lunes, 17 de junio de 2013

Toma de conciencia de un revolucionario venezolano



 
Conversión de un oficial de las Fuerzas Armadas en militante revolucionario en el marco de la Guerra Fría 

Durante el período de la Lucha Armada  se dan múltiples casos de oficiales activos de la FAN que se unieron a la guerrilla. Algunos asumieron el frente de combate en el mismo terreno donde ellos eran los que combatían a su adversario. Otros, conversos al socialismo, se mantuvieron dentro de las filas para organizar de manera secreta movimientos políticos que fueron semillas del proceso revolucionario actual.

Ese fenómeno de asumir el socialismo y luchar contra el capitalismo ocurre básicamente por los niveles de conciencia que va desarrollando el oficial durante su carrera. Conciencia estimulada por: 

(i)        el ambiente nacional creado por la lucha armada,
(ii)    el surgimiento de una tecnocracia que agudiza su capacidad de análisis por los niveles de modernización de las FAN y su contacto con el pensamiento universal encontrado en los centros de estudios nacionales e internacionales
(iii)    el desprendimiento de la corriente tecnocrática de una tendencia izquierdista que se va formando como consecuencia de las realidades políticas y sus vínculos con las guerrillas
(iv) la condición de las FAN de estar constituida mayoritariamente por individuos procedentes de los sectores populares
Para entrar en las especificidades de la ocurrencia de este fenómeno muy particular de las FAN venezolanas, en las próximas páginas se narra la historia (en 1ra persona) de un testigo que pudo convivir la transición de oficial formado bajo los programas de estudio de una de las escuelas militares influenciado por la Doctrina de Seguridad Nacional de los EEUU y su conversión en oficial revolucionario radicalmente opuesto al rol militar que le inculcaron para ser soporte a la democracia representativa regentado desde el Centro de Dominio. Ese oficial testigo de esta transición es el autor de este libro.

La Escuela de Aviación Militar (EAM) en 1963: historia narrada como cuento literario.

Corrían los días de agosto de 1963.  Era el primer día de estar viviendo en un instituto de formación militar. El patio de formación con su negro intenso, a las 5:15 de la mañana forma parte de los hechos más relevantes de mi historia personal. En ese patio vi a un alférez mayor, sin saber su significado. Vestido de kaki, con sus tres estrellas a los lados de ambos brazos, es una estampa imborrable. Cuando lo miré, me impresionó su figura de mando y me dije: quiero llegar a ser alférez mayor. Algo similar a lo que me ocurrió un año antes, en 1962, cuando mi papá me llevó a ver la escuadrilla de aviones F-86F con motivo de estar efectuándose en el hipódromo La Rinconada el clásico de la Fuerza Aérea. Qué belleza de aviones en el aire. Perfectas líneas aerodinámicas que se desplazaban a gran velocidad en una pronunciada picada. Ascensos y virajes escarpados se mezclaban con el azul celeste y con el fuerte sonido de sus turbinas a máxima potencia. Espectáculo visual y auditivo que hacía latir al corazón aceleradamente. Se elevaban de nuevo y con un viraje de casi noventa grados en rígida formación de cuatro, los tripulantes de los aviones de mayor poder de fuego de la aviación militar, le demostraban a Caracas que la mejor paga de un piloto es su salario de emociones. Deseoso de volar uno de esos mismos aviones, esa demostración aérea fue determinante para decidir mi ingreso a la EAM. Sin poder apartar de mi mente lo que acababa de presenciar, me fijé la meta de hacerme aviador militar para volar el F-86F.

Carecía hasta entonces de nociones políticas de orientación socialista. Procedía de una familia conservadora. De padre militar, recio oficial también de la Fuerza Aérea, plenamente identificado con el rol que tenía que cumplir la institución militar como soporte al sistema de democracia representativa; y  de madre descendiente de un militar también, hija de un oficial del entorno de Juan Vicente Gómez. Era una familia de clase media que predicaba los valores propios de los militares apegados al sistema, lo que se reforzaba por los principios de la religión católica. Da tal manera que del hogar difícilmente podrían obtenerse inclinaciones de interpretación del mundo fuera del modelo capitalista, sino dentro del marco de la Guerra Fría.

En junio de 1963, en las instalaciones de la EAM, en la Base Aérea Mariscal Sucre de Boca de Río, Maracay, se concentraron los aspirantes a cadetes. Éramos unos 800. Durante tres días, fuimos sometidos a los exámenes de admisión. De ese contingente fueron aceptados 79. En agosto se inició el período preparatorio. Corte de pelo y ropa de campaña, con botas de cuero rojo por encima del tobillo, fue nuestro recibimiento. Bautizo en el casino y castigos inéditos emplearon los alféreces y los brigadieres apenas se marcharon los familiares al finalizar el acto de recepción. Órdenes militares y voces de mando que teníamos que adivinar, conspiraban contra la intención de cumplir el pedido para evitar la sanción. Comer debajo de la mesa y sentarnos en la punta de la silla. Primeros síntomas de lo que sería el duro período que finalizaría en octubre. Tres meses de rígidas pruebas. Tres meses vestidos igual y sin emplear otro tipo de calzado. Esas botas eran para la educación física, para el deporte, para la instrucción militar, para el casino, para atender a la visita los fines de semana. Hasta para dormir, ya que muchas noches nos sacaban uniformados, “full campaña”, a pernoctar en los techos de los dormitorios y en las ramas de los árboles. También salíamos al patio de ejercicios en ropa interior pero con las botas puestas, en donde nos acostaban a echarnos agua con una manguera hasta que comenzaba la madrugada. Período aniquilador de los sueños de muchos. Los oficiales nos decían que se trataba de una medición de fuerza. Ellos se opondrían a que nos graduáramos, mientras que nosotros deberíamos soportarlos para poder lograrlo. Casi ganaron, porque al final de los tres meses quedamos 29 cadetes de primer año. En 1967 nos graduamos solamente cuatro.

Las metas que me tracé en la EAM, las alcancé. Metas que fueron objeto de motivación y estímulo para soportar la rigidez de la formación en la escuela. Metas que me hicieron ser perseverante para poderlas lograr. Así, con tenacidad, sacrificio, fuerza de voluntad, mucha disciplina personal, plena dedicación al estudio, incentivando los sueños que se forjaban como cadete llegué a ser alférez mayor en julio de 1966.  Aquella estampa imborrable de mi primer día en el patio de ejercicios ahora lo descubría. Ahora me miraba desde afuera y con mucha satisfacción me decía a mi mismo lo logré, aquí están mis estrellas de alférez mayor.

El cadete egresa de la EAM formado como un producto en serie. La personalidad, el comportamiento social, la ideología habían sido moldeadas según un patrón de la estructura militar. El condicionamiento operante que caracteriza al método de formación de la conducta y pensamiento militares cumple con gran acierto su objetivo. La internalización ideológica debe ser consecuente a los conceptos de sistema democrático, nacionalismo, patria y ejercicio de poder de las FAN. Conceptos e ideas que se conciben en función a las relaciones predominantes que determinan el funcionamiento del sistema político y económico de la sociedad. En esta relación, las FAN pasan a ser un aparato de soporte de ese sistema imperante. De allí que la concepción del mundo y del hombre, la actitud política frente al cambio y la posición económica ante los medios de producción sean coincidentes con el pensamiento que ejerce el dominio del sistema político. Por otro lado, a los 19 años (edad que tenía el graduarme como sub-teniente), en plena juventud, las expectativas en la vida, los sueños y los deseos de vivir le llevan al individuo a asumir con vehemencia sus creencias. En estas condiciones, apenas comenzando la vida profesional después de los 4 años de formación en la EAM, me incorporo a la vida profesional de las Fuerzas Armadas. Ahora la situación ha cambiado. Ya no soy cadete. Como oficial mi situación es diferente. Empiezo a conocer la realidad de la teoría aprehendida. Entro, sin pertenecerle todavía, al mundo real de los pilotos militares. Su ambiente, sus relaciones de amistad y camaradería, sus ideas, pensamientos, conversaciones, las técnicas y normas de vuelo y las misiones en los teatros antiguerrilleros Se iniciaban ahora las operaciones verdaderas. Emprendo una nueva etapa en mi vida  profesional que marcará significativamente mi futuro.

La rebeldía

Al culminar mi formación en la EAM, 1967, mi personalidad había sido moldeada dentro de un patrón de comportamiento que respondía a los valores, normas, ética y creencias de la estructura militar. Sin embargo, mi espíritu y racionalidad a veces me obligaban a cuestionar a la autoridad, cuando ésta era arbitraria. Recuerdo que el día de mi graduación, a unas horas de ser oficial, protagonicé uno de esos  actos de rebeldía. Fue una especie de respuesta al mando ciego y a la imposición de órdenes caprichosas. Fue una demostración de mi rechazo al abuso de poder y a la injusticia de los antojos jerárquicos. Fue mi último reto como cadete, pero el primero de lo que sería una actitud que me acompañaría a lo largo de mi trayectoria como oficial de las fuerzas armadas. Ese día por la mañana, el oficial de guardia nos ordenó a los alféreces afeitarnos el cabello. Cortarlo casi al rape. No le cumplí la orden. No lo hice porque ya me lo había cortado. La emoción de la graduación indujo en nosotros, como en cualquiera que está a punto de alcanzar una meta, la preparación metódica y entusiasta para ese día. Una de esas acciones era la presentación personal. Prepararnos para exteriorizar una presencia pulcra, fresca y de porte militar elegante. Por lo tanto, el corte de cabello debería ser apropiado a esa nueva figura de piloto militar y joven oficial. Ya no más las bandas blancas de cadete. Por esa razón no volví a la barbería. Cuando el oficial de guardia supo que no me había cortado el cabello, procedió a aplicarme un castigo. Me paró de plantón en el centro del patio de ejercicios, a pleno sol del mediodía aragüeño cuando la temperatura está cerca de los 40 grados. Allí me mantuvo por tres horas. El alférez mayor, el mismo día de su graduación parado en el centro del patio, a la vista de todo el cuerpo de cadetes. A las 3 de la tarde  se suspendió el castigo. La graduación era a las 4 pm.

Punto de partida para la acción profesional

En lo personal, cuando me incorporo a las unidades profesionales, mi actitud era consecuente con la de un oficial hecho a la medida para la defensa de los valores del sistema de democracia representativa. Sin embargo, por ser las FAN una institución no elitista y encontrarse en un período donde las experiencias revolucionarias de miembros activos  quedaron marcadas por la historia, se crean ambientes propicios para que fluyan las ideas propias cargadas de rebeldía.

En 1967 el R-1 era el Escuadrón aéreo de los helicópteros. Su sede de operaciones estaba en la misma Base Aérea Mariscal Sucre, en donde se alojaba la EAM. Desde allí partían los Alouette III, los UH y los Sikorsky a cumplir misiones en los teatros de operaciones antiguerrilleros (TO). El R-1 era en  esa época una de las más importantes unidades de vuelo de la FAV. Muchos pilotos de la aviación de caza y de bombardeo, cambiaron su especialidad para ir a volar helicópteros. Dos razones fundamentales le llevaban a eso: el número de horas de vuelo que lograban acumular y las misiones especiales que se cumplían. Además, en esos años el R-1 estaba equipado con helicópteros de reciente adquisición, procedentes de Francia y EE.UU., lo que constituía un fuerte atractivo para los pilotos.

En el R-1 se vivía en campaña. Casi no se hacía vida de unidad en su sede. Es decir, la convivencia que normalmente se realiza en las agrupaciones militares, por medio de la cual se practica la vida militar en colectivo y se celebran actividades de tipo social, deportivo o religioso. En esa época, el R-1 estaba en guerra. La práctica profesional se ejercía en los TO. Los pilotos apenas pasaban por su comando en Boca de Río, para recibir instrucciones de las operaciones de vuelo a cumplir y de inmediato salían con su tripulación. Nunca era por menos de 15 días. Al final de la misión, se tomaban un corto permiso y volvía a repetirse el ciclo en cualquiera de los TO.

A mí me correspondió cumplir, por fuerza mayor, mis primeros meses de vida profesional en el R-1. Mi expectativa era especializarme en las unidades de la aviación de caza (combate). Pero, como nuestra promoción finalizó su formación de piloto en el tercer año como cadetes, la dirección de la EAM nos envió a recibir entrenamiento en helicópteros en el cuarto año. El R-1 requería también de un mayor número de pilotos. Las operaciones en los TO lo exigían. Por eso, al graduarme, se me asigna a esta unidad, tanto por la necesidad de satisfacer la demanda de pilotos para cumplir las misiones en los TO, como por encontrarme entrenándome en ella.

Los teatros antiguerrilleros

Al inicio de mis actividades en el R-1, existían tres TO: El Destacamento del Caribe (Destocaribe), en Altagracia de Orituco, Estado Guárico; el Teatro de Operaciones No. 3 (TO-3) en El Tocuyo, Estado Lara; y el Teatro de Operaciones No. 5 (TO-5) en Yumare, Estado Yaracuy. La primera misión asignada fue en Destocaribe. El teniente Julio Rodríguez como capitán de nave y el suscrito como su copiloto, subteniente recién graduado de 19 años de edad. Allí conocí lo que era un TO. Técnicamente se puede decir que un TO es una zona militar de campaña, delimitada geográficamente, donde se cumplen operaciones militares de combate contra una fuerza enemiga. El TO es algo parecido a lo que vemos en el cine o en la televisión: tiendas de campaña, soldados uniformados con trajes de guerra, alcabalas con armamento de largo alcance, equipos de comunicaciones con sus antenas de transmisiones, prisioneros y detenidos preventivos, el "rancho" o comedor, baños de campaña con tambores de agua, el parque que guarda explosivos y armas,  oficiales y soldados caminando de un lado para otro y el helipuerto. Todo esto levantado en un terreno plano, con caminos de tierra y árboles abundantes. El TO tiene además a su comandante con el equipo de estado mayor y los distintos puestos de concentración de la tropa, que se distribuye en toda la zona geográfica del teatro. Cuenta también con una red de inteligencia que es la que permite obtener información para procesarla y así determinar la situación del enemigo. En la sede del comando, las distintas tiendas de campaña pertenecen a un departamento o sección. Existe entonces la de inteligencia, la de comunicaciones, la de operaciones, la del comando, el rancho, el dormitorio de oficiales y la destinada a los prisioneros. En ésta, mantenían a los guerrilleros, a sus colaborados y a sospechosos que capturaban dentro de la extensión del mismo teatro. También se encontraban los guerrilleros urbanos que traían desde las ciudades para someterlos a interrogatorio. Principalmente desde Caracas. En estos sitios, los prisioneros eran torturados. Nunca presencié una acción de esta naturaleza, pero los comentarios de los oficiales del ejército y las veces que se le escuchaba decir al comandante del teatro acerca del qué hacer con los prisioneros, constituían indicios que la tortura formaba parte de la lucha antiguerrillera.

"…Me traen un par de manos…"  le escuché decir  a un comandante de un teatro de operaciones, cuando le daba instrucciones a un oficial que dirigía a un pelotón de cazadores. Tiempo después vi envueltas en unas bolsas plásticas un par de manos cortadas a un guerrillero caído en combate. Pensé que eso formaba parte del método de lucha. Al fin de cuentas, se estaba operando bajo la doctrina de la Escuela de las Américas de la guerra de guerrillas, doctrina de Seguridad Nacional en pleno escenario continental de la  Guerra Fría.

El bachiller

En Destocaribe operamos en la montaña de "El Bachiller". Nuestras misiones eran de enlace administrativo, al visitar a todos los puestos de comando del TO; de traslado y evacuación de tropas; de reconocimiento en las zonas que se presumía la existencia de guerrillas; de ametrallamiento; de traslado de prisioneros; y de transporte para el comandante del TO. Algunas veces, el comandante del teatro abordaba el helicóptero con una caja de granadas, y él mismo desde la ventana de la aeronave las lanzaba en dirección a algunas zonas en donde se creía que actuaban los guerrilleros.

Los principales puntos de Destocaribe estaban ubicados en Altagracia de Orituco, sede del comando y del Estado Mayor; Cúpira; El Guapo; Tacarigua de Mamporal; Machurucuto; Caucagua; El Mango de Ocoíta; San Francisco de Macaira; San José de Guaribe. En el TO recibíamos casi todas las noches conferencias de diferentes tópicos programados por el Comando. Algunas tenían como objetivo dar una visión completa de la situación de los grupos guerrilleros: su posible ubicación, número de efectivos, tendencias ideológicas, pugnas internas, vinculación con el exterior, distorsión de sus métodos de lucha política, errores, debilidades y fracasos. En otra ocasión eran eventos informativos acerca de los principales líderes guerrilleros: identificación con fotografías, rasgos de su personalidad, ambiciones, frustraciones, sitios de operación, respaldo con el que contaban, métodos de lucha que empleaban y las formas de combatirlos. Douglas Bravo, Moisés Moleiro, Américo Martín, Luben Petkoff Malec, Francisco Prada Barazarte, Nery Carrillo, Máximo Canales, Fernando Soto Rojas, Víctor Soto Rojas, Julio Escalona, Gabriel Puerta Aponte, Luis Bottini Marín, Ernesto “Ché” Guevara y Fidel Castro, son algunos de los nombres que recuerdo eran objeto de análisis durante esas charlas de identificación del enemigo.

También se hacían exposiciones de análisis ideológico: el significado del comunismo y su vinculación con el terrorismo, el apoyo internacional al movimiento guerrillero, la imposición de valores no autóctonos que atentarían contra la democracia, el comunismo como enemigo de las FAN y la libertad del pueblo. Toda esta información que se recibía en forma permanente, reforzaba la formación profesional que traía de la EAM. Así, cada vez que salía a volar, a cumplir una misión, se hacía con el convencimiento reforzado de estar luchando por algo justo. La razón estaba de mi lado. Aquella guerrilla era el enemigo a vencer. Sus protagonistas eran seres insensibles, plegados a una doctrina ideológica que perseguía destruir a la democracia y sustituirla por una dictadura tiránica al servicio de intereses internacionales que acabaría con nuestro país.

Machurucuto

A los pocos días de estar familiarizándome con el TO y la lucha antiguerrillera ocurrió el episodio del desembarco en Machurucuto. La tripulación del helicóptero se encontraba a la orden del comandante del TO, coronel Angel Rangel Rosas, cuando se recibió la información desde Cúpira. Para allí salimos. Machurucuto se encontraba revuelto. Agrupaciones de cazadores de todos los puestos de las unidades destacadas a la orden del TO. Refuerzos de otras unidades del ejército y de la infantería de marina. Nuevos helicópteros de la FAV para brindar apoyo. Múltiples y variadas comunicaciones con Caracas. Periodistas de los diarios nacionales. Campesinos testigos del desembarco la noche anterior. Alcabalas móviles a lo largo de toda la carretera nacional de Oriente.

Durante el desembarco de la nave “Alecrín” se capturó a un oficial cubano. Otro, logró escapar por la carretera nacional, pero fue apresado en Caucagua. Al Teniente Gil Castellanos, lo trasladaron al DIM y posteriormente al Cuartel San Carlos. Mientras que el oficial detenido en la playa, se encontraba prisionero en la tienda de inteligencia, fuertemente custodiado. Cuando el comandante llegó a la zona giró instrucciones para que se le interrogara y, específicamente a la tripulación del helicóptero nos pidió que lo hiciéramos con el objeto de obtener información sobre asuntos de la aviación militar cubana y su apoyo al movimiento guerrillero venezolano. De esta manera me vi obligado a cumplir con una tarea de la que no conocía la técnica. Ni siquiera sabía como iba a hablarle. No sabía con quién me iba a encontrar. ¿Cómo era ese comunista guerrillero, enemigo de la democracia? En todo caso, tenía que obedecer la orden. Cuando me llegó mi turno entré a la carpa. Me sentí tenso y nervioso. Sin embargo, mi sorpresa fue que encontré a un hombre blanco, alto, bien parecido, uniformado con buena ropa de pantalones verde y camisa beige, de cultos modales, de ojos claros y que estaba más asustado que yo. El hombre expuso algunos conceptos. Me dijo por qué contribuía con la guerrilla venezolana. La solidaridad internacional era parte de la lucha por emancipar a los pueblos. Creía que los Estados Unidos eran enemigo de los latinoamericanos y que su acción política estaba destinada a dominarlos para extraer sus recursos, imponerles su cultura, sus valores, sus hábitos de consumo y mantener un mercado cautivo para comercializar sus productos. Apoyaba la lucha de los venezolanos que habían tomado las armas para dignificar a sus libertadores. Por eso él, espontáneamente, se ofreció para cumplir esta misión solidaria. No conocía nada de la aviación militar y estaba dispuesto a morir por sus principios.

Lo que me comunicó, dejó en mí una duda acerca de mi apreciación preconcebida antes de entrar a interrogarlo. Este hombre luchaba por ideales. No era como lo había imaginado unos minutos antes. Lo que habló hizo que me viera obligado a valorar su hazaña frustrada. Era el teniente Antonio Briones Montoto. Como botín de guerra le fue incautado una pistola 9 mm, color plateada y dólares en efectivo. El capitán, jefe de la unidad militar que lo detuvo se la entregó al comandante.  Al día siguiente, cuando regresamos a Machurucuto, Briones estaba muerto. Un tiro de fusil FAL le había destrozado la cara. Sólo le quedaba la barbilla. El parte oficial señalaba que había intentado fugarse hacia la playa y que fue necesario dispararle. Otro comentario que escuché de la tropa, era que se había dado la orden de ejecutarlo. Lo evacuamos en el helicóptero al hospital militar de Caracas.

De Cuba extraigo parte de su historia, para destacar la bravura de su pueblo. El 10 de diciembre de 1898 EE.UU., se reunía con España en París para firmar el tratado de paz.  Ocho meses antes, el 21 de abril, EE.UU., le había declarado la guerra por la independencia de Cuba, Puerto Rico y Filipinas. A partir de entonces, EE.UU., podía hacer lo que quisiera en esas islas. A Cuba, el ejército norteamericano la ocupó de inmediato y nombró dos gobernadores: el general Brooke en La Habana y el general Wood en Santiago. Solamente cuando comprobó que tenía controlada  la isla, desconociendo a los rebeldes alzados contra España, neutralizando la insurgencia obrera y sometiendo a los partidos de los sectores económicos, decidió retirar al ejército de ocupación.

Para ese retiro, Cuba aprobó una constitución a la que se le agregó una cláusula creada por el senador norteamericano Orville Platt. Su objetivo era establecer que Cuba aceptaba el derecho de EE.UU., a intervenir cuando las circunstancias así lo exigieran. Particularmente para mantener un gobierno afecto a sus intereses. La Enmienda Platt prohibía también endeudarse, firmar tratados con potencias extranjeras que no fueran EE.UU., le negaba la soberanía sobre la Isla de Pinos y le garantizaba a EE.UU., la compra de tierras para minas de carbón y estaciones navales. De esta manera Cuba quedaba reducida a un estado de semiesclavitud similar a la China anterior a Mao: sin fronteras, sin aduanas, sin soberanía, con el peligro de una intervención militar en cualquier momento. Situación que se mantuvo hasta el triunfo de la revolución. 

Yumare (TO-5)

Las misiones que se cumplían en Destocaribe eran similares a las de los otros TO. Tanto en el TO-3 como en el TO-5 la actividad en general, para los pilotos, era la misma. Solo cambiaban los lugares y los oficiales con quienes nos relacionábamos. En Yumare tuve una experiencia parecida a la de Machurucuto. Ocurrió por casualidad. Una de esas tardes después de finalizar la misión de vuelo, me acerqué al sector de los prisioneros. Antes no lo había hecho porque ese espacio no era de incumbencia de la tripulación. Siempre existió la curiosidad por saber quiénes se encontraban allí.  Pero los funcionarios de inteligencia eran muy celosos y mantenían a ese sector restringido. Sin embargo, esa tarde fui hasta allá y observé que los prisioneros estaban fuera de su sitio de reclusión. Como el ambiente estaba tranquilo, sentí deseos de hablar con alguno de ellos. No había olvidado el encuentro que tuve en Machurucuto con el oficial cubano. Aquella duda que surgió estaba latente. No recuerdo como empezó el diálogo, ni como se introdujo la conversación; pero, de pronto me encontré conversando con una mujer. Resultó ser pediatra. Muy delicada en sus gestos y fina al hablar. De piel muy blanca. Sus ojos húmedos, llorosos, aunque firme en su expresión. Era una mujer de talento. Me habló con claridad y mucha coherencia. Lo hacía con gran convicción. Asumió la lucha guerrillera, porque era la única vía posible para hacer la revolución. La revolución era necesaria, porque le daría al pueblo libertad y progreso. Un pueblo sometido al que se le negaba la satisfacción de sus necesidades. Un gobierno pro imperialista, que pactaba con los grandes consorcios para enriquecer a las élites y dejar al margen de todo acceso material al pueblo. Pueblo, que se empobrecía cada vez más. La conversación resultó impactante en mí. Percibí en aquella mujer una verdad muy diferente a la que hasta ahora predominaba en mí. Aprecié un alto nivel de sensibilidad que rompía todo esquema concebido hacia la guerrilla. Entendí que su lucha estaba fundamentada en principios justos. Indistintamente de mi racionalidad, ella tenía justificación para ser mi enemiga. Además, sus razones estaban impregnadas de amor por el prójimo y por su patria. Al igual que las mías o de cualquier otro oficial que la combatía. La diferencia era de marco de referencia. Puntos de partidas diferentes. Concepción ideológica desigual. No obstante, aunque fue una conversación de corta duración, influyó en mis reflexiones posteriores y decisiones futuras.

Puedo señalar con toda seguridad que, a partir de estos dos encuentros casuales: Briones en Machurucuto y la pediatra de Yumare, mi interpretación de la lucha antiguerrillera cambiaría. Ya no sería la misma que tenía cuando comencé en el R-1. Estos encuentros fueron el inicio de un proceso de análisis y reflexión que me permitió generar las bases de un pensamiento crítico, más consecuente con las realidades observadas por mí y no producto de la rígida formación militar. Ambos hechos influyeron en mi cultivo intelectual, el cual se mantuvo durante los veinte años que permanecí como oficial activo. Fue un proceso de aprendizaje por medio del cual se alcanzaron todos los niveles académicos del saber universitario y concebí mi propio análisis del sistema político, sus contradicciones, sus luchas y sus alternativas. La experiencia en los TO me llevó a vivir una etapa histórica que se cumplió en la República. Fue una experiencia en los primeros años de mi vida profesional y en el comienzo de mi adultez. En la época de la lucha antiguerrillera surgieron embriones que han ido germinando y que han contribuido a la formación de un pensamiento revolucionario. Pensamiento que no ha terminado de desarrollarse y que lo hará durante estos años del siglo XXI, para generar un nuevo paradigma ideológico en Venezuela.

La base del sistema del sistema político

Desde la instauración del sistema político de democracia representativa, las FAN se constituyeron en su principal elemento de sustento. Por ser el medio coercitivo legítimamente organizado por el estado, las FAN eran la garantía de su estabilidad. En el primer período de este sistema político que abarca la década del 60, la principal  acción de los gobiernos democráticos con respecto a las FAN fue consolidar y legitimar la subordinación militar al poder civil. Los factores básicos que lo permitieron fueron los siguientes:

Después del derrocamiento de Marcos Pérez Jiménez, surgieron tres tendencias contradictorias entre ellas. Un grupo vinculado a los sectores de izquierda consideraba que la Junta de Gobierno debía asumir posturas que respondiesen a las demandas populares de corte radical. Otro grupo que, sintiendo simpatía por el perezjimenismo y alarmado por la movilización popular prefería un régimen duro, similar al anterior de tendencia dictatorial. El tercer grupo, con experiencia conspirativa respaldaba el proyecto de democracia representativa y se vinculaba muy estrechamente con AD y COPEI.

Otro factor del control civil sobre el militar, lo constituye la neutralización de las sublevaciones militares que ocurrieron durante el primer quinquenio de los 60. A pesar de la contundencia de las más importantes, como lo fueron el carupanazo y el porteñazo, las sublevaciones no lograron sus objetivos. Aunque sí influyeron muy significativamente en las posiciones radicales de algunos oficiales activos quienes asumieron como propia la guerra de guerrillas. Desde ese entonces surge el germen de las FAN y toman cuerpo los conceptos de cambio del sistema político. Teniente Coronel Juan de Dios Moncada Vidal, Capitán de Fragata Pedro Medina Silva, Capitán de Corbeta Jesús Teodoro Molina Villegas, Capitán de Corbeta Víctor Hugo Morales, Capitán Elías Manuitt Camero, Teniente Nicolás Hurtado Barrios y Teniente Héctor Fleming Mendoza, son algunos de los hombres que simbolizan la etapa precursora de la acción revolucionaria dentro de las FAN. Etapa necesaria para que pudieran aparecer organizaciones políticas dentro de las FAN, con su propia teoría de la revolución y sus planes estratégicos para la toma de poder. Escalón fundamental para llegar a los intentos revolucionarios del 92 y, en consecuencia, hacer posible el Proceso Revolucionario Bolivariano.

También aparece como un hecho que favoreció al liderazgo civil, la coalición entre gobierno y oposición. Los acuerdos a que llegaron para enfrentar a las guerrillas. Acuerdos que establecieron las bases para asegurar la lealtad militar al régimen y afianzar el rol a cumplir como lo era el de la defensa a las instituciones del sistema político.

El otro elemento de importancia fue la división por ramas militares, con autonomía de cada una de ellas, eliminando el estado mayor general y las escuelas básicas (estructuras creadas por Pérez Jiménez). Componentes de la unidad militar que, según el mando civil,  representaba un peligro potencial para la estabilidad del incipiente sistema político.

En esta década a las FAN se les asignó un papel fundamentalmente represivo, orientado en un sentido político, el cual se nutría de la tesis sobre las fronteras ideológicas y el enemigo interior, sustentada en el destino manifiesto de los EE.UU. Tesis que hizo a las FAN poner en práctica la doctrina militar antisubversiva, gestada desde Washington. Tesis cuyo fundamento era la guerra ideológica en el mundo, la guerra fría, que buscaba. liquidar al comunismo que estaba germinando en las naciones del hemisferio occidental.

Por otra parte, en este período, los partidos políticos penetraron a las FAN. Principalmente AD que colocaba a los oficiales que participaron con ellos en el derrocamiento de Pérez Jiménez, en los cargos del alto mando de cada fuerza.  Esto le permitió ejercer una vigilancia meticulosa de los oficiales y medir sus intenciones. Apoyándose además en:
1)   la creación de los organismos de inteligencia interna para la búsqueda, verificación y procesamiento de información política en cada una de las ramas de las FAN;
2)   el control jerárquico de los ascensos y cargos de mando en las unidades que poseían el mayor poder de fuego y,
3)   la satisfacción de las necesidades personales y familiares de los miembros de la institución.

De este modo los gobiernos y actores del sistema político aseguraron la institucionalidad de las FAN y  su subordinación al sistema. A fines de los 60, estaba resuelto su control político. Sin embargo, las ideas del cambio revolucionario nunca murieron y continuaron su natural evolución. Apenas se iniciaban.

Decisiones

En 1973, durante el primer gobierno de Rafael Caldera, pasé a formar parte del Grupo Aéreo de Transporte Administrativo, en la Base Aérea de La Carlota en Caracas. Unidad de la FAV que le brindaba apoyo a la Casa Militar. Llegué procedente del Grupo Aéreo de Caza No. 12, en donde iniciábamos el entrenamiento en los aviones de combate CF-5 canadienses.

En Canadá estuve en enero de 1972, realizando el entrenamiento en tierra de los CF-5. A mi regreso en febrero, me encuentro dominado de nuevo por las reflexiones existenciales que tocaban lo político, lo ideológico y el rol de las fuerzas armadas en un cambio estructural del país. Envuelto por la penumbra de la incertidumbre, tenía que decidir entre continuar en la línea de operaciones o concretar el acceso a la universidad. El vuelo significaba el mando futuro, el salario de emociones y el reconocimiento profesional ante la sociedad. Por su parte, la universidad era la reflexión y el despeje de estas incógnitas políticas que me acompañaban desde 1967. La primera opción era la racionalmente lógica. Comenzaba una nueva era de la aviación militar supersónica (aviones CF-5) y nosotros seríamos pioneros de esta nueva página de la historia de la FAV. Además, era continuar perfeccionando el vuelo en aviones de combate e incrementar los niveles de capacitación. La segunda, era la pasión por descubrir los misterios de la vida. Era involucrarse en el reto de generar alternativas viables, con fundamentación científica, para cambiar el sistema político del país.

Decidí la más difícil, la menos utilitarista, pero la más gratificante a mis expectativas de hombre identificado con la lucha social. Si bien sacrifiqué la línea de mando y el placer de sentir las emociones del vuelo supersónico, obtuve la educación rigurosa para ampliar mis conceptos y contribuir en la formación de la teoría de la revolución en el seno de las FAN. Era muy Por esa razón, sacrifiqué la aviación de combate.

El Comando General aprobó mi traslado a Caracas, para la Carlota. Me autorizó también a estudiar en la UCV, después de mis labores profesionales. Así, se inicia otra etapa en la FAV. Me mudé con mi familia a Caracas y me incorporé a recibir entrenamiento en los aviones Queen Air 90, de transporte ejecutivo. Tenía el grado de teniente.

Esta unidad apoyaba a la Casa Militar en el transporte de altas personalidades. No pocas veces me correspondió la misión de viajar con la familia presidencial. Recuerdo, entre muchos otros, tres vuelos realizados con los hijos del Presidente Caldera: uno, con Andrés, quien para esa época podría estar alrededor de los 10 ó 12 años. Lo llevé en un avión ejecutivo a bañarse en las playas de La Orchila. Otro vuelo, lo realicé a San Felipe con Juan José. Iba a presenciar una coleada de toros y el otro con una de sus hijas, acompañadas de otras amigas, a Porlamar a pasear por las tiendas del bulevar. Al igual que éstos, realicé muchos más trasladando a altas personalidades a cualquier ciudad del interior del país. A la tripulación la enviaban al hotel o permanecían en el mismo aeropuerto a esperar la hora de regreso a Caracas.

Este tipo de misión hizo que me fuera alejando de la línea de vuelo. Consideraba que mi capacitación profesional y preparación intelectual no eran compatible con estas tareas.

Características de este período

Los años 60 y 70 marcan una etapa que da inicio a la modernización de las FAN. A fines e los 60 y principios de los 70, se afianzó la política bipartidista de AD-COPEI, con un total apego a las líneas estratégicas de la doctrina norteamericana que emitía Washington. En lo interno, acababa de finalizar el período de la lucha guerrillera y la política de pacificación que inició Raúl Leoni, la culminó el Presidente Rafael Caldera. El gobierno gozaba de un alto grado de aceptación y prestigio.  En las FAN se le dio mucha importancia a la formación técnica y profesional, lo que arrojó la capacitación tecnocrática en la institución. Esto fue consecuencia del redimensionamiento de la estructura de combate militar, que se adecuó a los nuevos sistemas de armas.

En este período se mitiga el rigor de la represión de la década de los 60, ya que el ambiente era propicio para introducir reformas institucionales. Las adquisiciones de nuevas armas que reemplazaron a las viejas, procedentes de la II guerra mundial, permitió la incorporación de equipos de apoyo técnico poseedores de alta tecnología. Este hecho influyó significativamente en la modernización de la organización desde el punto de vista operativo, administrativo y educativo. Las reformas militares más destacadas demandaban la acción legislativa con el respaldo de AD  y COPEI. Acción que permitía agudizar la injerencia de los partidos políticos dominantes en los asuntos internos de las FAN. Lo más relevante dentro de la línea modernizante en esta década fue:

a) La creación del Instituto de Altos Estudios de la Defensa Nacional (IAEDEN) en 1972. El Iaeden se crea para capacitar al personal militar y civil en la planificación de la seguridad y defensa nacionales. El nuevo concepto de seguridad y defensa exigía el concurso de toda la población y en el Iaeden se acoplarían civiles y militares dentro de los parámetros conceptuales de la doctrina de seguridad nacional. En el Iaeden se realizaban estudios  permanentes de la realidad del país en los campos social, económico, político y militar. Como consecuencia de la creación del Iaeden se dan dos hechos relevantes:
·      En primer lugar, se integran las relaciones entre el sector militar y el sector civil. Lo que trae como consecuencia la evolución del pensamiento militar, por compartir experiencias y estudios con pensadores que le inducen a enriquecer su conceptualización teórica.
·      En segundo lugar, dentro del propio seno de las FAN se emprenden estudios de la coyuntura política y económica de la sociedad venezolana. Esto conduce a que los militares conozcan cada vez más de la realidad del país y produzcan formas de resolver estas críticas situaciones.
b)   La creación del Instituto Universitario Politécnico de las Fuerzas Armadas (IUPFAN) en 1974. Este será el primer centro de estudios universitarios en las FAN que ofrecerá entrenamiento técnico avanzado a nivel de educación superior y que será dirigido por militares. En el Iupfan  se estudiará la ingeniería en distintas especialidades; carreras cortas para formar técnicos superiores; cursos de postgrado en las áreas de logística, mantenimiento y personal. Además tendrá un centro de investigación que será parte orgánica del sistema nacional de ciencia y tecnología.
c)   La conversión de las academias militares en institutos universitarios, en 1974, que permitirá al cadete recibir su título de licenciado en Ciencias y Artes Militares al egresar como oficial de las FAN.
d)   La adquisición de los nuevos sistemas de armas. En 1972 se da inicio a la modernización de los equipos militares con la incorporación a las FAV de los primeros aviones de combate supersónicos, los CF-5 en 1972 y los Mirage en 1973. Además se adquirieron los aviones de transporte C-130, los de operaciones contrainsurgencia OV-10, el avión presidencial Boeing 737, los aviones de transporte ejecutivo Cessna Citation, los aviones de entrenamiento avanzado T-2D y los helicópteros UH. A fines de 1978 se incorporaron a la marina de guerra las fragatas misilísticas, de construcción italiana. En el ejército se adquirieron los tanques franceses AMX-30.
e)   El otorgamiento de becas de postgrado en universidades de renombre internacional en el extranjero para oficiales a través de la Fundación Gran Mariscal Ayacucho o de cada rama orgánica de las FAN. Esto a fin de capacitar al personal a fin de responder a las exigencias de los nuevos sistemas de armas y sus apoyos técnicos, logísticos y administrativos.

Los elementos modernizantes en las FAN influirán notablemente en la evolución del pensamiento del militar. En mi caso particular, se me otorgó una beca de estudios para realizar estudios de postgrado en la Universidad de Harvard, en Boston, una vez que finalicé los estudios de pregrado en la UCV. Fue allá, en la ciudad que aloja a las universidades que forman a la élite del capitalismo, en donde se terminó de concebir un proyecto revolucionario para Venezuela, a ser desarrollado dentro de las FAN. No quiero decir que sin estos elementos modernizantes que se introducen en la FAN, no se hubiera dado la evolución del pensamiento militar y su consecuencia de intentos revolucionarios. De cualquier manera eso se produciría en algún momento. Pero, la modernización y el surgimiento de un sector tecnocrático en las FAN aceleró los acontecimientos históricos que han producido todos los cambios que estamos viviendo hoy en día.

Por su parte, la economía, controlada por los grupos económicos nacionales en alianzas con las multinacionales, mantenían el dominio de todo el aparato productivo y el control de la comercialización y distribución de sus productos para satisfacer las necesidades elementales de la población, así como las necesidades creadas a través de los medios de comunicación y difusión social. La propaganda fue uno de los factores que estimuló el abandono del campo y las migraciones hacia la ciudad, principalmente hacia Caracas. Hecho que venía ocurriendo desde la implantación del Plan de Emergencia, por parte de la Junta de Gobierno que sustituyó al gobierno de Pérez Jiménez en 1958 y que avanzó durante la década del 60.

El sistema de democracia representativa permitió el crecimiento exponencial de la marginalidad en los sectores urbanos. La práctica clientelar de los gobiernos, el estímulo de la plusvalía ideológica y el usufructo del poder por parte de las cúpulas de los partidos políticos, contribuyeron al fomento de la marginalidad en Venezuela.

Situación que estimuló su estudio por parte de la FAV. La marginalidad como problema social del desarrollo en Venezuela, fue motivo para que en 1974 la FAV realizara un profundo análisis sobre este asunto, el cual incentivó al gobierno a considerar sus conclusiones. Por esta vía los oficiales de la FAV se vincularon con organizaciones y personalidades generadoras de acciones, ideas y planes para el combate de la pobreza. Esta es otra de las acciones de esa época que contribuyeron en vincular a las FAN con la realidad concreta de Venezuela

También hay que destacar que en este período, Venezuela mantuvo en armonía las relaciones con los Estados Unidos. Estaba muy reciente el derrocamiento de Salvador Allende en Chile. El “Destino Manifiesto” seguía vivo. Su vigencia no declarada, pero implícita en sus actos, constituye una ley natural que hace a los gobernantes de EE.UU., sentirse con el derecho a intervenir y dominar a las naciones latinoamericanas. Los argumentos para la intervención pasan por la defensa de sus propios intereses, la salvaguarda de la libertad y la democracia, la vigencia de los valores occidentales, la seguridad continental. En la última década del siglo XX, acabada la guerra fría y la amenaza del comunismo, los pretextos para continuar con la dominación han sido reemplazados por la lucha contra el narcotráfico y la subversión. Para los EE.UU., el “Destino Manifiesto” forma  parte del  nuevo orden mundial unipolar aún vigente una vez caído el Muro de Berlín, símbolo del fin de la Guerra Fría e inicio de un NOI.

El NOI significa globalización y neoliberalismo. Ambos instrumentos ideológicos de dominio mundial en la última década del siglo XX, han incrementado los indicadores que marcan la diferencia entre el norte y el sur. La pobreza y la miseria, el desempleo y el subempleo, la marginalidad y la delincuencia, la desnutrición y la morbilidad infantil, todo esto en medio de la creciente corrupción de los sectores gobernantes definen al mundo sur de hoy.

Pero, estos males no representan ninguna significancia para los objetivos del control unipolar del mundo. Importa sí, la supresión del derecho de autodeterminación y del ejercicio de la soberanía nacional. El control total del mercado. Esto es lo importante para la hegemonía mundial. La elevación de las condiciones humanas de los pueblos no aparecen escritas en sus metas y proyectos. La globalización es la esencia del capitalismo como sistema social de producción y de dominio hegemónico. Su objeto es la acumulación constante de los beneficios, para proseguir con la expansión infinita del beneficio.

El nuevo orden mundial, diseñado bajo la ideología del neoliberalismo, se hizo para beneficiar a los ricos y poderosos. El capitalismo global se basa en la búsqueda de utilidades por parte de los sectores privilegiados de:
(i)         las oligarquías financieras corporativas,
(ii)       las empresas transnacionales y
(iii)     el complejo industrial militar.

Así como hoy, en los años 70, era un reto tremendo desafiar al poder norteamericano y a las fuerzas transnacionales para implantar un sistema político diferente al establecido.

Sin embargo, la lucha por los ideales que se gestaban en mi accionar dentro de la vida profesional de las FAN era irreversible. Asumiendo la necesidad de darle soporte científico a la formación teórica, ingresé a la Universidad Central de Venezuela en julio de 1973. Las carreras nocturnas disponibles eran Historia o Educación. Opté por esta última, pues en la FAV existía una especialidad en esta área. Sin hacer vida de estudiante universitario a tiempo completo, al finalizar mis actividades de piloto, cumplía con las clases en la Escuela de Educación, entre las 6  y las 11 p.m.

Harvard University

En 1977, cuando finalicé mis estudios en la Escuela de Educación de la UCV, 4 años y medios después de iniciarlos, tenía el grado de Capitán. Por ese motivo, la FAV me envió a hacer el curso de postgrado en el exterior. Decidí por la Universidad de Harvard y fui aceptado en la Escuela para Graduados en Educación. Los créditos exigidos para la maestría los hice en Harvard y en otras universidades de su misma categoría: el MIT (Massachusetts Institute of Technology),  la Universidad de Tufts (institución de alto nivel académico para la formación del cuerpo diplomático norteamericano),  la Universidad de Boston,  la Escuela de Gobierno John Fitzgerald Kennedy  y el Centro de Estudios Latinoamericanos de la Facultad de Ciencias, ambos de la misma Harvard. Estos dos años de estudios, 1978 y 1979,  fueron determinantes para completar el proyecto político de reconstrucción nacional, que desde 1967 se venía madurando.

En Harvard, pude vincularme con las diferentes corrientes políticas que existían para el momento y con las ideas que manejaban los líderes más importantes de la época. Pude también estudiar en profundidad los distintos proyectos de gobiernos nacionales que se daban en todo el mundo, y conocer mucho más la historia republicana de Venezuela. Todo lo que aprendía me hacía ratificar mis convicciones políticas. Indistintamente de los contenidos de los cursos que estaban fundamentados en la esencia del sistema político de los EE.UU. El conocer las realidades de países africanos y palpar más de cerca situaciones en Latinoamérica, contadas por nativos de sus países, me estimulaban a continuar sosteniendo mis posiciones.  

Todo esto pude hacerlo por el acceso a la variada bibliografía existente en las diferentes bibliotecas, por la dedicación a tiempo completo a la investigación y por llegarle a otras formas del conocimiento, como lo eran los foros con personalidades mundiales, las charlas sobre tópicos de actualidad y las visitas a compañeros de todo el mundo que representaban algún factor de poder.  Harvard se convirtió para mí en un centro de creación personal y de producción intelectual.

En la biblioteca central de la Universidad, Widener Library, va tomando forma como plan de acción, el proyecto político para Venezuela. Proyecto de reconstrucción que iniciaba delineando su perfil ideológico, sus fundamentos doctrinarios, la forma de gobierno y los programas de reconstrucción. Se plasmaba también, la organización político-militar que llevaría adelante la ejecución del plan. Organización que crearía su estructura inicial en forma secreta. Así arrancaba un proyecto revolucionario para desarrollarlo en conjunto FAN-Pueblo, empleando el método de la insurrección popular con respaldo de las FAN.

Surgimiento de la Tecnocracia de los años 80

En la década de los 80 cuando se profundiza la moder­nización militar y se consolida definitivamente la su­bordinación de las FAN al poder político civil encontramos las condiciones más propicias para el surgi­miento de una tecnocracia militar y que, a pesar de no ser homogénea en su constitución, comienza a manifes­tar los primeros síntomas discrepantes del modo de gestión de la institución y de la forma de conducción de sistema político.
En este período de claro avance del proceso de modernización y de respaldo institucional a los gobiernos, aparecen en escena algunos hechos que no pueden ser calificados sino como contradictorios, pero que ocurren y que aparentemente no son casuales ni caprichosos, con tendencia a que sucedan nuevamente, pero en una dimensión más compleja.
Entre esos hechos que aparecen en escena en la prime­ra mitad de la década del 80, podemos citar:
a)   La apertura de una averiguación sumarial ante los tribunales militares ordenada por el Minis­tro de la Defensa en 1983, debido a una presunta rebelión militar liderizada por un grupo de ofi­ciales jóvenes (Movimiento R-83/ARMA, creada por el suscrito).
b)   La denuncia ante los tribunales por parte de oficiales activos en contra de oficiales generales ex-ministros de defensa debido al manejo doloso y corrupto durante su período de gestión ministerial.
c)    El rechazo al proyecto de acuerdo con Colombia acerca de la delimitación de aguas marinas y submarinas en el Golfo de Venezuela. Que por mar­car la historia de las FAN, es necesario narrar­la, aunque sea en forma breve:
En octubre de 1980 ocurrió este hecho significativo para la historia de las Fuerzas Armadas Nacionales, Suce­dió en el Teatro de la Academia Militar de Venezuela en Caracas. Allí se concentró por orden expresa del Ministerio de la Defensa el personal militar pertene­ciente a la Guarnición del Distrito Federal y del Estado Miranda, con el objeto de escuchar al Canciller de la República de esa época, Dr. José Alberto Zambrano Velasco, quien explicaría el proyecto de acuerdo con Colombia para finiquitar la controversia generada por la delimitación de aguas marinas y submarinas en el Golfo de Venezuela.

En esa ocasión el personal allí concentrado emitió una respuesta espontánea de rechazo a los planteamientos del Gobierno Nacional plasmados en un virtual acuerdo bilateral. ¿Por qué calificamos a este hecho como muy significativo e histórico para las FAN? Por dos razones fundamentales:

En primer lugar, por vez primera en la histo­ria militar de la democracia representativa el Gobierno Nacional hacía una "consulta" -no intencionada- ­a un grupo bastante numeroso de oficiales y subofi­ciales de las F.A. sobre un asunto de política exterior y de gran trascendencia geopolítica para el país; y, en segundo lugar, porque el grupo de oficiales y suboficiales se opuso a la firma del acuerdo, obli­gando al Gobierno a rectificar su posición.
Decimos que fue una "consulta" no intencionada por­que ese no era el propósito del Gobierno. La inten­ción no era oír la opinión de una parte mayoritaria del colectivo militar profesional. El objetivo era explicar los contenidos del acuerdo. Nunca el Canciller se imaginó que obtendría una res­puesta contundente por parte de la oficialidad allí presente. De haberlo sabido es muy probable que la reunión nunca se hubiera efectuado.

Para la racionalidad del sistema político la formulación de la política exterior del Estado es de exclu­siva competencia del Ejecutivo Nacional. Concreta­mente es una atribución constitucional del Presiden­te de la República. Asimismo, sobre la base de esa racionalidad, las FAN constituye una institución no deliberante que, a pesar del rol que le asigna la constitución como lo es el de defender la soberanía nacional, debe mantenerse al margen de opinar sobre cualquier asunto, incluyendo aquellos que toquen la soberanía del país. Normalmente a las FAN no se le consulta. Me refiero a las FAN como una estructura completa y no sólo a -una de sus partes. Porque el Alto Mando Militar (AMM), es decir la Cúpula Dirigente (CD), que es una de las partes de la estructura militar pero no el todo, si tiene acceso al proceso de toma de decisiones sobre aspectos en que se implique a las FAN.

Si en octubre de 1980 el Proyecto de acuerdo con Co­lombia se le hubiera planteado solamente al Alto Mando Militar, co­mo en efecto se hizo, y no se le hubiera informado del asunto al Colectivo Militar Profesional (CMP) ese acuerdo se hubiera concretado. Así ha sucedido con muchas decisiones en política exterior en que se in­volucra a las FAN sin medir las opiniones del CMP. Casos como estos tenemos por ejemplo: 

(i)    El envío de asesores militares al El Salvador durante los primeros años de la década del 80, a fin de contribuir en el entrenamiento de combate de las tropas del ejército salvadoreño;
(ii)  El intento desestabilizador al régimen sandinis­ta de Nicaragua que a través de un complot fallido organizado en la Embajada de Venezuela en Ma­nagua y con participación de la Agregaduría Militar se atentó contra el gobierno. Hecho ocurri­do entre 1981 y 1982, ampliamente difundido por la prensa nacional, especialmente el Diario de Caracas que obtuvo información confidencial;

(iii)  La aceptación de los términos del refinanciamiento de la deuda externa con la banca internacio­nal que restringe nuestros principios soberanos de autodeterminación;

(iv)  La invitación a Edén Pastora (Líder de las fuerzas contrarias al sandinismo) a recibir asistencia médica y hospitalaria en el país, siendo Venezue­la miembro del Grupo Contadora; por lo que con esta acción, se crean ambigüedades que contradi­cen la imparcialidad en el conflicto centroamericano.

Es muy probable que si antes de tomar estas decisio­nes se le hubiera consultado al CMP las acciones re­sultantes habrían sido distintas. En fin, a pesar de que en la práctica formal la institución militar se muestra coherente y homogénea, de lealtad incondicional al sistema político, se dan he­chos contradictorios cuya explicación posiblemente la encontramos en los resultados que arroja el proceso de modernización y, quizás, con mayor precisión podamos hallarla al analizar el surgimiento de la tecno­cracia militar.

Especificidad de la Tecnocracia Militar.
La tecnocracia militar representa un sector pequeño de las FAN que va creciendo en la medida que se acentúa el proceso de modernización en la Institución. Pero sin llegar a conformarse todavía como factor de poder. El sector tradicional de la institución, es decir, el que identificamos como burocrático, opuesto en actitudes estamentales al tecnocrático, para esos años permanecía estable en el control del apa­rato militar.
La tecnocracia militar nace principalmente debido a las siguientes razones:
(i)       La incorporación de tecnología en las FAN que demanda personal con capacitación técnica especializada;
(ii)          La preparación técnica del personal militar lo vincula con centros educativos, tanto nacionales como internacionales, en donde además de adquirir su especialización lo relaciona con el mundo del saber permitiéndole concretizar, desde una pers­pectiva mucho más objetiva, su propia realidad, la de su institución y la del país;
(iii)    Los niveles de conciencia alcanzado por este per­sonal lo lleva a plantearse, desde el punto de vista individual, una re-evaluación de los patro­nes tradicionales de funcionamiento de la insti­tución militar. Se considera que en ese período se mantenían en las FAN costumbres y creencias no acorde con el tipo de sociedad que ha alcanzado la civiliza­ción de esa era y, por tanto, se admitía que era necesario esforzarse para ajustar la institución a las demandas de modernidad que inevitablemente deberían satisfacerse;
(iv)      Sus nuevas perspectivas de análisis le conduce a reafirmar los valores nacionalista y patrióticos que con tanto arraigo se adquirieron en las primeras etapas de formación militar y, como respuesta racional, moral y ética oponerlos a la crisis en que se encontraba el sistema político del país.
Sobre la base de estas cuatro mega razones razones, a la tecnocracia militar podemos caracterizarla globalmente así:
(i)    Las decisiones que toman a su nivel se fundamen­tan en los principios de racionalidad, eficiencia y eficacia;
(ii)     Poseen una formación universitaria;
(iii)    Hacen uso de un lenguaje técnico especializado;
(iv)    Incorporan a su área de trabajo el manejo de métodos y técnicas no tradicionales;
(v)      Asumen una actitud gerencial y ejecutiva en la administración de la Institución;
(vi)  Demandan el uso de sistemas computarizados y la mecanización de los procesos rutinarios;
(vii)   Son partidarios del empleo de técnicas gerencia­les y de planificación incorporados a la informá­tica para la conducción de los conflictos milita­res;
(viii)  Asumen la firma creencia de que las FAN tienen capacidad para administrar con criterios de mayor eficacia y racionalidad las empresas públicas y, eventualmente, asumir el control del propio Esta­do.

El nacimiento de la Tecnocracia Militar es un proceso espontáneo. Se va dando sin que operen mecanismos  compulsivos en su gestación. Tampoco se puede decir que ella es propia de una determinada generación o de algunas jerarquías particulares.

Encontramos tecnócratas en todos los grados militares y en todas las edades. Evidentemente, es en algunos grados medios cuando el Oficial llega a adquirir la madurez y la claridad precisa del papel que juega y lo que potencialmente puede significar su actitud y acción donde aparece la mayor tendencia de Ofíciales con características tecnócratas.

La oficialidad joven si es bien conducida pasa a ser la fuente de mayor perspectiva para la formación de la tecnocracia progresista. Y esto ocurre luego de un periodo de experiencia profesional y de especialización en cualquiera de las áreas modernas de la Institución; es decir cuando se alcanza el grado de capitán o mayor (entre 8 y 11 años de servicio).

No obstante, no significa que en el mismo sector más joven no se cuente con oficiales en posiciones de profunda lucidez. Esto puede darse con la misma natura­lidad que se da en la oficialidad media.

A nivel de las promociones de Oficiales de Mayor je­rarquía (General y Coronel) la tendencia es acoplarse más al funcionamiento burocrático plegado a la racio­nalidad política, que en buscar la trascendencia de los sectores renovadores de la tecnocracia y, por tanto, generar cambios fundamentales en el funcionamiento de las FAN.

Es oportuno detenerse para explicar: (i) por qué la tecnocracia está al margen de la estructura de poder de las FAN y, (ii) por qué el tecnócrata a medida que asciende en sus grados militares se va integrando al funcionamiento burocrático, del que en alguna oportu­nidad fue discrepante.

Empecemos por el análisis del funcionamiento de las FAN.

Como bien sabemos, para el período del Bipartidismo las FAN constituían una Institución apolítica obediente y no deliberante y, en consecuencia su acción se limitaba a cumplir un rol burocrá­tico caracterizado por activar un formalismo casi al margen de la realidad, por su rutina administrativa y la sumisión dogmática a los criterios de la superioridad. Las FAN asumían un rol pasivo de aceptación tácita y permanente de todas las decisiones que tomara el Gobierno en nombre del Estado Venezolano.

La base del funcionamiento de las FAN son las relaciones asimétricas de poder (RAP). Es decir las relaciones de mando y obediencia.

Las RAP determinan la disciplina, la jerarquizacíón y los valores fundamentales de la Institución Militar. Estas relaciones presentan la singularidad de ser unidireccional, pues el sujeto que manda es el que orde­na y nunca viceversa.

Las RAP son el soporte fundamental de la estructura militar; ésta comprende 2 elementos bien diferencia­dos: 

(i)            La Cúpula Dirigente (CD) constituida por el Alto Mando Militar (AMM) y los Oficiales generales comandantes de las grandes Unidades que concentran el mayor número de sistemas de armas y poder de fuego. La CD es el elemento que establece las relaciones de supraordenación o de mando. El AMM lo forman: El Ministerio de la Defensa; el Inspector General de las FAN; el Jefe del Estado Mayor Conjunto; los 4 Co­mandantes de Fuerzas y el Director General del Ministerio de la Defensa;

(ii)          El Estrato Subordinado (ES), está formado por el Colectivo Militar Profesional (CMP: Oficiales Ge­nerales Superiores y Subalternos), los Subofi­ciales y la Tropa. Este elemento activa las relaciones de subordinación u obediencia, depen­diendo, pasivamente de las órdenes que emite la CD. El CMP ejerce funciones de mando sobre las Unidades  operativas, logísticas o administrativas de las FAN. El CMP es el ente del ES que pone en funcionamiento a todo el aparato militar, de acuerdo a los criterios de la CD.

Como parte del funcionamiento de las FAN, se estable­ce un vínculo formal con el Gobierno Nacional. La "Interrelación Formal" (IF) que se refiere a la su­bordinación legítima de las FAN al Presidente de la República, por su condición de Comandante en Jefe de las FAN. La formalidad se concreta en las rela­ciones normales de mando y obediencia que se da entre el Presidente y el AMM.

Otro de los factores del funcionamiento de las FAN que debe destacarse es la selección de la CD por par­te del Presidente. Selección que recae en Oficiales muy cercanos al partido de gobierno, bien sea por su afinidad político-ideológica o bien por sus nexos familiares o de amistad.

Así tenemos entonces los 3 factores primarios que de­finen el funcionamiento de las FAN:

a) Asimetría (RAP)
b) Interacción Formal (IF)
c) Selección de la CD

Son estos factores lo que le proporcionan-al Gobierno el control de las FAN, haciéndola operar como aparato de poder y así quedar subordinada a los intereses del Estado. Intereses que son determinados sobre los principios de racionalidad del Gobierno.

Tenemos entonces que para la racionalidad del sistema político el gobierno controla a las FAN; porque, 

(i)     en  primer lugar, legalmente lo establece la Constitución y las leyes militares que son los instrumentos que legitiman la asimetría (RAP) y la ínter-relación formal (IF); 

(ii)  en segundo lugar, el Gobierno controla a las FAN porque el elemento de la Estructura Militar que activa las relaciones de mando, es decir la CD y par­ticularmente el AMM, está formado por hombres de ple­na identificación y total confianza política del par­tido de gobierno.

Son estas las razones por las cuales las decisiones del gobierno se convierten en órdenes para las FAN. Al no existir consultas ni participación del ES en el proceso de toma de decisiones, la CD que sería el elemento indicado que podría racionalizar las decisiones en función a las expectativas reales de la institución, señalando los reparos a que hubiera lugar, no lo hace por su apego total e incondicional a la polí­tica del Gobierno. Esto no quiere decir que el presidente no acepte sugerencias por parte del AMM. Eso se da, pero se mantiene a ese nivel: Presidente y AMM.

En conclusión tenemos:

1. Que la tecnocracia, básicamente ubicada en el CMP, es parte del ES y por lo tanto se ve obligada a activar las relaciones de subordinación y, como ya lo mencionamos, es el CMP el que, de acuerdo a las criterios de la CD, pone en funcionamiento al aparato militar,

2. Aquellos tecnócratas que logran ubicarse en algu­na unidad de mando se les limita su posibilidad de acción renovadora ya que, para asegurar su posición, deberá compartir e integrarse al funcionamiento burocrático de la Institución o caso con­trario, será desplazado y relegado del mando y  del proceso de toma de decisiones.

3. El tecnócrata que ubicado en una posición de man­do y que actúa para mantenerse, resultará fuerte­mente conservador por elementales razones de supervivencia.

4. El tecnócrata que aspira a ascender al grado inmediato superior y discrepa del funcionamiento burocrático de la Institución no logrará su ascenso y por lo tanto:
a) No podrá ocupar cargos de mayor relevancia
b) Se le cierra la posibilidad de formar parte de la CD.
c) No participará del mando ni del proceso de la toma de decisiones.

Estas son las razones por las cuales la tecnocracia está al margen de la estructura de poder de las FAN y el porqué el tecnócra­ta que aspire mantenerse activo no le queda otra alternativa que insertarse en el juego burocráti­co de lo contrario o debe retirarse de la Institución o quedará excluido de ascensos y de mando.
Tendencias de la Tecnocracia Militar:
 
Para la racionalidad política de los gobiernos del Bipartidismo que han administrado el Estado Venezolano, el rol preeminente de las FAN era más político (sumisión al mando político civil) que militar. Para el Bipartidismo las FAN se comportaban como el soporte fundamental del sistema de democra­cia representativa y, en vista de que el sistema necesita cada vez menos del uso de medios represivos di­rectos para mantener el control de la población en general, pues a través de los medios de comunicación de masas, del aumento del bienestar económico a pesar del incremento del costo de la vida y, en general, de la transferencia al pueblo de los valores que constituyen el supuesto cultural del sistema, se logra una inserción "espontánea" de los individuos dentro de éste.

Por esto es que el rol militar de las FAN es desplazado por el rol político, y es así como se mantiene el funcionamiento burocrático de la Institución, y el  porqué se perpetúan los tres factores primarios que definen ese funcionamiento (RAP, IF y SCD).

Pero, además de lo complejo de las relaciones funcio­nales de la Institución que son resistentes a las verdaderas transformaciones renovadoras, la tecno­cracia militar, aunque teniendo características comu­nes, no es única ni homogénea.

Al igual que en la sociedad civil, la tecnocracia agrupa sectores de intereses que pugnan entre sí por hacer prevalecer sus puntos de vista y por tratar de alcanzar posiciones en la estructura de poder.

Para ese período, años 80, identificamos 3 tendencias en la tecnocracia militar: 

(i)             La tendencia nacionalista;
(ii)            La revolucionaria; y
(iii)           La neo-colonialista. 

Todas coinciden en 2 aspectos:

a) Que aspiran controlar a la Institución; y eventualmente tomar el control del Estado.

b) Que ninguna de estas tendencias se ha podido con­solidar como factor de poder en las FAN.

Los principales rasgos que identifican a cada una de ellas es el siguiente:

1. Nacionalista:
Asume un proyecto de transformación nacionalista, democrático y, no ideológico. Rechaza la forma de cómo los gobiernos del statu quo (bipartidismo) han conducido al país y claman por una reforma racional del Estado y sus instituciones.

2. Revolucionario:
Corriente más radical que asume posiciones claramente ideológicas, no identificadas con ningún partido de la izquierda tradicional, pero que construye un proyecto político de transformación revolucionario para la dirección científica de la sociedad. Se sustenta, consciente o inconscientemente, en el socialismo.

3. Neo-Colonialista:
Identificada con la corriente tecnocrática y funcionalista de USA. Creen en las bondades del sistema político del Bipartidismo, pero demanda mayores concesiones al capital. Asimila fuertemente los valores predominantes de la Sociedad Norteamericana, convirtiéndola en modelo a seguir para alcanzar el desarrollo.

El proyecto R-83/ARMA

Al regresar a Venezuela de Boston (1979), tenía el grado de Mayor con dos años de antigüedad. A partir de entonces, inicio el período de difusión del proyecto político y de captación de individuos y organizaciones de vanguardia para fomentar el proceso revolucionario, ir a la toma del poder e instaurar una nueva institucionalidad en la República. En un principio el proyecto fue denominado R-83 (Revolución 1983). Los documentos de R-83 fueron desapareciendo  a medida que se presentaban momentos críticos de riesgo ante los organismo de seguridad del Estado.

El R-83 sería un movimiento político de tendencia revolucionaria gestado en el seno de las FAN, a fin de insurgir contra un sistema político agotado en su gobierno, dependiente en lo económico, injusto y desigual en la aplicación de las normas constitucionales y judiciales, transculturizado en lo ideológico y corrupto en sus prácticas burocráticas de los funcionarios del Estado y de toda la estructura de poder que se había constituido bajo la protección del gobierno.

El R-83 buscaría alianzas coyunturales con las organizaciones populares para ir de manera conjunta y organizada a la ejecución de las operaciones para la toma del poder.

La toma del poder se haría por la vía violenta: una fuerte revuelta popular apoyada por las Fuerzas Armadas. Se iría al golpe de Estado y se impondría un junta militar de gobierno. Se declararía el Estado de emergencia nacional, se suspenderían las garantías y se procedería a suprimir todos los poderes públicos. Los sectores revolucionarios de las fuerzas armadas gobernarían transitoriamente en conjunto con los sectores organizados de la República. Éstos serían seleccionados a través de las asambleas populares que se realizarían en todos los estados nacionales. Las asambleas populares reunirían, de manera organizada y sobre la base de un orden normativo previamente elaborado y aprobado por los órganos del gobierno nacional, a todos los individuos, grupos, gremios y estamentos sociales que asumieran los postulados básicos de un sistema político revolucionario: 

(i)          la equitativa distribución de la riqueza,
(ii)         la igualdad de los derechos del hombre,
(iii)       el fomento de la prosperidad del colectivo nacional,
(iv)       la autonomía de los poderes del Estado,
(v)         la interdependencia mundial,
(vi)        la socialización de la economía con base en los principios de la autogestión,
(vii)      el establecimiento de  las consultas a la comunidad mediante las asambleas populares.

Se organizaría a las fuerzas armadas sobre la base de un nuevo concepto de defensa nacional, el cual rescataría la preponderancia de la soberanía nacional y de lo que política y sociológicamente significa el Estado-Nación. Se incentivaría el fomento de la ciencia militar, para que la doctrina de empleo de las FAN se hiciera con base en las realidades de nuestro país y se elevara el nivel de investigación y desarrollo de la institución, a fin de disminuir la brecha de dependencia tecnológica y científica con el primer mundo.

Se decretaría la reorganización del Estado y de todos sus procesos. Se reforzarían las relaciones con los países del tercer mundo y se asumiría como sustento ideológico del gobierno, los principios bolivarianos de nuestra nacionalidad y las tesis universales de los cambios revolucionarios, fundamentadas en las teorías sociales del bien común.

El Estado asumiría el control de la economía, y se procedería a retomar los proyectos de desarrollo nacional, cuyos objetivos estuvieran dirigidos a la resolución de la problemática social. La principal meta del gobierno sería la de disminuir los niveles de pobreza de la población venezolana.

Se implantaría con supervisión y control del Estado, los tribunales populares a fin de realizar juicios públicos a la corrupción y a quienes hubiesen traicionado a la patria.

Se convocaría a la gran asamblea popular nacional para instaurar una nueva institucionalidad. Se elaboraría una nueva Constitución Nacional, que serviría de base para convertirse en programa de gobierno y se iría a elecciones populares.

La estrategia del plan R-83, tal como se interpretaba en esa época, se organizaba metodológicamente en ocho (8) componentes operativos, los cuales definían  sus acciones a lo largo del proceso, desde la conspiración militar hasta el ejercicio del gobierno: conceptualización político-ideológica, diagnóstico de la situación nacional, peregrinaje político, plan de acción militar, relación con las organizaciones políticas revolucionarias, relaciones internacionales, proyectos estratégicos y programa de gobierno.

Se tomó esa denominación de R-83, porque se estimaba que para 1983 (Período de Luis Herrera Campins) pudieran ejecutarse todas las operaciones para la toma del poder. Pero, como la dinámica conspirativa es tan cambiante y las condiciones objetivas para la revolución no se decretan, al poco tiempo convertimos al R-83 en ARMA: Alianza Revolucionaria de Militares Activos.

No pudo cumplirse el plan en 1983, porque la situación política nacional no reunía las condiciones para la revuelta popular. El movimiento de vanguardia no era lo suficientemente contundente para generar una estructura poderosa en la población. El gobierno, cabeza del statu quo  y orientador de la sociedad nacional, conservaba el control absoluto del poder. Las fuerzas económicas cumplían su rol dentro del sistema capitalista y ejercían su dominio sobre la producción a costa del Estado. La política internacional seguía las pautas que determinaba el centro capitalista del mundo, liderado por los Estados Unidos.

Los EE.UU. habían asumido la doctrina impuesta por Ronald Reagan: “Lucha contra el terrorismo internacional”  establecida en los documentos de Santa Fe. Estrategia anticomunista a ultranza que ratificaba a los EE.UU., como destinados por la divina Providencia a dirigir al mundo y someter a su voluntad a la América Latina. Culpaban al comunismo de obstruir el avance de la expansión del capitalismo, siempre amenazado por la URSS, Cuba y los movimientos de liberación nacional que operaban en América Latina. Justificaban sus intervenciones en el continente alegando que el Caribe, espacio de tráfico marítimo y centro de refinación de petróleo para ellos, se había transformado en un lago marxista-leninista. Establecieron la necesidad de desarrollar una política exterior integral y global por la libertad, la dignidad y los intereses nacionales que fueran un reflejo del espíritu de los valores fundamentales del sistema capitalista: propiedad, acumulación, consumo, beneficio, eficiencia y productividad, por encima de las realidades del mundo subdesarrollado y marginal de la América Latina.

Como consecuencia de esa doctrina de dominación intensificaron sus ataques en contra de Cuba, invadieron Granada, intervinieron en República Dominicana, Nicaragua, El Salvador, Guatemala, Honduras y Panamá, sin olvidar a los países de América del Sur, espacio abierto para la proyección de su política, a través de las fuerzas militares encubiertas y de la CIA.

La situación mundial y específicamente la continental alejaba toda posibilidad de fraguar movimientos revolucionarios que buscaban imponer un sistema político diferente al que se atribuía los EE.UU. Además, los gobiernos nacionales mantenían su postura sumisa ante el centro dominante, plegados totalmente al esquema capitalista que prevalecía en el mundo.

Por su parte, en este período, el pensamiento revolucionario en las FAN y nuestro movimiento ARMA carecían de militares que prestaran sus servicios en las principales unidades de combate y de mayor poder de fuego. Hay que reconocer la debilidad y la ausencia de fuerza ante el adversario político. Por esa razón, ninguna operación conspirativa por muy bien sustentada que estuviese en lo teórico, resultaría exitosa en la práctica. También en este período la FAV adquirió los F-16F respondiendo a las exigencias del Pentágono por incorporar al sistema de hipótesis de guerra de Venezuela las posibilidades de enfrentarse a Cuba. La hipótesis del Caribe planteaba un conflicto militar en donde la aviación militar venezolana cumpliría un rol de primer orden en operaciones de interdicción logística, interceptación aérea y ataque a fuerzas cubanas en tierra. Las misiones de combate se extenderían a las islas caribeñas que respaldaban a Castro: Granada, Jamaica y Barbados.

La formulación de esta hipótesis y el dispositivo que se montó en esos años, permitió que los Estados Unidos le suministraran a Venezuela los aviones F-16 negados a cualquier país latinoamericano para ese entonces. Un comunicado publicado en El Nacional, redactado por el autor de este libro, bajo  el  título  de  la “Ideología de los F-16”,  firmado por un miembro civil de ARMA con el seudónimo de Beltrán Calma, apareció el mismo día del arribo de los aviones a Palo Negro, el 17 de noviembre de 1983. Lo hicimos para alertar y dejar constancia de la injerencia y dominio hegemónico de los Estados Unidos sobre Venezuela, como reflejo de su sometimiento en  el continente. Publicación que arrojó una respuesta muy enérgica del Presidente de la República, Luis Herrera Campíns, y de la cúpula dirigente de las FAN.

Comunicado  publicado en la prensa el 17/11/1982 
La Ideología de los F-16

“Con la llegada de los F-16, las relaciones de dependencia de Venezuela con respecto a USA se acentuarán, tanto en su factor doctrinario e ideológico, como en el tecnológico y militar.

Como tantas veces se ha dicho, coincidimos en conceptualizar a USA como el centro dominante del sistema capitalista mundial y quien regula los procesos del sistema. Venezuela, como uno de sus componentes, está condicionada a las normas que emanan del centro dominante. A esta relación se le identifica como dependencia. La dependencia engendra su propia ideología: el neocolonialismo, que se manifiesta en la aceptación, admiración e imitación de los elementos provenientes de la cultura de USA. En el caso de los F-16, por ejemplo, la ideología se induce a través del entrenamiento que se imparte al personal de las Fuerzas Armadas que ha acudido a los centros de instrucción de estos  aviones. Como consecuencia de la inducción ideológica, nuestros oficiales y suboficiales adoptan los mismos patrones de conducta que prevalecen en al sociedad norteamericana: coincidencia en la visón del mundo y del hombre; de la historia, de los valores, costumbre y símbolos; de los intereses políticos y de los conflictos ideológicos.

Lamentablemente, este proceso de entrenamiento hace que el hombre pierda capacidad crítica con su mundo, convirtiéndolo en un ser pasivo que no toma decisiones propias, sino en función de los intereses ideológicos que le han enseñado a identificar. Así se actúa con quienes van a operar un equipo de armas tan delicado como lo es el F-16.

Los F-16 constituyen un instrumento de poder que ha sido cedido a Venezuela para afirmar su rol en el continente. A USA le interesa mantener el funcionamiento político-social, de las naciones dominadas, lo menos conflictivo posible, para así perpetuar su hegemonía y acumular conciencias y lealtades ideológicas hacia la conservación del sistema. Por consiguiente, para mantener esa hegemonía, USA, como centro dominante, se ve en la necesidad de ceder algunos instrumentos de poder a aquellos países componentes del sistema que demuestren una identificación plena con los mecanismos de dominación. Instrumentos que deben ser usados, exclusivamente, en función de las necesidades que demandan los procesos del sistema capitalista.

Por eso, tenemos que los F-16 constituyen un instrumento de poder que USA le ha permitido adquirir a Venezuela, al módico precio de 615 millones de dólares, más otros 200 millones para la compra del armamento táctico operativo, para que refuerce su papel democrático y su influencia ideológica en la región.

Los F-16 se venden a Venezuela porque es un país incondicional de USA en la lucha anticomunista.

En este sentido la sólida “democracia” venezolana, regentada hoy en día por un gobierno socialcristiano, cuyos principios filosóficos son de orientación anticomunista, ha encontrado estrecha coincidencia con la política exterior de USA.

Los F-16 venezolanos trascienden su misión de defensa nacional; y como instrumento de poder que son, su principal rol es el de respaldar la política exterior de USA en el mantenimiento de su seguridad, que no es otra cosa que neutralizar la creciente influencia “comunista”  (todo proceso transformador y reivindicativo del pueblo es catalogado como comunista por el centro dominante) en el Caribe, Centroamérica y el resto de Latinoamérica.

De manera que aquí están los F-16 y llegan en un momento singular que vive esta región del continente. Hoy será la recepción oficial de bienvenida y de presentación a la Nación. La FAV tiene preparado todo un show para lucir con orgullo los aviones de combate más avanzados y poderosos de la actual generación.

Los F-16 operarán desde la base aérea El Libertador, en Maracay. Allí se ha terminado de construir un enclave destinado a la USAF (United States Air Force) para que pueda ejercer el control, operación y resguardo de los sofisticados aviones. Será, pues, la Fuerza Aérea de USA la que impondrá las pautas del empleo de ese sistema de aviones. Al Comando General de la FAV no le queda otro recurso que acatar sus criterios. Eso forma parte de los convenios acordados entre los dos países soberanos.

Ahora Venezuela no tiene por qué sentir envidia alguna de Honduras, ni de los otros países centroamericanos que idolatran a los gringos –seres supremos del universo- porque nosotros también tenemos nuestra “US AIR FORCE BASE” y está allí en la base aérea El Libertador, en Palo Negro, Maracay.

                                                             Es auténtico
                                                             Beltrán Calma
                                                             C.I. 4.713.407



Nota:

Este artículo ha sido financiado por un grupo de profesionales que sienten profunda preocupación por los últimos movimiento militares de las fuerzas norteamericanas en el Caribe. Este nerviosismo se intensifica aún más, sabiendo que los F-16 no están controlados totalmente por mentes venezolanas. Tememos realmente que se nos pueda empujar a realizar o apoyar acciones armadas contra nuestra propia región, utilizando además nuestro propio dinero y defendiendo los conceptos de “libertad y justicia” que ha diseñado para este momento el gobierno norteamericano.

Este artículo fue elaborado para ser publicado en las páginas de opinión, pero, lamentablemente, no tuvo la debida atención.

Fin de una etapa previa al inicio del Proceso Revolucionario

El Movimiento ARMA fue delatado y en consecuencia fraccionado, aislado y anulado. Sin embargo, la lucha por hacer la revolución ahora comenzaba con mayor disposición. La delación de ARMA provocó mi retiro de las FAN y abrió otro espacio de caminos generadores de campos para la acción revolucionaria. Los factores modernizantes de las FAN así como el pensamiento revolucionario que en su seno se estaba formando haría posible la aparición de nuevos puntos críticos que se aproximarían a la materialización de la Revolución en Venezuela. Vendrían el 27F, el 4F y 27N momentos críticos que gestaron la historia del MBR-200, el MVR y el gobierno Bolivariano, posesionado en la dirección de Venezuela desde 1999. 
 
William E. Izarra

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