lunes, 21 de julio de 2014

¿Misil de Putin?

 

Durante las guerras la primera víctima es la verdad. Así reza un conocido proverbio frecuentemente recordado por periodistas y reporteros.

¿El mundo está en guerra?

Es como para suponerlo. La destrucción del vuelo MH17 de Malaysia Airlines y la muerte de sus 298 pasajeros ha dado lugar a una ofensiva mediática impresionante:

“Crece la presión para que Putin responda por el derribo del avión” – El País (Madrid)

“MH17: Russia in the dock” – The Sunday Times (Londres)

“Ukraine: le crash du Boeing 777 affaiblit le jeu de Vladimir Poutine” – Le Monde (París)

“Ukraine: Rebels hiding evidence” – The Washington Post (Washington)

“Ucraina. Reportage dal luogo in cui é precipitato l’aereo. Gli USA: sospetti sui russi” La Stampa (Turín)

Mientras tanto, la masacre que Israel comete en Gaza pasa piola. La televisión habla de “incidentes de violencia”, como si se tratase de una pelea callejera o de una riña entre borrachitos.

Pepe Escobar pone los puntos sobre las íes sobre los misiles rusos, el espionaje americano y los rumores infundados. Una novela de espionaje…

¿Misil de Putin?

Traducción al español de POLITIKA (fuente: Vila Vudu)

Es el veredicto del chismorreo de la guerra: la más reciente tragedia de Malaysia Airlines (la segunda en cuatro meses) es “terrorismo” perpetrado por “separatistas pro Rusia” armados por Rusia, y Putin es el principal inculpado. Se acabó la historia. Quién piense de otro modo que se calle la boca.

¿Por qué? Porque sí. Porque lo dice la CIA. Porque Hillary. “Vinimos, vimos, él murió” dijo Clinton. Porque la loca Samantha. “Responsabilidad de bombardear para proteger” dijo Power, tronando en la ONU, todo debidamente publicado por el Washington Post infestado de conservadores.

Porque lo dice la prensa-empresa anglo-americana, de la CNN a la FOX (que intentó comprar la TIME Warner que le pertenece a CNN). Porque el presidente de los EEUU lo dice. Y principalmente, sobre todo, porque Kiev lo vociferó, en primer lugar.

Y allí estaban todos ellos, en fila, montones de los invariablemente histéricos “especialistas” de la “comunidad de inteligencia de los EEUU”, literalmente echando espuma por la boca contra la maléfica Rusia, o el aún más maléfico Putin; los “especialistas” de inteligencia, aquellos que no vieron un convoy de resplandecientes y blancas camionetas Toyota atravesando el desierto iraquí para tomar Mosul. Esos, sin embargo, ya sentenciaron: no necesitan examinar más nada, resolvieron instantáneamente el misterio del vuelo MH17.

Poco importa que el presidente Putin haya declarado que la tragedia del MH17 debe ser investigada objetivamente. Y “objetivamente” no significa esa ficticia “comunidad internacional” concebida por Washington, esa congregación de vasallos/chivos expiatorios.

¡¿Y Carlos?!

Una rápida investigación ya muestra que el vuelo MH17 estaba desviado 200 km hacia el norte, distante de la ruta habitual de la Malaysia Airlines en los días anteriores. Bien dirigido hacia el centro de una zona de guerra. ¿Por qué? ¿Qué tipo de comunicación recibió el MH17 de la torre de control aéreo de Kiev?

Kiev no dice una palabra sobre eso. La respuesta sería simple si Kiev hubiese distribuido las grabaciones de los contactos entre la torre de control y el vuelo MH17.

Malasia distribuyó exactamente esas grabaciones después de que el vuelo MH370 desapareció para siempre.

Esas grabaciones no aparecerán nunca. El servicio secreto de Ucrania (SBU) confiscó esas grabaciones. Sin ellas no hay cómo saber por qué el vuelo MH17 estaba fuera de ruta ni lo que pilotos dijeron antes de la explosión.

El ministro de Defensa de Rusia, a su vez, confirmó que había una batería Buk antiaérea controlada por Kiev y operacional, próxima del área donde cayó el MH17. Kiev había distribuido varios sistemas de misiles Buk tierra-aire, con al menos 27 lanzadores; todos perfectamente capaces de derribar jets a 33 mil pies de altura.

Militares rusos detectaron ondas radio de un radar Kupol, como parte de una batería Buk-M1 cerca de Styla [ciudad al sur, a cerca de 30 km de Donetsk]. Según el ministerio, el radar podía estar transmitiendo informaciones de rastreo para otra batería que estaba a distancia de tiro de la ruta del vuelo MH17.

El radar de un sistema Buk rastrea a un máximo de 80km. El MH17 volaba a una velocidad de 500mph. Así, asumiendo que los ‘rebeldes’ tenían un Buk operacional y lo usaron, no tenían más de cinco minutos para rastrear todo el cielo encima de ellos, todas las altitudes posibles, y programar el blanco. En ese momento hubiesen sabido que ningún carguero podía volar a esa altitud.

En http://slavyangrad.wordpress.com/2014/07/18/breaking-part-ii-evidence-continues-to-emerge-mh17-is-a-false-flag-operation/ se encuentran muchas pruebas que sostienen la hipótesis de que fue un atentado forjado bajo bandera falsa.

Y también está la historia, más extraña a cada minuto que pasa, de Carlos, español, controlador de tráfico aéreo de servicio en la torre de Kiev, que estaba siguiendo el vuelo MH17 en tiempo real. Para muchos, Carlos es un personaje real y auténtico, no es inventado; para otros, nunca trabajó siquiera en Ucrania. El hecho es que tweeteó como loco.

Su cuenta en la empresa Tweeter fue cerrada –no por casualidad–, y él desapareció. Sus amigos lo buscan ahora desesperadamente. Logré leer todos sus tweets, en español, cuando la cuenta aún estaba activa. Ahora, ya hay se copias de los mensajes que distribuyó y traducciones al inglés.

Reproduzco aquí, algunos de los tweets más importantes:

“El B777 estaba escoltado por dos jets ucranianos de combate minutos antes de desaparecer del radar (5.48pm)”

“Si las autoridades en Kiev quieren admitir la verdad, dos jets de combate volaban muy cerca minutos antes del incidente, pero no derribaron la aeronave (5.54)”

“Inmediatamente de la desaparición del B777 de la Malaysia Airlines, autoridades militares de Kiev nos informaron sobre el avión derribado. ¿Como lo sabían? (6.00)”

“Todo fue grabado en el radar. Para los que no crean: fue derribado por Kiev; nosotros sabemos aquí [en la torre de control] y el control militar del tráfico aéreo también sabe (7.14)”

“El Ministerio del Interior sabía que había aviones de combate en el área, pero el Ministerio de Defensa no (7.15)”

“Los militares confirmaron que fue Ucrania, pero no se sabe de donde vino la orden (7.31)”

La evaluación de Carlos (una compilación parcial de sus tweets está en línea en: http://slavyangrad.wordpress.com/2014/07/18/spanish-air-controller-kiev-borispol-airport-ukraine-military-shot-down-boeing-mh17/) es muy clara: el misil fue lanzado por militares ucranianos por orden del ministerio del Interior – NO del Ministerio de Defensa.

Los temas de seguridad, en el ministerio del Interior están bajo el mando de Andrey Paruby, que trabajaba muy cerca de los neoconservadores de los EEUU y de los neonazis del Banderastán en la plaza Maidan.

Asumiendo que Carlos exista y sea quien dice ser, su evaluación tiene sentido. Los militares ucranianos están divididos entre el rey del chocolate [presidente Petro] Poroshenko – que quiera una détente con Rusia, esencialmente para promover los sombríos intereses de sus propios negocios – y Santa Yulia Tymoshenko, muy conocida por propiciar el genocidio de los rusos étnicos en el este de Ucrania.

Los neoconservadores y los ‘consejeros militares’ de los EEUU situados en Ucrania, como ya se sabe, están subiendo las apuestas, apoyando simultáneamente los grupos de Poroshenko y los de Tymoshenko.

Siendo así… ¿a quién le interesa?

A cuestión clave permanece: cui bono? (¿a quién beneficia?) Sólo descerebrados terminales creerían que derribar un avión de pasajeros beneficiaría a los federalistas del este de Ucrania, para no hablar del Kremlin, que no tendría absolutamente nada que ganar.

En cuanto a Kiev, tendrían los medios, el motivo y la ventana de oportunidad – especialmente después que los neofascistas de Kiev fueron efectivamente derrotados y ya estaban en retirada en el Donbass. Y eso después que Kiev insistió en bombardear la población del este de Ucrania, desde lejos y desde encima. No sorprende que los federalistas tuviesen que defenderse.

Y también está el timing, muy, muy sospechoso. La tragedia del MH17 ocurre dos días después de que los países del BRICS anunciaron el antídoto contra el FMI y el Banco Mundial, evitando el dólar. Y exactamente cuando Israel avanza ‘cautelosamente’ en su nueva invasión/limpieza étnica en cámara lenta, en Gaza. Malasia, por hablar de esto, es la sede de la Comisión de Crímenes de Guerra Kuala Lumpur – comisión que condenó a Israel por crímenes contra la humanidad. Lo que consigue el Imperio del Caos, en este caso, es un cese al fuego (para que las derrotadas bandas neonazis de Kiev puedan ser reabastecidas); ganan nuevo aliento para demonizar a los ucranianos del este como “terroristas” (como siempre quiso Kiev, al estilo de Dick Cheney); y pasan a lanzar cantidades ilimitadas de lodo sobre Rusia, y especialmente sobre Putin, hasta el fin del mundo.

No es poca ganancia, para un pequeño servicio de minutos. En cuanto a la OTAN… para ellos es Navidad en julio.

De aquí en adelante todo depende de la inteligencia rusa. Ya estaban vigilando y rastreando todo lo que ocurría en Ucrania, 24 horas al día, siete días por semana. En las próximas 72 horas, después de examinar los muchos datos de rastreo, con telemetría, radar y seguimiento por satélite, los rusos sabrán exactamente qué tipo de misil fue lanzado, de dónde, y tendrán también las comunicaciones de la batería que lanzó el misil. Y tendrán acceso a todas las pruebas recogidas en la escena del crimen.

Muy distinto de Washington – que siempre ya sabe todo antes, incluso sin investigar nada (¿te acuerdas del 11/9?) – Moscú necesita tiempo para obtener los hechos periodísticos básicos (¿qué, donde, quién?) y comenzar a trabajar para probar la verdad y/o desmentir los chismes distribuidos por Washington.

Los registros históricos muestran que Washington simplemente ocultará todas las informaciones, si se comprobase que sus vasallos en Kiev lanzaron un misil contra un avión de pasajeros. Los datos de la realidad pueden apuntar a una bomba plantada en el MH17, o a una falla mecánica – aunque parezca ahora una explicación improbable. Si fue un terrible error cometido por los rebeldes de Novo-rusia, Moscú tendrá que admitirlo, por muy renuentemente que sea. Si fue Kiev, Moscú lo divulgará y lo probará inmediatamente. Pase lo que pase, lo único garantizado, es la histérica respuesta occidental de siempre. Fue Rusia. La culpa es de Rusia.

Putin está en lo cierto al decir que esa tragedia no hubiese ocurrido si Poroshenko hubiese aceptado una extensión de la tregua, como Merkel, Hollande y Putin intentaron convencerlo a fines de junio. Por lo menos, para comenzar, Kiev ya es culpada por las muertes, porque el gobierno de Kiev es responsable de la seguridad de los vuelos en el espacio aéreo bajo su (por teórico, que sea) control.

Pero todo se va olvidando en las brumas de la guerra, la tragedia y el chismorreo. Sobre las histéricas declaraciones de Washington, y su autoproclamada credibilidad, les dejo sólo un número: Iran Air 655.[*]

(*) Iran Air 655. El día en que los EEUU mataron 290 civiles inocentes. 2/7/2012, Samy Adghirni, Folha de S.Paulo: “Uno de los más polémicos ataques americanos contra civiles inocentes ocurrió hace exactos 24 años, en el calor de la guerra entre el Irán del entonces ayatolá Khomeini y el Iraq del dictador Saddam Hussein, aliado de Washington. En la mañana del 3/7/1988, un navío de guerra de los EEUU disparó dos misiles contra un Airbus A300 de la Iran Air, matando las 290 personas a bordo, incluyendo 66 niños. Entre las víctimas había ciudadanos de Irán, la India e Italia, entre otros países”.



escribe Pepe Escobar, RT
http://rt.com/op-edge/174088-was-it-putin-missile/

Piensa Chile

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