martes, 16 de octubre de 2012

La "espía" FMC 25037-016: UN TRATO HUMANO PARA ANA BELEN MONTES

Su padre, de origen puertorriqueño, era médico del ejército estadounidense acantonado en la ex Alemania occidental. Por eso ella nació allá. En 1979, a los 22 años, la Universidad de Virginia le concedió una licenciatura en relaciones internacionales. Posteriormente logró una maestría.

En 1985 fue acogida en la Agencia de Inteligencia del Pentágono (Defense Intelligence Agency, DIA). Por sus capacidades fue enviada a la base aérea de Bolling, en Washington, donde trabajó como especialista en investigación de inteligencia. En 1992 pasó al Pentágono como Analista. Con un cargo ficticio, durante un tiempo fue ubicada en la representación diplomática en La Habana para que “estudiara” a los militares cubanos. En 1998 la DIA la envió de nuevo a la Isla para que “observara” el desarrollo de la visita del Papa Juan Pablo II.

Además de poseer un rostro dulce, sonrisa perenne y buenos modales, era sumamente discreta. Mientras vivía sola en un sencillo apartamento al norte de la capital estadounidense, escaló hasta llegar a ser analista de primera categoría en el Pentágono (senior analyst), especializada en Cuba. Tuvo acceso a prácticamente a todo lo que la comunidad de inteligencia recogía sobre la isla. Sabía lo que el Departamento de Defensa conocía en relación a las actividades militares cubanas. Por su rango era miembro del súper secreto “grupo de trabajo interagencias sobre Cuba”’, que reúne a los principales analistas de las agencias federales, como la Agencia Central de Inteligencia, CIA, y de la misma Casa Blanca y el Departamento de Estado.

Ana Belén Montes fue arrestada el 21 de septiembre de 2001.Una corte Federal la acusó de “conspiración para cometer espionaje”, y de entregarle a Cuba "información clasificada para que pudiera defenderse". En varias ocasiones había pasado con éxito la prueba del detector de mentiras. Su detención provocó un profundo impacto en la comunidad de inteligencia de Estados Unidos. Era la espía de mayor rango en la historia de Estados Unidos. “Una de las joyas de nuestra corona’’, dijo un general de la DIA.

Hace diez años, el 16 de octubre de 2002 fue sentenciada a 25 años, librándose por un pelo de la condena a muerte. Está encerrada en la prisión del Federal Medical Center, FMC, que se encuentra ubicada dentro de las instalaciones de la base aeronaval Fort Worth, Texas, un centro destinado a mujeres delincuentes con problemas psíquicos. Está sujeta a un extremo régimen de aislamiento: Solo puede recibir las visitas de su padre y hermanos; no puede relacionarse con ninguna detenida; no puede hablar por teléfono, ni recibir periódicos, ni ver televisión; nadie puede indagar por su salud. Solo existe como la prisionera FMC 25037-016.

Antes de escuchar la sentencia leyó un breve texto donde expresó frases como estas*: “Yo me involucré en la actividad que me ha traído aquí porque obedecí a mi conciencia más que obedecer a la ley. Yo considero que la política de nuestro gobierno hacia Cuba es cruel e injusta, profundamente inamistosa, por eso me consideré moralmente obligada de ayudar a la isla a defenderse de nuestros esfuerzos de imponer en ella nuestros valores y nuestro sistema político […] Nosotros hemos hecho gala de intolerancia y desprecio hacia Cuba durante las últimas cuatro décadas. Nosotros nunca hemos respetado el derecho de Cuba a definir su propio destino, sus propios ideales de igualdad y justicia […] Yo solamente puedo decir que hice lo que consideré más adecuado para contrarrestar una gran injusticia.”

* Leer toda su declaración en: http://www.rebelion.org/noticia.php...

Declaración de Ana Belén Montes en la corte Federal


Segunda cita

El 16 de octubre de 2002 Ana Belén Montes leyó la siguiente declaración en la corte Federal de Estados Unidos. Ella recibió una condena de 25 años de prisión por entregarle a Cuba "información clasificada para que pudiera defenderse". Antes de su arresto, en Septiembre del 2001, Ana Belén era analista de primera categoría en la Agencia de Inteligencia para la Defensa, en el Pentágono. Su especialidad era Cuba.


"Existe un proverbio italiano que quizás sea el que describe de la mejor forma en lo que yo creo: Todo el Mundo es un solo país. En ese "país mundial" el principio de amar al prójimo tanto como se ama a uno mismo resulta una guía esencial para las relaciones armoniosas entre todos nuestros "países vecinos".


"Este principio implica tolerancia y entendimiento para las diferentes formas de actuar de los otros. El establece que nosotros tratemos a otras naciones en la forma en que deseamos ser tratados- con respeto y consideración. Es un principio que, desgraciadamente, yo considero nunca hemos aplicado a Cuba.


"Honorable, Yo me involucré en la actividad que me ha traído ante usted porque obedecí mi conciencia más que obedecer la ley. Yo considero que la política de nuestro gobierno hacia Cuba es cruel e injusta, profundamente inamistosa, me consideré moralmente obligada de ayudar a la isla a defenderse de nuestros esfuerzos de imponer en ella nuestros valores y nuestro sistema político.


"Nosotros hemos hecho gala de intolerancia y desprecio hacia Cuba durante las últimas cuatro décadas. Nosotros nunca hemos respetado el derecho de Cuba a definir su propio destino, sus propios ideales de igualdad y justicia. Yo no entiendo como nosotros continuamos tratando de dictar como Cuba debe seleccionar sus líderes, quienes no deben ser sus dirigentes y qué leyes son las más adecuadas para dicha nación. ¿Por qué no los dejamos decidir la forma en que desean conducir sus asuntos internos, como Estados Unidos ha estado haciendo durante más de dos siglos?


"Mi forma de responder a nuestra política hacia Cuba quizás no fue la más adecuada moralmente. Es posible que el derecho a existir de Cuba, libre de la coerción política y económica, no justifique el haber entregado a la isla información clasificada para que pudiera defenderse. Yo solamente puedo decir que hice lo que consideré más adecuado para contrarrestar una gran injusticia.


"Mi mayor deseo sería ver que surja una relación amistosa entre Estados Unidos y Cuba. Espero que mi caso, en alguna manera, estimule a nuestro gobierno para que abandone su hostilidad en relación con Cuba y trabaje conjuntamente con La Habana, imbuido de un espíritu de tolerancia, respeto mutuo y entendimiento.

"Hoy vemos más claro que nunca que la intolerancia y el odio – por individuos o gobiernos- lo único que disemina es dolor y sufrimiento. Yo espero que Estados Unidos desarrolle una política con Cuba fundamentada en el amor al vecino, una política que reconozca que Cuba, como cualquier otra nación quiere ser tratada con dignidad y no con desprecio.


"Una política como esa llevaría nuevamente a nuestro gobierno a estar en armonía con la compasión y la generosidad del pueblo estadounidense. Ella permitiría a los cubanos y estadounidenses el aprender como compartir unos con los otros. Esto permitiría que Cuba abandone sus medidas defensivas y experimente cambios más fácilmente. Y esto permitiría que los dos vecinos trabajen conjuntamente y con otras naciones para promover la amistad y cooperación en nuestro "país mundial" y en nuestra única "patria mundial".


UN TRATO HUMANO PARA ANA BELEN MONTES


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