Durante meses, las elecciones venezolanas han
estado al centro de la atención de los medios anticubanos más ultraderechistas
radicados en Miami o en España que han intentado, con el apoyo de los medios más
importantes del mundo, cualquier vía para respaldar a Enrique Capriles contra el
presidente Chávez.
Todos los citados medios
han tratado más de una vez de difundir noticias manipuladas en el intento de
favorecer la campaña política del candidato opositor. En ese sentido, dichos
medios han inventado una y otra vez el inminente fallecimiento del presidente
Chávez debido a su enfermedad cancerosa, un supuesto parentesco de Capriles con
Simón Bolívar y las más catastróficas consecuencias -anunciadas por el fanático,
belicista y xenófobo candidato presidencial norteamericano Romney- que una
victoria de Chávez tendría para la seguridad de todo el hemisferio, en términos
de narcotráfico, terrorismo islámico y armas nucleares (es decir,
lo que los Estados Unidos han financiado por el mundo durante los últimos
sesenta años).
En
esos últimos días -tras las elecciones venezolanas que se pronunciaron una vez
más en favor del presidente bolivariano- dichos medios, expresión de una
estrecha pero aún poderosa élite fascista anticubana, nos han dado una verdadera
muestra de hasta que punto son capaces de aceptar la libertad ajena y, sobre
todo, hasta que punto están dispuestos a sacrificar los intereses del pueblo de
Cuba.
Emblemático, pero no único, resultaba un editorial
publicado por Diario de Cuba que titulaba “Oxígeno para La Habana.
El triunfo de Hugo Chávez es una pésima noticia para los cubanos de a pie” y
que escribía que para Cuba esto significa la continuidad de una ayuda
económica privilegiada. Venezuela es su primer socio comercial […] El
triunfo electoral de Chávez es, por tanto, una pésima noticia para los cubanos
de a pie, pues libra a Raúl Castro de las presiones que podrían obligarlo a
implementar los cambios necesarios.
Análogamente, Martinoticias hablaba de
la victoria de Hugo Chávez como un alivio para Cuba y El Nuevo
Herald definía dicha victoria como una mala noticia para la
democracia ya que ahora los aliados del hemisferio estarán más dispuestos
a profundizar el Socialismo del Siglo XXI en sus propios países y, sobre
todo, eso constituye un gran alivio para el régimen de los hermanos Castro en
Cuba, ya que remueve el riesgo de que Venezuela ponga fin a los envíos de
petróleo subsidiado.
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