La intolerancia y el odio irracional del staff de
la mal llamada Radio Martí, hacia Cuba y su Revolución, los hace ignorar lo que
realmente sucede en el mundo. Como caballos con tapaderas en los ojos
deambulan, cansones y aburridos, insuflados por la rabia y la impotencia, hacia
una sola dirección: mantener el discurso mediático anticubano. Todo lo demás no
importa, no es trascendente.
Cada uno de estos falsos periodistas, cuya carencia
de ética y profesionalidad, sazonada con una abominable falta de escrúpulos,
gana su salario sobre la base de difundir las mentiras y bulos fabricados por
una contrarrevolución radicada en la Isla, formada por cuatro gatos maulladores
en busca de su premio: un poco de dinero sucio. La falta de recato es obsesiva
y, mes tras mes, sobredimensionan las falsas huelgas de hambre de esos
mercenarios, lo cual ha sido hartamente probado: que solo se reducen a shows
mediáticos, a engañosas "batallas" en las que se hartan opíramente
tras banbalinas, probando su falta de convicciones y su debilidad de
principios. Huelgas de pacotilla son el plato fuerte de esta falsaria emisora.
Gracias a ello, la credibilidad de Radio Martí, al
igual que la de sus fuentes, ha ido mutándose en sucias partículas de
excremento ideológico, nada peligrosas ni amenazadoras para la Revolución
Cubana. Por ello, cuando Marta Beatriz Roque Cabello camina por la calle y
alguien murmura tras ella: "Allí va, la descarada esa", también pone
en tela de juicio a aquellos que sobredimensionaron, a sabiendas, la condenable
farsa.
Pero Radio Martí, además de engañosa, también es
cómplice silenciosa de los verdaderos abusos que ocurren en el mundo; también
es culpable de callar la verdad sobre la resistencia verdaderamente heroica de
otras gentes, afuera de Cuba, por lograr sus anhelos de justicia social.
¿Dedicó, acaso, un espacio para reflejar la huelga
de hambre mantenida por Daniel Levinao y Paulino Levipán, comuneros
mapuches chilenos quienes han llevado 59 días sin ingerir alimentos, en
protesta por un juicio amañado en que fueron condenados a 11 años de prisión?
¿Expresó, por pudor, su comentario sobre la injusta política contra los
mapuches wente winkul mapu del Lof Chekenco, por parte del actual gobierno de
Sebastián Piñera, los que padecen el despojo de sus tierras y el atentado
permanente contra sus raíces históricas? Obviamente, responderán cínicamente
las cotorras indolente de Radio Martí, que ellos se interesan solo por los
problemas de Cuba y que ese problema es de los chilenos. Tampoco cuestionarán
la "democracia" del país austral, exclusiva y discriminatoria, como
la que ellos quieren imponer a nuestro pueblo.
¿Les preocupó la huelga de hambre mantenida por los
trabajadores españoles Tomás Calvo y Joaquín García, empleados despedidos por
Sufi Cointer, una concesionaria municipal del servicio de limpieza viaria y
recogida de basura, radicada en Cádiz, como resultado de la política de
recortes aplicada por Mariano Rajoy? Ni una sola letra han escrito al respecto
y, mucho menos, una condena. La razón es la misma: esa es la
"democracia" que quieren para Cuba.
¿Les ha importado el caso del
detenido César Daniel Gónzález, quien realiza una huelga de hambre, exigiendo
que las autoridades del Servicio Penitenciario Provincial y de la Unidad Penal
III, lo autoricen a estudiar en la Universidad Nacional del Comahue, tras
llevar 17 años preso y a quien se le niega el derecho a estudiar? Por supuesto,
César tampoco es cubano.
¿Les interesa, acaso, divulgar que
cientos de presos políticos kurdos, en Turquía, se han sumado a una huelga de
hambre indefinida, cuya protesta pacífica ha sido ignorada también por las
agencias de medios internacionales y organizaciones de derechos humanos? Los
kurdos no les interesan tanto como los curdas (alcóholicos)
contrarrevolucionarios anticubanos, que se llenan el estómago de cerveza y
comida con el dinero sucio recibido por la USAID. Eso sí parece ser asunto
suyo.
¿Acaso eso es periodismo?¿Acaso eso es ética y
profesionalidad?
Sin lugar a dudas, hoy Radio
Martí es la más real expresión de la chismografía política barata, del reallity
show de mercenarios sin escrúpulos y mentirosos, de la más repudiable guerra
ideológica. Pura caca, diría mi abuela.
Percy Francisco Alvarado Godoy.
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