Muchas de las cárceles locales de
Estados Unidos constituyen instituciones de salud mental de facto por el
gran número de sus presos que padecen de enfermedades mentales y la
falta de alternativas psiquiátricas.
En ese condado de la Florida muchas personas aquejadas del referido mal parecen atrapadas por un ambiente surrealista.
Un juez de ese territorio, Steve Leifman, declaró que cada año unos
veinte mil de los arrestados tiene “desequilibrio mental agudo”.
Agregó que tal realidad transforma a sus cárceles en una de las principales instituciones psiquiátricas de Estados Unidos.
Un periodista de Diario Las Américas, Sergio Otálora, comentó este viernes que allí la enfermedad “no es bien tratada”.
Agregó que, debido a esto, se ha convertido en la Cenicienta del Sistema de Salud del país.
Según Otálora, la Florida constituye una puerta de entrada al sistema penitenciario y de salida “hacia la indigencia”.
Debido a la situación, este miércoles citaron una reunión para tratar de aliviar la crisis que sufren al respecto.
Al hablar en esa oportunidad, Steve Leifman, dijo:
“Cuando me convertí en juez, nunca pensé que sería guardián de una
de las instalaciones de salud mental más grandes de Florida: la cárcel”.
El especialista añadió que en Miami-Dade cada 24 horas se les suministra medicinas antipsicóticas a 1200 presos.
¿Costo? Según autoridades del condado, 178 000 dólares al día, y 65 millones al año.
Durante su disertación del miércoles, Leifman subrayó que la cantidad
de enfermos mentales en las zonas urbanas de esa región floridana
multiplica por tres el promedio nacional en iguales lugares del país.
El juez también reveló que en Estados Unidos casi el 10 por ciento de la población vive con severos problemas de ese tipo.
Los concretó al decir, me refiero a “individuos con esquizofrenia, depresión severa, o desorden bipolar".
Aún más grave, comentó el periodista Otálora, solo el uno por ciento
de los 230 000 enfermos adultos e infantiles son atendidos por
instituciones de salud.
Muchos de ellos, agregó, son dados de alta sin recibir terapia, “con
el argumento de que no hay recursos, y son lanzados a las calles como
indigentes”.
El jefe del Jackson Memorial, vinculado a la Universidad de Miami,
Carlos Migoya, anotó que "Solo el hospital de salud mental Jackson
gastó cinco millones de dólares en los últimos 12 meses con destino a
pacientes sin seguro o con un seguro limitado.
Resulta obvio que esta dramática situación estruja, aún más, la
imagen del Estados Unidos paradigma de la libertad y democracia en el
mundo, que transforma sus cárceles en grandes centros psiquiátricos.
Nicanor León Cotayo
CubaSí
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