Alejandro Castro Espín, el hijo del presidente cubano Raúl Castro,
hizo de conocimiento del público ruso en la Academia Diplomática de
Moscú los verdaderos propósitos políticos de Washington en el mundo del
siglo XXI.
Y lo hizo el fin de semana pasado a través de su libro titulado
“Imperio del Terror”, producto de 10 años de profundo análisis de la
política exterior estadounidense, a cuya presentación asistieron los
cuerpos diplomáticos latinoamericanos y de otros países, profesores,
alumnos de postgrado, periodistas y otros invitados.
Basándose en fuentes documentales, la obra, cuya presentación
coincidió con el 50 Aniversario de la Crisis de Octubre de 1962, muestra
que el propósito principal de las aspiraciones estratégicas de EEUU en
el tercer milenio es asegurar sus intereses en diferentes regiones del
mundo.
En su libro el autor hace un análisis de los acontecimientos
históricos que influyeron en la evolución de la Constitución
estadounidense, recorre la historia de EEUU desde el siglo XVI y
denuncia la intención de sus elites de poder de extender su dominación
primero dentro del territorio de las antiguas 13 colonias inglesas, y
luego hacia el sur, más allá de sus fronteras.
Indica que el fortalecimiento interno convierte a EEUU a finales del
siglo XIX en una potencia económica, política y social, que con
aspiraciones expansionistas obstruye la conclusión del proceso
independentista de América Latina.
En la disertación, pone énfasis en la primera proyección imperial
concreta de esa nación, que en 1898 inició la Guerra
Hispano-Cubana-Norteamericana, cuando independentistas cubanos estaban a
punto de derrotar a la metrópoli española.
El hijo del presidente cubano evoca la entrada del primer soldado
estadounidense en Santiago de Cuba el 1 de enero de 1898 para precisar
que desde aquel entonces se impuso un sistema neocolonial que duró 60
años y que fue interrumpido por el triunfo de la Revolución Cubana en
1959.
La decisión del pueblo cubano de preservar su soberanía y defender su
autodeterminación, según Castro, indujo a los representantes de la
oligarquía estadounidense, promotores del derrocamiento en 1954 del
gobierno de Jacobo Arbenz, en Guatemala, a aplicar en Cuba la misma
fórmula.
Es así como tiene lugar la invasión de Playa Girón en abril de 1961,
plan heredado por el presidente John F. Kennedy de la administración
anterior; y como se produce la primera gran derrota del imperio
estadounidense en América Latina.
A continuación de esa política agresiva contra Cuba surgió la
Operación Mangosta, que incluía planes de subversión interna con
respaldo estadounidense, proyectos de asesinato de los líderes cubanos y
desembocaría en una invasión.
Esta estrategia, ininterrumpida hasta el día de hoy, fue la verdadera
causa de la Crisis de Octubre, de la que hoy se conmemora medio siglo,
recuerda el autor del libro.
La presencia en Cuba de cerca de 50 mil soldados soviéticos y 42
misiles de alcance medio respondió a la decisión soberana de La Habana y
Moscú de llevarlos a la isla para impedir una invasión.
Castro precisa que la Crisis de Octubre se solucionó a través del
diálogo entre EEUU y la Unión Soviética, sin la participación de Cuba, y
como resultado la vulnerabilidad de la mayor de la Antillas quedó en
las mismas condiciones.
No se resolvieron los cinco puntos exigidos por el líder histórico de
la Revolución, Fidel Castro, y se mantuvo el bloqueo económico,
comercial y financiero; la base de Guantánamo continuó ilegalmente
ocupada, perduraron los planes de asesinato y toda suerte de agresiones.
El libro fue publicado en ruso por la editorial Magíster bajo el
título “Estrategia del todo poderoso: política exterior de Estados
Unidos”. La obra fue también presentada en el Instituto de
Investigaciones Estratégicas Complejas, La Universidad Estatal de
Comercio y Economía y la Casa del Libro de Moscú.
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