viernes, 12 de septiembre de 2014

Más helados y dulces para la “disidencia” en la SINA


De izquierda a derecha el segundo de la SINA, Conrad Tribble, Marta Beatriz Roque, alias La Dama del Aguacate, el nuevo Jefe de la SINA, Jeffrey DeLaurentis y el esclavista de Palmarito, José Daniel Ferrer

Como ya es costumbre siempre que llega un nuevo jefe de la Oficina de Intereses de Estados Unidos en La Habana, el recién llegado  suele agasajar con un ágape a aquellos quienes defienden los intereses de Washington en la Isla.

De acuerdo con informaciones de fuentes que prefirieron permanecer  en el anonimato un almuerzo con tales propósitos fue celebrado recientemente en la residencia oficial del nuevo Secretario de la SINA, el señor Jeffrey DeLaurentis.

En el convite se encontraban entre los anfitriones el segundo de la SINA Conrad Tribble, conocido en las redes sociales por su interés por entablar amistad con los blogueros revolucionarios cubanos, así como  otros funcionarios yanquis.

Entre los agasajados, conformados por  una representación de la vieja guardia de la “disidencia” cubana, destacaban los mercenarios José Daniel Ferrer, Martha Beatriz Roque Cabello, Héctor Maseda Gutiérrez y Oscar Elías Biscet, entre otros.

Luego del discurso de presentación del recién llegado DeLaurentis,  quien hizo referencia a sus dos misiones anteriores en Cuba y a su deseo de estrechar las relaciones con la sociedad “civil” –léase anexionista- cubana, para lograr un “verdadero cambio democrático en la Isla”, tomó la palabra la mercenaria Marta Beatriz Roque.

Roque, conocida también por el pueblo cubano como la Tía Mc Pato, seudónimo con que firmaba sus peticiones de dinero via correo electrónico a anteriores jefe de la SINA, instó al actual gobierno norteamericano a cambiar la estrategia de lucha contra el gobierno cubano.

Según la también conocida como la Dama del Aguacate: “la contrarrevolución interna no iba a lograr ningún cambio en Cuba, si se tenía en cuenta que había muchos infiltrados en sus filas, así como que cada cabecilla impone sus propias  reglas y defiende sus intereses personales por lo que, hasta ahora le ha sido muy difícil a la representación diplomática de Washington en La Habana”.

La falsa huelguista de hambre se abstuvo, por supuesto, de hacer referencia al  memorándum hecho público por Wikileaks donde Jonathan Farrar, el entonces jefe de la SINA, ya en el 2008,  realizaba una radiografía de la llamada disidencia invitada al almuerzo en casa de DeLaurentis.

En el informe confidencial del 15 de abril de 2008, titulado “Estados Unidos y el papel de la oposición en Cuba”, dirigido al Departamento de Estado, el diplomático señala que el papel de la disidencia, es “nulo” pues “los grupos de opositores se hallan dominados por individuos con fuertes egos que no trabajan juntos”, y agrega:  “la búsqueda de recursos es su principal preocupación, la segunda más importante parece ser limitar o marginar las actividades de sus antiguos aliados de manera de reservarse el poder y el acceso a los escasos recursos”.

En fin que, como ya hemos dicho otras veces, la “disidencia” cubana, más que una causa, es un negocio.

Pero volvamos a la reunión donde igual significativo resultó la extraña ecuación realizada por el cabecilla de la organización mercenaria  UNPACU, José Daniel Ferrer quien de pronto desapareció nada menos que a 5 500 de sus seguidores.  Si bien hasta ahora Ferrer se ha ufanado de contar en su organización entre 6 000 y 7 000  miembros, ante el recién llegado nuevo Jefe de la SINA, José Daniel se limitó a decir que solo contaba con 500 seguidores.

Puede que tras las recientes revelaciones hechas en este mismo blog sobre las mentiras de la oposición, José Daniel Ferrer se haya llamado a consejo por el temor de que los 5 500 repentinamente desaparecidos de UNPACU aparezcan en la guía telefónica o entre los integrantes de los equipos de voleibol, básquet, balonmano  o futbol de la Isla.

Igual de significativo resultó la ausencia entre los invitados de Ángel Moya Acosta y de su esposa, Berta Soler.

Según expresaron algunos de los presentes la ausencia  estaba relacionada con la reciente división sufrida por las Damas de Blanco o por las rencillas existentes entre Moya y el violento José Daniel Ferrer, también conocido como el esclavista de Palmarito por sus públicas proyecciones racistas.

En resumen, que todo parece indicar que la fiesta ofrecida por el recién llegado nuevo director de la SINA, a la históricamente nula “disidencia” cubana no pasa de otra entrega de helados y dulces a aquellos que aún no han logrado, por su falta de idoneidad, gozar de los estímulos de DISENTUR, la nueva agencia de viajes de la SINA.
 
Por M. H. Lagarde  
 
Tomado de Cambios en Cuba

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