Alrededor de una decena de ex funcionarios de la CIA mencionados en
un informe clasificado del Senado sobre las polémicas prácticas de
interrogatorio realizadas hace una década por la agencia —calificadas
por algunos sectores como "tortura"— fueron avisados en los últimos días
que podrían revisar partes del documento a puerta cerrada, después de
firmar un acuerdo de confidencialidad.
Pero ayer, a muchos se les dijo que no lo verían en absoluto, después de todo.
Varios
reaccionaron furiosos. También algunos asesores de los senadores
demócratas estaban enojados, en primer lugar, de que se les haya dado la
oportunidad a los ex agentes de leerlo.
Fue el capítulo más
reciente del drama y las recriminaciones que han estado ocurriendo tras
bambalinas en el marco de lo que algunos llaman el informe del Senado
sobre la tortura, un resumen de lo que se ha desclasificado y que se
espera que sea difundido en las próximas semanas.
"Estoy
indignado", dijo John Rizzo, uno de los ex funcionarios que recibieron
la oportunidad, y luego se le negó, de ver el resumen del informe antes
de su publicación. Rizzo se jubiló en 2009 como el principal abogado de
la CIA después de desempeñar un papel clave en el programa de
interrogatorios.
"Ellos (los senadores) están acusando a algunas
personas de engañar al Congreso, de engañar al Departamento de Justicia,
y ellos nunca ni siquiera pidieron hablar con nosotros", dijo. "Y ahora
no nos dejan leer el informe antes de que se haga público".
El
informe de 6,300 páginas, junto con una réplica por parte de la CIA,
representa el relato más detallado y actualizado a la fecha de un
conjunto de prácticas controvertidas de detenciones e interrogatorios
que la CIA realizó en los años posteriores a los atentados del 11 de
septiembre de 2001. Algunos estadounidenses consideran ahora que esas
prácticas pudieron haber sido inmorales o ilegales.
El presidente
Barack Obama ordenó que esas prácticas cesaran cuando asumió el cargo,
pero se opuso a la creación de una "comisión de la verdad" para que
examinara lo sucedido. Se realizaron investigaciones penales en secreto,
pero no dieron lugar a cargo alguno.
Los grupos a favor de la
transparencia creen que el resumen ejecutivo del informe del Senado, de
600 páginas, que deberá difundirse junto con una respuesta de la CIA y
una disidencia minoritaria, será la oportunidad más reciente para una
rendición pública de cuentas.
Tomado de http://www.primerahora.com
No hay comentarios:
Publicar un comentario