supuesto atentado contra Fausto Lupera, partidario de Lucio
Gutiérrez.
- Otro medio escrito, en este caso el diario
uruguayo el País, mintió deliberadamente en un editorial sobre los sucesos en
Ecuador, con independencia de apoyar a la democracia en Ecuador, al decir que:
“El detonante para la actual situación ha sido la decisión del gobierno de
modificar un sistema de beneficios y promociones, que impactarían en el salario
de la policía local. Todo en medio de un clima enrarecido, donde el presidente
Correa amenazaba con disolver el Parlamento, para destrabar una serie de
reformas, que legisladores de su propio partido se negaba a acompañar. Nada
extraño en un país donde el propio hermano del presidente se ha convertido en
uno de los principales dirigentes opositores a su gestión.”
El mundo a favor de la democracia.
Esta vez el clamor mundial no podía permitir que se
repitiera el ultraje cometido descaradamente contra la democracia en Honduras.
Esta vez Latinoamérica se creció y declaró al unísono su apoyo a la
constitucionalidad. No hubo un solo país que apoyara a los golpistas y la
denuncia directa se hizo clamor unánime a pesar de la disparidad ideológica.
Unos, es cierto, exigieron el fin de la asonada. Allí brillaron Cuba,
Venezuela, Bolivia, Nicaragua, Argentina, El Salvador, Colombia, Chile, México,
Brasil, Perú, Uruguay, Paraguay, por sus reclamos de diferente acento, pero con
las mismas exigencias.
Hasta países distantes como España, Rusia, Japón,
Francia, entre otros, manifestaron su repudio a la intentona golpista.
Organizaciones internacionales como la ONU, el
ALBA, la OEA, UNASUR, el GRULA, el Grupo de Río, la Unión Europea, el
Parlatino, el Parlamento Andino, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos
(CIDH), también se sumaron a la condena universal por los sucesos contra el
presidente Correa y exigieron la restitución del orden democrático.
Fue otra vez, sin embargo, Fidel Castro quien puso
el dedo en la llaga al denunciar en su reflexión “Noticias inverosímiles”, la
actitud contemplativa de EE UU, colocándolo contra la espada y la pared, cuando
expresó:
“El Presidente Rafael Correa se muestra firme e
indoblegable. El pueblo está mucho más organizado. El Golpe a mi juicio está ya
perdido.” (…) “Hasta Obama y la Clinton no tendrán más alternativa que
condenarlo.”
No fue en balde esta percepción sobre la sospechosa
actitud contemplativa de la Casa Blanca. Primero, los EE UU se limitaron solo a
declarar que “seguían de cerca” los acontecimientos, en una declaración del
vocero de la Secretaría de Estado, Philip Crowley. Luego, ante la demoledora votación
dentro de la OEA condenado la violación de la institucionalidad democrática en
Ecuador, la represente norteamericana, Carmen Lomellin, se vio obligada a tomar
partido por el respeto a la democracia en Ecuador. Posteriormente, la
Secretaria de Estado, no tuvo otra opción que condenar al golpismo contra
Correa y validar su mandato constitucional. Esta vez, sin poderlo evitar, el
poderoso Norte se vio obligado, a pesar de ser el principal manipulador tras
bambalinas de la oposición contrarrevolucionaria en Ecuador, a aceptar a la
Revolución Ciudadana.
La actividad de la embajada
norteamericana.
La Embajada de EE UU en Ecuador, con una exagerada
representación diplomática compuesta por 185 funcionarios y ubicada en la
Avenida Avigiras E12-170 y Eloy Alfaro, en la zona norte de Quito, en un enorme
complejo constructivo donde están representadas casi todas las agencias
norteamericanas, entre ellas la CIA y el FBI, es dirigida por la señora Heather Hodges, como embajadora, y quien
fuera en 1991 nada menos que
Subdirectora de la Oficina de Asuntos Cubanos, así como por Andrew G. Chritton, como ministro
consejero.
Parte esencial de la actividad de espionaje en
Ecuador la desarrollan la Sección Política (POL), el Grupo Militar de los Estados Unidos (USMILGRP), la Sección Antinarcóticos (NAS),
el Cuerpo de Ingenieros del Ejército de los Estados Unidos (USACE); la USAID,
los Cuerpos de Paz, entre otras.
Según un informe del mes de febrero de 2010,
titulado “APOYO DEL GOBIERNO DE ESTADOS UNIDOS AL DESARROLLO Y A LA SEGURIDAD
DEL ECUADOR EN 2009”, aparecido en el sitio web de la embajada de Estados
Unidos, éste ha desembolsado ese año un total de $59.767.437 de USD.
La USAID recibió 8,8 millones de dólares para su
labor desestabilizadora dentro de Ecuador, bajo la cobertura de un programa
denominado “Paz, Seguridad e Inversión en el Pueblo”: Otros cerca de 9,4
millones lo destinó la USAID al programa “Democracia y Gobernabilidad”,
supuestamente para favorecer a los “procesos democráticos” dentro de Ecuador,
entiéndase financiamiento a la oposición al gobierno de Correa. Otros programas
usados bajo la falsa cobertura de “Crecimiento Económico” y “Medio Ambiente”,
que han recibido 4,59 y $5,54 millones de USD, respectivamente, han tenido la
misma finalidad desestabilizadora.
En cuanto a la Asistencia Militar, los Estados
Unidos desembolsaron en el 2009 casi 13 millones de dólares en financiamiento
de programas de las FF AA de Ecuador, incluyendo abastecimiento militar,
asesoría, capacitación, además de otros 35 millones para la Fuerza Aérea
Ecuatoriana (FAE) y organizaciones “no gubernamentales”. Por otra parte, la
Sección Antinarcóticos desembolsó ese año cerca de 8 millones a los cuerpos
especializados de la Policía.
Según estudios realizados hace algunos años por las
organizaciones norteamericanas Latin América Working Group (LAWG) y el Center
for International Policy (CIP), el gobierno norteamericano ayuda a las FFAA y
los cuerpos policiacos ecuatorianos con grandes cantidades de recursos
militares y financieros, desde los años noventa. Aunque en apariencia estos
recursos están destinados al enfrentamiento al narcotráfico y la presencia
guerrillera colombiana en Ecuador, muchos de estos recursos se dirigieron a
financiar la persecución y espionaje contra las fuerzas progresistas de
Ecuador.
Los cuerpos policiales ecuatorianos han sido
favorecidos por la sistemática ayuda financiera y logística norteamericana,
entre ellos el Grupo Operaciones Especiales (GOE) de la Policía Nacional
Ecuatoriana, el Grupo Intervención y Rescate (GIR) de la Policía Nacional
Ecuatoriana, la Unidad Lucha Contra el Crimen organizado (ULCO) de la Policía
Nacional Ecuatoriana, el Grupo Especial
Móvil Anti-Narcóticos (GEMA) de la Policía Nacional Ecuatoriana y la Unidad
Antisecuestros (UNASE) de la Policía Nacional Ecuatoriana. Muchos miembros de
estos organismos policiales han establecido fuertes lazos de colaboración,
incluidos de pertenencia, con agencias norteamericanas como la CIA, el FBI, la
DIA y la DEA durante estos últimos años y se han convertido en fuentes del
espionaje estadounidense en Ecuador.
Según un documento aparecido el 5 de noviembre de
2008, elaborado por la Comisión de investigación de los servicios de
inteligencia militares y policiales, creada el 15 de mayo de 2008 por el
presidente Correa, mediante el Decreto 1080, y titulado “Informe de Penetración
de la CIA en las Fuerzas Armadas y Policía Nacional”, existen abundantes
pruebas de la actividad de espionaje norteamericana dentro de las FF AA y la
Policía Nacional del Ecuador.”
A grandes rasgos, el Informe corrobora:
- Excesiva
autonomía de los cuerpos policiales y su dependencia a intereses indicados por
agencias acreditadas en la embajada de EE UU en Ecuador.
- El contubernio entre las FF AA y la US Army para
el mantenimiento de la geopolítica norteamericana en la región.
- Empleo de los cuerpos policiales para labores de
espionaje de las fuerzas progresistas en Ecuador, como el espionaje
electrónico, telefónico y seguimientos, siguiendo instrucciones de agencias norteamericanas
acreditadas en la embajada de EE UU en Quito.
- La inteligencia policial dirigida por la
Dirección General de Inteligencia y el resto de dependencias especializadas
como la Unidad de Investigaciones Especiales (UIES), la Unidad de Antisecuestros
y Extorsión (UÑASE), el Comando Operativo Anti Coyotes (COAC) y la Dirección
Nacional Antinarcóticos (DNA), son financiadas en gran medida, desde hace años,
por el gobierno norteamericano.
- “Existen mecanismos formales e informales de
colaboración de los organismos de inteligencia ecuatorianos con las
instituciones que dependen de la Embajada de Estados unidos, principalmente con
Agregaduría de Defensa (DAO), Agencia Antidrogas (DEA), Grupo Consultivo de
Ayuda Militar (MMG), y Agencia Nacional de Seguridad (NSA, National Security
Agency), además de la estación local de la CIA.” (Textual)
- Se han demostrado casos de reclutamiento y
control de personal de las principales agencias de inteligencia por parte del
FBI y la CIA.
- Los mecanismos formales creados entre la embajada
norteamericana y las FF AA y la Policía Nacional, se materializan en
abastecimiento logístico, entrenamiento y capacitación, donación de partidas
financieras, entre otras.
- “Esta
dependencia vuelve al país vulnerable y menoscaba su capacidad de formular y
aplicar políticas soberanas en el control del narcotráfico o de la frontera
norte y puede condicionar la continuación de la cooperación a la entrega de
información a los organismos de Inteligencia de EE.UU. o a la implementación de
sus prioridades en materia de seguimiento y defensa.” (Textual)
- “En el área de inteligencia y desde el año 2001
hasta el 2008, se han capacitado en cursos y seminarios locales en diferentes
especialidades, un total de 2.898 elementos de la Policía Nacional. En el área
antinarcóticos, entre oficiales y personal subalterno, se han capacitado en el
exterior un total de 97 elementos.”
(Textual)
- “Existen indicios sugerentes de que el ataque de
las Fuerzas regulares de Colombia a Fuerzas irregulares colombianas en
territorio ecuatoriano se hizo en base a una operación combinada entre Colombia
y EE.UU., con la participación de una red de inteligencia extranjera operando
en el Ecuador, que conocía con antelación del bombardeo y de los pasos
subsecuentes que el Gobierno de Bogotá iba a tomar.” (Textual)
- “Las reuniones mantenidas con personal de la CÍA
en Ecuador demuestran las relaciones que se han construido con personal de la
Policía y las Fuerzas Armadas desde hace muchos años y reafirma la existencia
de redes como las que manejaba Leila Hadad Pérez, alias SWAT, así como vínculos
con oficiales de organismos especiales y de inteligencia de las dos
instituciones.” (Textual)
A manera de conclusiones.
La intentona golpista en Ecuador es la antesala,
sin lugar a dudas, del incremento de la labor desestabilizadora de la derecha
ecuatoriana. Quisieron probar si existían condiciones para derrocar a Correa,
pero no emplearon todos los recursos disponibles y muchos de los responsables
de esta intentona se ocultaron en la sombra o se lanzaron, hipócritamente, y,
cuando todo el mundo repudió la asonada, a hacer declaraciones a favor de la
democracia.
Muchos peligros amenazan a la Revolución Ciudadana
impulsada por Correa, entre ellos nuevos intentos por derrocarlo por la vía
violenta, ante la imposibilidad de hacerlo en las urnas.
Hoy más que nunca es importante sacar experiencias
de estos nefastos acontecimientos. Una de ellas es la necesidad de buscar la
unidad de las fuerzas progresistas, perfeccionar los métodos de trabajo con las
masas, enfrentar con oportunidad y convicción la desinformación entre las bases
populares y los movimientos sindical e indígena, esclarecer más que imponer, y
esa será, sin lugar a dudas, la clave del triunfo. Es la hora de rectificar
errores y de fortalecer nuestra fe en el pueblo, de depurar a oportunistas y a
quienes perjudican el trabajo del gobierno desde adentro.
El verdadero enemigo desembolsa grandes cantidades
de dinero de forma descarada y controla desde su complejo de oficinas diplomáticas,
las actividades de muchos elementos dentro de la FF AA y la Policía Nacional.
Se debe confiar, es cierto, en el soldado honesto y patriota. A la par, se debe
ser cuidadoso con aquel que se vende y es capaz de traicionar a la Constitución
cuando su protector de la CIA se lo aconseja.
Estos hechos dejaron, sin embargo, a mi modo de
ver, la apreciación de que el presidente Correa y su pueblo se crecieron con
decoro y dignidad por encima de quienes trataron de tronchar el futuro del
Ecuador. Fueron admirados por el mundo y el mundo no les dio la espalda.
La valentía de Correa como líder y hombre probo,
quedó demostrada al cerrarse este capítulo bochornoso en la historia del
Ecuador. Digno y glorioso dijo a Radio Pública, para que lo escuchara su amado
pueblo: “Yo no voy dar marcha atrás, si quieren vengan a buscarme acá, denme un
tiro y que siga adelante la República, me matarán a mí, como decía Neruda,
podrán cortar las flores pero no impedir la llegada de la primavera”.
Percy Francisco Alvarado
Godoy
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