Cuando se quiere se puede, el pueblo venezolano, todo, sin diferenciarlos con
los partidos políticos, demostró con su carácter democrático el respeto a su
contrario de pensamiento, dándole un tortazo en la cara a los profetas del
desastre (medios de comunicación), los mismos que siguen manipulando
desde diferentes sitios del mundo su deseo de terminar con nuestra
revolución, veneno que inyectan a un grupito de locos, disociados es una palabra
muy fina para etiquetarlos, los que siguen con la idea de
enfrentar a un pueblo que está lleno de ganas por vivir en
paz.
Los que vivimos en la patria de
Bolívar, que seguimos a la revolución venezolana y los que están
en contra, en el fondo somos una misma familia, ambos grupos seguimos siendo los
hijos de Bolívar. El mismo que tuvo un
pensamiento distinto a sus hermanas y hermano, que aún teniéndolo nunca dejó de
amarlas y ellos también, solo su amada Hipólita, su criada
incondicional fue su aliada, ahí vimos la conexión de Bolívar
siempre con los más débiles. No por eso sus hermanas y su hermano
herederas y heredero del abolengo mantuano, dejaron de amarlo, así
como lo quisieron, le dieron la libertad para ejercer su
pensamiento. El las quiso y lo demostró en sus cartas
enviadas.
Los nacidos en Venezuela, por ahí se ha
dicho que somos las raza perfecta, seguimos siendo la gran familia
de Venezuela, para nadie es un secreto que todos cargamos un negro, un
originario, mal llamado indio, un zambo, un blanco y que dignidad cargar encima
una raza digna, símbolo de la lucha y del trabajo, el cruce de
razas y culturas, que nos van a unir por siempre, unión que nos llevará a lo
queremos, la paz en Venezuela.
El domingo 7-0, día de fiesta
electoral, de democracia colectiva, vivimos una experiencia única, por no decir
la única vivida en el país. Sin ser profeta o pitonisa, pero con
un instinto comunal dimos el primer paso, el 7-0 fue un claro ejemplo de los que
significa democracia y paz, hubo el encuentro de la familia, vecinos y amigos
con espíritu de hermandad y respeto, los que hacemos la Venezuela grande. Fue el
pueblo venezolano, el único en llevarse los créditos de la movilización, no lo
que dicen muchos personeros que quieren quitarle el mérito a ese pueblo honesto
y luchador, ahora quieren ponerle al comandante un mapa rojo
rojito pintado por ellos, como un trabajo de los jefes de comandos
en los estados, esos altos jerarcas nunca hacen nada por el pueblo, solo el
pueblo lleno de amor por su presidente se movilizó, estar sentado
llenando listas y llamándonos para firmar no significó nada, solo
sirve para contar, lo siento pero no acompaño esa tarea que vienen pregonando
llenándose las bocotas de que se levantaron desde las 2 de la mañana para llamar
a la gente,¡¡¡ embuste!!!. El pueblo solito se levantó, y lo hizo
con un simple motivo, el amor hacia su presidente.
Si, nos organizamos, porque aprendimos con los hechos, con nuestros
recursos, no vi por ningún lado la famosa logística que necesitamos en sitios
apartados, una vez mas fue el pueblo quien la puso.
Yo creo que como así viví
esta experiencia, son muchos los que la
comparten. Voy a narrar una
que no tenía desde hacía mucho tiempo: No me
levanté con el toque de la diana, generalmente la hora de levantarme es a
las 5 a .m., un hábito de siempre y
como no por mucho madrugar amanece mas temprano, me fui a las 7
am. a mi centro de votación, somos pocos los electores y la mayoría nos
conocemos, vengan de diferentes colectivos, me vestí con mi preferida vestimenta
wayu, una hermosa manta con un paisaje desértico de la guajira venezolana con un
fondo del color de la revolución, para nada difícil de adivinar por quien sería
mi preferencia en la votación. La primera persona en
encontrarme, fue una prima hermana, acérrima opositora a mi
revolución y luchadora para acabarla, físicamente nada mas muy parecida a mi,
residencia en el municipio Montalbán toda su vida, casi nunca nos vemos, ella es
muy blanca y padece una enfermedad en la piel, que cuando está muy
estresada, le brotan unas manchas muy rojas en la piel y se le
nota mas en la cara, por lo que se pone roja rojita, por lo que ni siguiera se
lo comenté para no incomodarla, pero de que andaba preocupada se
le notaba alegua, una palabra muy del pueblo, cuando
queremos señalar algo que se nota mucho y se ve de cerca y dejos.
Después de darnos un abrazo muy familiar y afectuoso, nos arrimamos a la
sombra de una mata para seguir la conversa, donde nos bañamos con
las preguntas para saber de todos en la familia, propio de los
seres que se quieren, a este saludo se nos unió otro afecto a la
oposición y también amigo de ambas y con el mismo cariño, luego nos despedimos y
todos nos deseamos suerte, pues sabíamos que íbamos al mismo juego, con
deferentes resultados. Caminé hacia mi comando, luego hacia la
cola que caminó muy rápido ejerciendo mi derecho en
la mesa correspondiente. Salí y me quedé en mi puesto de batalla,
salí a llevar un compa… hacia la población de Miranda, donde votaría regresando
después para recoger una compatriota y llevarla al centro de
votación, quien se encontraba con malestares en las piernas por causa de las
várices, el resto fue a votar sin contratiempo y así nos quedamos hasta cerrarse
el centro de votación como a las 7 a 7 y media de la noche, esperé
los resultados en la casa, otro grupo estaba en el centro de
votación pero ya se sentía en el ambiente, otro triunfo democrático de nuestra
revolución.
El pueblo venezolano le dio una vez
más una lección de democracia al mundo y un tortazo en la cara a
los violentos, a los grupos que quieren enfrentarnos, no lo consiguieron y no lo
van a conseguir, los venezolanos estamos unidos en las malas y en las buenas y
vamos a hacer el país que queremos, un país grande como los
venezolanos.
Patria o muerte… seguimos
venciendo
No hay comentarios:
Publicar un comentario