El senador Marco Rubio está
promoviéndose como el aspirante presidencial republicano cuyo discurso apuesta
a una mayor participación militar norteamericana a nivel mundial. Aumento de
los gastos militares, envío de tropas a varios escenarios en conflicto -entiéndase
Medio Oriente y Ucrania-, empiezan a definirlo como predilecto de la
ultraderecha yanqui y el Complejo Militar Industrial.
Aunque respalda la
estrategia del presidente Barack Obama de armar a grupos rebeldes moderados en
Siria, apuesta por el envío de tropas para enfrentar al Estado Islámico en el
Oriente Medio.
Inteligente, pretende
causar una posición favorable a la derecha conservadora, sobre todo por una
proyección con respecto a política internacional, ante una potencial rival
demócrata en las venideras elecciones de 2016: Hillary Clinton. También es
conocedor del descontento despertado en los grupos de poder causado por las
decisiones de Obama de retirar a las tropas en Irak y Afganistán.
Además, Rubio conoce que
el aparataje mediático montado por los grandes medios sobre la potencial
amenaza contra los EE UU por parte del yihadismo radical del Estado Islámico, ha
tenido resultados positivos y una gran parte de los norteamericanos ha manifestado
su respaldo, al menos temporalmente, a
intervenir en Irak y Siria.
Adalid de la política
militarista, no solo proyecta sus demandas a ejercer una mayor presión bélica
en el Medio Oriente, sino también ha encarnado una abierta hostilidad hacia
Rusia, Cuba, Venezuela y otras naciones progresistas.
Sin lugar a dudas, este
joven político demuestra un claro oportunismo político encaminado a lograr el
apoyo de las élites de poder en EE UU. Su clara ambición presidencialista le convierte
en un pequeño remedo del Hitler de los años 30.
Percy
Francisco Alvarado Godoy
He difundido.
ResponderEliminarLo considero excelente para el conocimiento, difusión y debate fraterno.
Gracias.
Lic. Martha Lidia Ferreira