Fethullah Gülen (l) con Recep Erdogan (d) en 1998 |
Fuentes de inteligencia
especulan hoy que EEUU y facciones de ultraderecha turcas –apoyándose en la CIA
y el ISIS– se encuentran conspirando para derrocar al presidente turco Recep
Erdogan y colocar en el cargo a un político incondicional a EEUU y sus
servicios de inteligencia, Fethullah Gülen, quien actualmente vive en un exilio
autoimpuesto en Estados Unidos, con domicilio en Saylorsburg, Pennsylvania, y
quien participa solapadamente en planes para propiciar un cambio político en
Turquía.
Gülen entró a EEUU como protegido de la CIA en 1999, a pesar de que hubo
reticencias del FBI por considerarlo un islamista radical, lo que puede
observarse en el cable de WikiLeaks 05ISTANBUL1336_a, fechado el 4 de agosto
del 2005.
Estos planes para derrocar a
Erdogan tiene una vieja data y tienen su inicio desde el 2008, cuando
conspiraron en este sentido las élites del Pentágono, junto al American
Enterprise Institute (AEI) –entre cuyos miembros se encuentra el ex
vicepresidente Dick Cheney–, con el
propósito fue convertir a Turquía en un punto de apalancamiento para combatir
a los extremistas islámicos.
Las presiones de la
estrategia norteamericana para lograr un islamismo moderado cuyo requerimiento era colocar al frente del
gobierno turco al imán Fethullah Gülen, Erdogan fundó el Partido de la Justicia
y el Desarrollo (AKP) en el 2001, presentando una alternativa de plataforma
musulmana moderada anhelada por el AEI. No obstante, Gülen quedó como carta
preferencial, contando con su fortuna que asciende a cerca de los 50 millones
de USD.
En 2013 Erdogan descubrió el
complot de la CIA-Gülen contra sí mismo, lo que lo hizo denunciar esta conspiración,
amenazando con la expulsión de Francis Ricciardone, entonces embajador estadounidense
en Turquía.
Temiendo las represalias de
Erdogán, la CIA trasladó fuera de Turquía a varios de los conspiradores, entre
ellos varios militares de alto rango y otros oficiales de la inteligencia
turca, llevándolos hacia Irak el 8 de abril del 2013, donde se afiliaron al
ISIS.
El conflicto pareció
zanjarse mediante un acuerdo frágil entre Gülen y Erdogan coordinado por la
entonces secretaria de estado, Hillary Clinton, quien obtuvo de Gülen la jugosa
donación de 1 millón de USD para su campaña presidencial. También ambos
garantizaron su participación equitativa en las ganancias por el contrabando de
petróleo obtenido por el ISIS en Siria e Irak.
Informes preocupantes
indican que Gülen ha estado entrando a potenciales islamistas radicales ubicándolos
en cerca de 130 escuelas chárters, bajo la pantalla de refugiados de ONGs,
entre ellas el Centro George Soros para el Progreso Americano, lo que pone en
evidencia una potencial amenaza para la
seguridad nacional de EEUU. Gülen cuenta con el apoyo de varios congresistas
norteamericanos, sabiéndose que desde 2008 ha sufragado sus campañas y ha
pagado más de 200 viajes a los mismos en el mayor secreto, lo que es
investigado por el Comité de Ética del Congreso y por el FBI.
Sin lugar a dudas, Gülen
está siendo visto como la carta a usar por USA para solucionar el escandaloso
affaire en que está envuelto Erdogan.
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