martes, 3 de septiembre de 2013

Disidencia Delirante. Tratamiento.


“Disidencia Delirante”, ya los diagnosticamos, ahora hay que saber cómo tratarlos. Consejos útiles…

Estimados amigos, en intentos por hallar un tratamiento efectivo contra los mercenarios cubanos que padecen del trastorno mental “Disidencia Delirante”, nos reunimos en días recientes un grupo de colegas psicólogos.

La tarea no es nada fácil, ya que es un trastorno complejo en estudio, y la mayoría de los pacientes no tienen crítica de la enfermedad (no reconocen, ni aceptan que están enfermos), típico en el estado psicótico.


A pesar de que todavía se trabaja en la propuesta de un tratamiento que pueda abarcar todos los síntomas que se describen, les proponemos en una fase inicial, algunos consejos útiles al interactuar con este tipo de pacientes:
- Mantenga la calma, no se deje provocar con criterios vulgares, agresivos, que carecen de sentido o fundamento (tenga en cuenta que la mayoría sufre de retardo mental en el pensamiento y necesitan mucho trabajo diferenciado para poder desarrollar su capacidad intelectual y trabajar en su zona de desarrollo próximo).


- Siempre bríndele argumentos sólidos basados en la verdad y realidad sobre los hechos de nuestra historia, recuérdeles cómo éramos antes del Triunfo de La Revolución (recuerde que también pueden sufrir episodios de amnesia, no recuerdan la miseria y desigualdad que vivimos los cubanos en esa época).
- Además, mantega una constante demostración de sus errores y mentiras, aún cuando le parezca en vano por su poco poder de entendimiento (recuerde que padecen de mitomanía, compulsión a decir mentiras).

- Por último, no pierda oportunidad de mostrar la Cuba bella que todos conocemos y amamos, para que aviven la nostalgia por lo que se han perdido al pasarse a las filas del enemigo y traicionar a la tierra que los vió nacer. Muéstrele que es más grande el amor y la fidelidad que un cuantos sientos de pesos (dólares).


Nota: Ante amenazas o intentos de huelga de hambre con comida, trate de tener a mano una buena cantidad de aguacates y futabombas…


Por: Gabriela Alejandra Pérez, Lic. Psicología. (Twitter: @gabiale1704)

Tomado de http://miradasencontradas.wordpress.com

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