La llegada de 200 infantes de marina norteamericanos directamente desde Fort
Bragg, Carolina del Norte en EE.UU a Guatemala para desarrollar la lucha contra
el narcotráfico, es parte del “nuevo Plan” esbozado por el Secretario de Defensa
norteamericano en la recientemente celebrada en el Uruguay, X Reunión de
Ministros de Defensa de las Américas.
La noticia no toma por sorpresa a nadie pues como
explicamos en el trabajo publicado en nuestro sitio “¿Qué trae realmente el
plan del Pentágono para Latinoamérica?”, las intenciones reales no distan de
las que hasta ahora han tenido los estrategas norteamericanos, mantener
su poder hegemónico en el hemisferio.
Ya en estos momentos los pobladores de la región
donde operan los norteamericanos empiezan a mostrar
sus temores, relacionados con la posibilidad de que dichas operaciones
se conviertan, como en el pasado, en una verdadera guerra de desmanes y
represión contra la población civil.
Lo peor de todo es que casi seguro estos soldados
deben tener la llamada “patente
de corso” autorizada por las autoridades guatemaltecas que les permite
cometer las ilegalidades que deseen, incluyendo ejecuciones extrajudiciales,
arrestos, torturas y violaciones (no pueden faltar donde haya soldados
norteamericanos), dejando tras si una estela de odio y dolor difícil de superar
con el tiempo.
Pero esto no le preocupa a las autoridades del
gigante del norte, su único objetivo es controlar que sus
intereses no corran riesgos. Algunos se preguntaran ¿Qué buscan
entonces en las costas guatemaltecas los soldados del Comando Sur?
Siguiendo la lógica de las acciones
estadounidenses en el mundo, lo primero que buscan es perpetrarse y
justificar su presencia militar enmascarada con fines “humanitarios”.
Como es lógico, no podemos perder de vista que muy
cerca están Nicaragua
y El Salvador, objetivos
prioritarios de los estadounidenses en Centroamérica. Recuerden que ya
los EE.UU logró desplegar una fuerza en Costa Rica, lo que unido a las fuerzas y
bases que tienen en Panamá y Honduras, les permite tener presencia militar en
casi toda la región centroamericana.
Por otro lado Guatemala es la frontera por la que
pasan todos los emigrantes “indeseables” de Centroamérica hacia Estados Unidos,
toda vez que los “deseables”, profesionales y personalidades aprovechables,
viajan en avión y desembarcan en aeropuertos del primer mundo. Para
los gobernantes estadounidenses, tratar de controlar el flujo migratorio hacia
sus fronteras es más importante que la lucha contra el narcotráfico.
Recordemos que la venta de narcóticos en EE.UU representa un por ciento
importante del Producto Interno Bruto de la economía norteamericana.
Po si fuera poco según noticias divulgadas por la
prensa guatemalteca en la región de asiento de la Cuenca del Petén, se encuentra
el depósito más importante de hidrocarburos del país que ha desatado una fiebre
del petróleo. ¿Sera casualidad que precisamente ahora se aparecen los marines
interesados por eliminar a los zetas que llevan años deambulando por esta
región?
Hay otro detalle muy interesante en esta incursión
militar norteamericana y es que los Marines pertenecen precisamente a las FOE
acantonadas en Fort Bragg, donde se encuentra el Comando de Operaciones
Psicológicas del Ejército norteamericano, responsable de la planificación y
ejecución de todas las guerras en el mundo actual.
Como es obvio si accedemos al sitio
del Comando Sur del Ejercito norteamericano, no encontraremos casi
ninguna información de lo que hacen sus tropas especiales en Guatemala y si
aparece algo, seria pura propaganda donde se mostrará a algún que otro medico
auscultando a un pobre niño descalzo y harapiento, o a un grupo de marines
“ayudando” a la construcción de alguna escuelita o algunos soldados repartiendo
paqueticos con alimentos o juguetes a los empobrecidos habitantes de la región.
La caridad
como farsa, donde la limosna pretende encubrir el saqueo que las
transnacionales hacen de nuestros recursos.
Claro que, después de tomada la foto, los
benefactores continuarán con sus “tareas” habituales de represión y
desmanes.
En sus declaraciones en Uruguay el Secretario
Panetta hizo hincapié en que “las Fuerzas Armadas, no
deberían emplearse para la lucha contra el narcotráfico y el
terrorismo” por ser esta actividad de jurisdicción civil. Entonces como
comprender el uso de nada mas y nada menos que Fuerzas de Operaciones Especiales
del Ejercito de EE.UU para la “lucha” contra el narcotráfico en
Guatemala. Ellos
si, pero los latinoamericanos no.
Todo lo que ocurre en Guatemala es una demostración
fehaciente de que, lo que dijimos en el artículo anterior correspondía
con la realidad.
Algunos podrán pensar que tenemos una “garganta
profunda” dentro de las filas norteamericanas que nos tiene al tanto de
sus intenciones.
Les voy a revelar un secreto que
solo debe quedar entre nosotros: Es verdad, el
agente Panetta trabaja para nosotros y nos mantiene informados de todo
lo que hacen.
Solo tenemos un problema con el, a veces no habla
claro y tenemos que descifrar sus códigos.
De todas maneras no se preocupen, en nuestra
redacción tenemos buenos analistas que conocen sus mañas y mas temprano que
tarde, logramos descifrar sus mensajes para transmitírselos a ustedes. Nosotros
comprendemos perfectamente que el agente Panetta
no puede decir muchas verdades por la TV, hay mucha gente
escuchando.
Ellos podrán seguir repartiendo juguetes y
haciendo la foto para la publicidad, pero algo si es cierto – Cuando
la limosna es mucha, hasta el santo desconfía.
POR DAVID URRA / CONTRAINJERENCIA
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