Fuertes
críticas ha recibido el gobierno norteamericano, particularmente sus agencias
de seguridad interna, por haber restado importancia a las amenazas provenientes
de terrorismo islámico y haber centrado su atención prioritaria en los grupos
radicales de extrema derecha en el país, según destaca hoy el sitio Infowars.
Destaca
el sitio que en los años previos a los atentados de Boston, el tiroteo Garland,
el ataque Chattanooga y la masacre de San Bernardino, el FBI, Seguridad
Nacional y la Casa Blanca de Obama hicieron más hincapié en la narración que los supremacistas
blancos y los estadounidenses radicales eran de mayor preocupación que los
musulmanes yihadistas.
Parte
de esa política errada de contraterrorismo se puso de manifiesto en 2014 cuando
el FBI había relegado a una tácita omisión a las listas de potenciales
terroristas islámicos, según destaca el articulista Paul Joseph Watson. En el
mismo error cayeron instituciones como el FBI, CIA, DHS, PSA y START.
Cuantiosas cifras millonarias se gastaron por diversas instituciones para
realizar estudios de vulnerabilidad sobre contraterrorismo, dando prioridad al
terrorismo doméstico en sus conclusiones.
De
esta forma, con la venia del DHS han entrado impunemente al país terroristas de
la Hermandad Musulmana, Al Qaeda, Al Nusra y el ISIS, por los principales
aeropuertos del país.
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