El candidato demócrata a gobernador Charlie Crist, tras su paso por el barrio de la Pequeña Habana en
Miami, aseguró que: Hay
que poner fin al embargo comercial de Estados Unidos sobre Cuba.
"Si realmente les importan la gente en la isla, tenemos
que liquidar el embargo y dejar que reine la libertad", dijo a gritos,
mientras un pequeño grupo de opositores clamaba "¡vergüenza!". No
obstante, los gritos a favor de Crist fueron más fuertes.
La escena hubiese sido inconcebible unos años atrás, cuando
los políticos se cuidaban mucho al hablar sobre el tema por miedo a
malquistarse con los votantes cubano-estadounidenses, muchos de los cuales
habían huido de la Cuba de Fidel Castro en la década de 1960.
Sin embargo, los demócratas intuyen que hay una nueva
actitud por parte de los cubanos recién venidos y los cubano-estadounidenses de
segunda generación partidarios de reanudar las relaciones diplomáticas con la
isla comunista.
En una señal de hasta qué punto ha cambiado el clima, la
demócrata Hillary Rodham Clinton, quien respaldó los límites al comercio
durante su campaña por la candidatura presidencial en 2008, ahora pide que se
levante el embargo. Lo llama "el mejor amigo de Castro" y dice que
perjudica "nuestros objetivos más amplios de cara a América Latina".
Es la primera vez que uno de los principales aspirantes a la
presidencia, de cualquiera de los dos partidos, sugiere derogar esta medida que
lleva 52 años de vigencia.
Es el mayor desafío en décadas a la ortodoxia
cubano-estadounidense y podría ayudar a reformular la política exterior de
Washington.
También podría alterar el panorama político en el mayor
estado pendular en cuanto al voto, donde el voto cubano se vuelca desde hace
mucho a los republicanos debido a su intransigencia en materia del embargo.
La campaña de Crist determinará por primera vez a nivel de
todo el estado si el embargo sigue siendo una piedra de toque para los
políticos en Florida, donde vive el 70% de la comunidad cubana nacional.
Crist es un exgobernador republicano que dijo una vez que
sólo iría a Cuba "cuando sea libre". Ahora que es un demócrata e
intenta recuperar el puesto, ha dicho que quiere ir a La Habana "para
aprender del pueblo cubano y ayudar a encontrar oportunidades para los negocios
de Florida".
Dice que el embargo ha fracasado porque no ha derrocado el
régimen castrista y en cambio perjudica al pueblo. "La definición de
demencia es hacer lo mismo una y otra vez y esperar un resultado
diferente", dijo a la prensa al inaugurar una oficina de campaña en la
Pequeña Habana.
Los republicanos de Florida, indignados, lo acusan de
traicionar a la comunidad cubana.
El senador Marco Rubio, un posible candidato presidencial
republicano e hijo de exiliados cubanos, dijo que el embargo es "la última
herramienta que nos queda para asegurar que algún día regrese la democracia a
Cuba".
AP/Miami Diario
No hay comentarios:
Publicar un comentario