Si
lo que buscaba el señor canoso de la majatica floreada era protagonismo
en la segunda edición del Encuentro de Tuiteros en La Habana (TwittHab
2.0), quizás a su llegada a la casa imperial de Malecón su jefe le sonó
un par de palmaditas en el hombro y le regaló alguna mustia sonrisa.
Pero si esperaba inquietar, incomodar, o poner nervioso a alguno de los
allí presentes al identificarse abiertamente como Conrad Tribble, Jefe
Adjunto de la Sección de Intereses de Estados Unidos, quizás para su
sorpresa el trato inclusivo y de respeto mutuo que allí se le dio, lo
dejó tan perplejo que seguramente no se creyó que incluso le
ofreciéramos la palabra sin condiciones previas para que hiciese
ejercicio de su libre expresión frente a un heterogéneo grupo de
revolucionarios, pero así sucedió.
Y resulta que
lejos del rechazo, de un mitin de repudio, o de su expulsión del parque
Villalón a empujones y consignas como casi seguro él se hubiese
imaginado, como muestra de transparencia y tolerancia que nos
caracteriza este personaje quedó incluido hasta en la ¨foto final¨
(¿oficial?) del encuentro, algo sin precedentes en la historia de la
subversión de la SINA y sus ¨astutos acercamientos¨ a la juventud
cubana.
Ahora bien Míster Tribble, no crea que se
puede equivocar tan fácil con ninguno de nosotros. Ni se piense por un
segundo que los allí presentes no entendimos el mensaje nada más verlo
aparecer en su aparente y desinteresado acercamiento a los blogueros y
tuiteros cubanos. Sabe usted mejor que nadie qué fue a hacer allí, como
también sabe bajo qué estrategia debía hacerlo. Conocemos de sobra, precisamente, la Estrategia de la Política Exterior de su gobierno denominada Doctrina del ¨Poder Inteligente y Poder Blando¨,
suspicaz coartada bajo la cual usted intentó colarse en nuestro grupo
haciéndose pasar por un sano funcionario estadounidense en la isla que
solo quería estrechar lazos de amistad y dejarnos saber (como si
nosotros no supiésemos nada de historia) los puntos de confluencia que
unen a nuestros pueblos.
No
obstante a ello Míster Tribble, le agradecemos el detalle de su
presencia, porque aprendimos de ella. Porque además, ya sabemos a
ciencia cierta lo tanto que le interesamos a ustedes (SINA) los jóvenes
que defendemos la Revolución desde la blogosfera y tuitosfera cubana, y
además; porque también sabemos bajo qué sombras se mueven quienes
pretenden acercarse sigilosamente para acosarnos ideológicamente.
El enviado de la SINA repartió orgullosamente su tarjeta de presentación a algunos de los participantes en TuittHab.
Sepan bien claro que nosotros no somos ni seremos un hueso fácil de roer Míster and company!
No se crean que tratar de regularizar este tipo de encuentros logrará
legitimar algún día una relación que sobre la base de la mentira, el
acoso y la subversión a los jóvenes que coexistimos en la red, llegará a
florecer una sincera amistad o relación de ningún tipo.
Si
usted pensó que el Tuitthab 2.0 solo fue aquel informal encuentro del
pasado viernes en el parque Villalón, sepa que se quedó con ganas de
conocer el verdadero sentir de quienes no creemos en discursos de
tribunas improvisadas. Sí Míster Tribble, el Tuitthab 2.0 fue mucho más
allá de los válidos intercambios y posiciones que allí usted vio, pues
en su debido momento traspasó las fronteras de aquel parque y sus
discursos confluyendo articuladamente con otro importante grupo de la
red que usted no llegó a conocer ese día. Seguramente le costará trabajo
digerirlo, pero tendrá que asumir que Tuitthab 2.0 superó con creces
sus expectativas, y como usted mismo pudo monitorear, pasó de ser un
esquemático y controlado encuentro de tuiteros (como seguramente le
dijeron iba a ser) a ese genuino y original espacio de encuentro que
hasta usted mismo tuvo que disfrutar.
Y claro que
hubo de todo, pues a mí particularmente en cierto momento me pareció
hasta un poco aburrido toda vez que ciertas personas se apropiaron del
espacio para darle nuevamente a la matraca, pero teniendo en cuenta que
ese era precisamente un momento para escuchar a todos, así como para
expresar libremente lo que cada cual quisiera, no quedó otra alternativa
que escuchar a cada uno de los interlocutores sin interrumpirlos ni por
un instante, dijeran lo que dijeran, incluyéndolo a usted Míster
Conrad, quien seguramente no me dejará mentir.
No
obstante a esto y como casi siempre sucede, un segundo momento más
informal y de estrecho marco se trasladó hasta el malecón habanero,
donde hasta altas horas de la noche se debatieron a ritmo de trova y
vasitos de ron las más disímiles temáticas de esa Cuba que tanto nos
gusta debatir.
¿Quedó eso fuera de su informe Míster Tribble?
We´re
so sorry Míster, pero no somos para nada predecibles y mucho menos
nadie tiene derecho de enrarecernos nuestra propia fiesta.
Carlos Alberto Pérez
¨La Chiringa de Cuba¨
Tomado de http://www.chiringadecuba.com
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