sábado, 20 de octubre de 2012

La dulce tentación del plagio

Annete Schavan, ministra de educación y una de las más íntimas colaboradoras de Angela Merkel, es acusada de haber robado ideas ajenas al hacer su tesis doctoral en la Universidad de Düsseldorf, en 1980. El Consejo Rector del centro docente ya ha recibido la respectivas pruebas documentales y decidirá el destino científico de Schavan la semana próxima. Siendo justos, hay que reconocer que el cargo que se le imputa no es de robo intelectual puro, sino la libre compilación de citas, cuando es difícil establecer si se trata de ideas propias del citador o del citado. Legalmente, también es una forma de plagio, aunque de grado menor. 
Esta última circunstancia no le sirve de mucho alivio a la cancillera alemana Angela Merkel. Lo peor del caso es que no es el primer escándalo de esta índole. Además, puede afectar a los partidarios de Merkel en las elecciones parlamentarias del próximo año. Con Schavan, ya son diez los politicos alemanes denunciados por copiar. Y la cantidad puede transformarse en calidad. El año pasado, Merkel se enfrentó al deplorable caso Guttenberg. El ministro de Defensa, Karl-Theodor zu Guttenberg, acusado de haber copiado más de la mitad de su tesis doctoral de cuatroscientos setenta y cinco páginas, tuvo que renunciar. 
La historia tiene claras connotaciones electorales y es de carácter puramente político, asevera nuestro experto Vladislav Belóv, director del Centro Nacional de Estudios Germánicos en el Instituto de Europa de la Academia de Ciencias de Rusia: 
–Creo que el caso Schavan ya tiene mucho que ver con esa “cacería de brujas” que nuevamente se ha puesto de moda. Si ya hay varios políticos pillados en plagio académico, hay que ir a buscar otros más. La prensa, los “cazadores de noticias bomba” han visto en Schavan un objero adecuado. La atacan a pesar de que la tesis fue escrita muchos años atrás y que, legalmente, no se le imputa plagio, sino más bien compilación. 
El director del Instituto Nacional para el Desarrollo de la Libertad de Información, Iván Pávlov, dice que Internet ha convertido el mal de copiar en un fenómeno universal: 
–Creo que en parte esto se debe al avance de las tecnologías de información. Ahora es más fácil pillar a una persona copiando. La única forma para combatir este mal es la transparencia. Hay que liberalizar el acceso al banco de datos de las tesis científicas. De este modo se podría comprobar oportunamente si el autor ha copiado o no y, en caso positivo, anular su defensa. 
En relación con el caso Schavan, la prensa alemana recuerda que la propia Merkel también recurrió a una cita sin especificar al autor durante su campaña electoral de 2005, al repetir casi textualmente en debate televisivo frente al entonces canciller federal Gerhard Schröder una frase de Ronald Reagan, en la que solo cambió Estados Unidos por Alemania. Reagan había rematado con esa frase a Jimmy Carter, en debate presidencial de 1980. 
En nuestros días, esa forma de plagio ya no es nada de otro mundo, sino una tradición amplia y bien arraigada. Muchos fueron acusados de aprovecharla. En 2008 el vicepresidente de EEUU pronunció discursos copiados al pie de la letra a políticos británicos de la década anterior. George W. Bush utilizó en su libro Decision Points ejemplos tomados de obras de varios periodistas estadounidenses y el exsecretario de prensa de la Casa Blanca. Entre los casos más recientes cabe mencionar el del primer ministro de Rumanía, Víctor Ponta, acusado de plagio académico, y el del presidente de Hungría, Pal Schmitt, que renunció la primavera pasada tras un escándalo similar.

Autores: Andréi Fediáshin, Alexéi Liájov

La Voz de Rusia

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