Los militares estadounidenses se están planteando la posibilidad de recurrir a los sistemas espaciales de nueva generación de bajo precio. El trabajo en este tipo de proyectos ha de continuarse incluso en condiciones del ahorro presupuestario, señalan las fuentes del Pentágono.
Sin embargo, en estos momentos no
se está financiando la realización nuevos proyectos. En opinión de los
expertos, es más probable que el mencionado tipo de sistemas sea creado
como respuesta a la demanda del sector civil, más que de la esfera
militar.
Los costes del transporte de un kilo de
carga a la órbita terrestre siguen siendo excesivamente altos,
equivaliendo a decenas de miles de dólares. Sería posible reducir los
gastos con el uso de las naves espaciales multifuncionales, los
transbordadores, pero las inversiones en un lanzamiento habrían de
superar 1500 millones de dólares.
Ante los
transbordadores de cien toneladas de peso nunca se han planteado
objetivos militares, tales, por ejemplo, como la retirada de la órbita
de los satélites enemigos. En el siglo XXI fue diseñado el avión
espacial no tripulado Boeing X-37B de cinco toneladas de peso, una
creación de la NASA que pasó a disposición del Pentágono. Los dos
vehículos ensamblados realizaron cada uno una misión secreta relacionada
con las últimas tecnologías por satélite, cuenta el Director del
Instituto de política espacial, Iván Moiséev.
—A
pesar de ser información secreta, los objetivos de la creación de este
sistema eran evidentemente operacionales. Los conflictos actuales
tienden a ser locales y a surgir en diferentes puntos del planeta. Las
ventajas de un avión espacial consisten en que puede cambiar con
facilidad su órbita, colocarse en el sitio estratégico e ir lanzando
satélites especiales que garanticen el control de las operaciones y la
comunicación.
Además de haberse sometido a
pruebas, el Boeing X-37B pudo haber cumplido ya tareas concretas, opina
el miembro de la Academia de Cosmonáutica de Rusia, Alexandr
Zhelezniakov:
—Es
difícil determinar si está siendo usado por los militares, pero es muy
posible que haya participado en operaciones de reconocimiento, es decir,
en la toma de imágenes de la superficie terrestre.
A
pesar de todo el Boeing X-37B no es el vehículo espacial que le abrirá
al Pentágono el camino a los lanzamientos baratos. El proceso del
diseño del avión espacial empezó hace trece años. El concepto se está
quedando obsoleto, aunque se ha obtenido una experiencia considerable.
—Los
sistemas civiles de esta clase existen sólo sobre papel y además del
turismo espacial, no creo que tengan mucha aplicación, señala el
experto.
Aparte del uso de los
transbordadores, sólo existe una manera de abaratar los costes de los
lanzamientos espaciales, es crear cohetes capaces de volver a la Tierra.
La Fuerza Aérea de Estados Unidos ya ha convocado el concurso
pertinente en el que participaron, entre otras empresas, Boeing y
Lockheed Martin. Uno de los proyectos presentados les pareció a los
organizadores lo suficientemente prometedor, pero el encargo no llegó a
hacerse. De modo que en este segmento los militares estadounidenses
tampoco cuentan con ninguna posibilidad. En la actualidad, en un
proyecto parecido pero de uso civil está trabajando la empresa de Elon
Musk, “SpaceX”, que está diseñando el chasis de aterrizaje para el
cohete “Falcon 9”.
Según Alexandr Zhekezniakov, el Pentágono podría interesarse por el producto final:
—Si
Musk llega a avanzar considerablemente en esta esfera, los militares,
sin lugar a dudas, le demostrarán su interés y es muy posible que el
encarguen el desarrollo de un sistema parecido de uso militar.
Sin
embargo, todo parece indicar que en un futuro inmediato el Pentágono no
podrá contar ni con aviones espaciales nuevos y baratos ni cohetes
capaces de aterrizar, pero no cabe la menor duda de que la demanda hacia
este tipo de aparatos irá en aumento y, sobre todo, por parte del
sector civil. Y lo más posible es que los crean empresas privadas y no
los tradicionales colaboradores del Pentágono, Lockheed Martin entre
ellos, acostumbrados como están a una remuneración fabulosa. En
condiciones de un presupuesto más escueto, habrá que considerar los
resultados que ofrece la empresa de Elon Musk, creadora de una nave
espacial y un cohete a unos costes moderados.
Los expertos de La Voz de Rusia
indican que el futuro de los proyectos espaciales de aplicación militar
dependerá en gran medida de las decisiones tomadas por los políticos
que serán los encargados en marcar la tendencia hacia el uso civil de
los últimos avances o su mayor militarización.
La Voz de Rusia
No hay comentarios:
Publicar un comentario