El secretario de Estado de Estados Unidos, John Kerry, condenó el
"salvajismo medieval" del Estado Islámico y no le falta razón, cortar
cabezas en los umbrales del siglo XXI, ya sea de periodistas o de otras
personas, no tiene, por supuesto, nada de civilizado.
Sin embargo, resulta contraproducente con el salvajismo de esos
asesinos del desierto el dominio que se les reconoce de las nuevas
tecnologías. Según la BBC: “Mientras el Ejército Islámico de Irak y el
Levante (ISIS, por sus siglas en inglés) continúa adelantado su campaña
en el norte del país árabe, también ha comenzado a desplegar una
sofisticada estrategia en las redes sociales, redefiniendo su modo de
promocionarse en el mundo”.
De igual forma llama la atención el dominio cinematográfico
demostrado por estos combatientes en los videos de las decapitaciones
de los periodistas norteamericanos.
El video de Steven Sotloff denota una exquisita dirección de arte. Un árido desierto –sin dudas bien lejos de las cámaras de los satélites y de los cohetes de los drones-, como escenografía. Dos personajes, la víctima y el verdugo. La primera aparece de rodillas con un traje anaranjado impecablemente limpio. El victimario, con el rostro cubierto al estilo de los malos de los relatos de las mil y una noches, vestido todo de negro. La brisa del desierto bate levemente su traje.
Mientras el periodista envía el mensaje a su gobierno con una
frialdad inconcebible en un hombre que va a ser decapitado, el verdugo
amenaza en un inglés a lo Anthony Hopkins y un tono de voz que en algo
recuerda al Darth Vader de la Guerra de las Galaxias. Filmado con más de
una cámara, el video además de jugar con los planos, muestra una
edición impecable.
Bien pudiera pensarse que los bombardeos de los aviones
norteamericanos que el sacrificio del periodista pretende detener
ocurren a millones de leguas del set de filmación.
En fin, demasiado perfecto para haber sido hecho por unos salvajes medievales.
Se ha dicho que el asesino de James Foley podía ser un rapero británico. 'The Sunday Times', afirmó que el sospechoso principal era Abdel Majed Abdel Bary, un joven de 23 años que había abandonado su casa familiar en el oeste de Londres el año pasado. Según medios británicos, antes de convertirse en yihadista, Bary era un cantante de rap conocido como 'L Jinny'. Su música había sido puesta en BBC Radio 1.
¿El verdugo de Steven Sotloff será algún renegado director de cine?
Por ahora solo se sabe que la Comunidad de Inteligencia
estadounidense ha analizado el vídeo sobre la decapitación de Steven
Sotloff y ha determinado que es auténtico.
Escrito por
M. H. Lagarde / CubaSi
No hay comentarios:
Publicar un comentario