La Agencia de Noticias Rodolfo Walsh
(AW), descubrió hace pocos días que uno de sus integrantes era, en
realidad, un oficial de inteligencia de la Policía Federal.
Américo Alejandro Balbuena se movió entre ellos durante diez años. Y
así lo hizo, entonces, entre organizaciones sociales, gremiales y
políticas, entre activistas y luchadores, lo que demuestra cómo aún
funciona el aparato de espionaje de las fuerzas de seguridad sobre
luchadores sociales. Balbuena se desempeñaba como jefe de la sección
Reunión-División Análisis, un lugar que ocupaba desde la dictadura
militar.
Desde el Colectivo de Trabajadores de Prensa (CTP) repudiamos esta
infiltración, como cualquiera que se produzca en los movimientos del
campo popular, y alertamos sobre la gravedad de que organismos
represivos espíen a luchadores sociales. Balbuena (foto) ingresó a la
Agencia Walsh en 2002 bajo el gobierno de Eduardo Duhalde y se mantuvo
como espía hasta hace pocos días. "Fue responsable de la agenda de
actividades políticas, lo que le permitió tener el mapa del movimiento
popular", explicó la Walsh en un comunicado.
Nos solidarizamos con los compañeros y compañeras de la Agencia Walsh
y pedimos una respuesta inmediata del gobierno a las denuncias. Para
los trabajadores de prensa, el trabajo militante de la Agencia Walsh es y
será indispensable. Son ellos, como otros medios alternativos, quienes
dan visibilidad a nuestros conflictos y reclamos, nuestras luchas y
movilizaciones, siempre silenciadas por la prensa tradicional. Por eso,
sentimos muy de cerca este hecho grave que los atraviesa. Reivindicamos
la tarea que realizan por una comunicación al servicio del pueblo y nos
ponemos a su disposición para lo que necesiten.
LATAM: Reporte (drm)
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