Annete Schavan, ministra de educación y una de las más
íntimas colaboradoras de Angela Merkel, es acusada de haber robado ideas
ajenas al hacer su tesis doctoral en la Universidad de Düsseldorf, en
1980. El Consejo Rector del centro docente ya ha recibido la respectivas
pruebas documentales y decidirá el destino científico de Schavan la
semana próxima. Siendo justos, hay que reconocer que el cargo que se le
imputa no es de robo intelectual puro, sino la libre compilación de
citas, cuando es difícil establecer si se trata de ideas propias del
citador o del citado. Legalmente, también es una forma de plagio, aunque
de grado menor.
Esta última circunstancia no le
sirve de mucho alivio a la cancillera alemana Angela Merkel. Lo peor del
caso es que no es el primer escándalo de esta índole. Además, puede
afectar a los partidarios de Merkel en las elecciones parlamentarias del
próximo año. Con Schavan, ya son diez los politicos alemanes
denunciados por copiar. Y la cantidad puede transformarse en calidad. El
año pasado, Merkel se enfrentó al deplorable caso Guttenberg. El
ministro de Defensa, Karl-Theodor zu Guttenberg, acusado de haber
copiado más de la mitad de su tesis doctoral de cuatroscientos setenta y
cinco páginas, tuvo que renunciar.
La historia
tiene claras connotaciones electorales y es de carácter puramente
político, asevera nuestro experto Vladislav Belóv, director del Centro
Nacional de Estudios Germánicos en el Instituto de Europa de la Academia
de Ciencias de Rusia:
–Creo
que el caso Schavan ya tiene mucho que ver con esa “cacería de brujas”
que nuevamente se ha puesto de moda. Si ya hay varios políticos pillados
en plagio académico, hay que ir a buscar otros más. La prensa, los
“cazadores de noticias bomba” han visto en Schavan un objero adecuado.
La atacan a pesar de que la tesis fue escrita muchos años atrás y que,
legalmente, no se le imputa plagio, sino más bien compilación.
El
director del Instituto Nacional para el Desarrollo de la Libertad de
Información, Iván Pávlov, dice que Internet ha convertido el mal de
copiar en un fenómeno universal:
–Creo
que en parte esto se debe al avance de las tecnologías de información.
Ahora es más fácil pillar a una persona copiando. La única forma para
combatir este mal es la transparencia. Hay que liberalizar el acceso al
banco de datos de las tesis científicas. De este modo se podría
comprobar oportunamente si el autor ha copiado o no y, en caso positivo,
anular su defensa.
En relación con el caso
Schavan, la prensa alemana recuerda que la propia Merkel también
recurrió a una cita sin especificar al autor durante su campaña
electoral de 2005, al repetir casi textualmente en debate televisivo
frente al entonces canciller federal Gerhard Schröder una frase de
Ronald Reagan, en la que solo cambió Estados Unidos por Alemania. Reagan
había rematado con esa frase a Jimmy Carter, en debate presidencial de
1980.
En nuestros días, esa forma de plagio ya no es
nada de otro mundo, sino una tradición amplia y bien arraigada. Muchos
fueron acusados de aprovecharla. En 2008 el vicepresidente de EEUU
pronunció discursos copiados al pie de la letra a políticos británicos
de la década anterior. George W. Bush utilizó en su libro Decision Points
ejemplos tomados de obras de varios periodistas estadounidenses y el
exsecretario de prensa de la Casa Blanca. Entre los casos más recientes
cabe mencionar el del primer ministro de Rumanía, Víctor Ponta, acusado
de plagio académico, y el del presidente de Hungría, Pal Schmitt, que
renunció la primavera pasada tras un escándalo similar.
Autores: Andréi Fediáshin, Alexéi Liájov
La Voz de Rusia
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