Recientemente
la Editorial Arte y Literatura publicó el libro “Los últimos soldados de la
Guerra Fría” del escritor brasileño Fernando Morais. Este libro como bien se
explica tiene elementos de testimonio, novela, suspenso, etc. . En este libro
se hace referencia a mi persona, Juan Pablo Roque González y quiero comenzar por su editorial que publicó en Cuba este
libro para darle mi criterio personal y de un número bastante grande de
compañeros en mi entorno que compartiendo mi criterio me han pedido
insistentemente que me pronuncie ante tantas inexactitudes y una gran variedad
de afirmaciones que no se ajustan a la verdad de lo que realicé por misión en
Miami, Estados Unidos.
Fui a los
Estados Unidos cumpliendo una misión de la Seguridad del Estado. Todo lo
escrito en este libro “novelesco” está alterado extremadamente y me refiero
única y exclusivamente a mi persona, a pesar que conozco poblado de
inexactitudes.
Durante mis
años en los Estados Unidos recibí muchos estímulos que sin lugar a dudas eran
fruto de mi trabajo en los grupos contrarrevolucionarios y dentro del FBI. Me
preparé en Cuba y en la antigua URSS. Mi última academia terminada fue la
Academia Lenin de Moscú donde compañeros que hoy integran el Buró Político y la
Jefatura del MINFAR culminaron antes que yo o junto conmigo. Tuve que ver mucho
en esos años con los temas editoriales y su comportamiento ideológico.
El
personaje, para llamarlo de alguna forma, de esta “novela”, existe
y lo publican con nombre y apellidos
no con (seudo). Para los que lean el
libro, los jóvenes, mis hijos, etc. estoy totalmente identificado. No caí preso
en los Estados Unidos, pero sin lugar a dudas mi actitud hubiera sido la misma
de los otros cinco compañeros, la mía de otros que estamos aquí.
Cita textual
de la página 141:
…
insatisfechos con su desempeño y sobre todo con lo que consideraban
«comportamiento exhibicionista» de Roque en la Florida, a fines de 1995 la
Dirección del Departamento de Seguridad del Estado decidió retirarlo de los
Estados Unidos en forma segura, y para ello desencadenó una acción a la cual se
le dio el sugestivo nombre de Operación Vedette.
Fin de la
cita
El señor
Fernando Morais vino a Cuba en el año 2005 y me vio 15 minutos el Primero de
Mayo, jamás lo vi más no fui avisado ni consultado de este enfoque. A él lo
mandó el compañero Miguelito del despacho del compañero Ricardo Alarcón.
Es realmente
de interés de alguien permitir este concepto insolente ¿A quién beneficia? ¿A
quién humilla? ¿Por qué semejante calumnia?
Juan Pablo
Roque
Junio 05 de
2013
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