Según
un memorándum enviado por el presidente Barak Obama a los secretarios de Estado
y del Tesoro, John Kerry y Jack Lew, respectivamente, su gobierno decidió
extender por un año más el criminal bloqueo contra Cuba.
La
absurda decisión se basa en la Ley contra el Comercio con el Enemigo, legislada
en 1917 y totalmente fuera de contexto histórico, sobre el infundado supuesto
de que conviene al interés nacional de EE UU
Este
memo responde a una rutina política, mantenida por anteriores administraciones,
de renovar anualmente las sanciones contra Cuba, prohibiendo a empresas de ese
país cualquier tipo de negocios con nuestra patria. Esta vieja ley ha sido
reforzada con otros cuestionables instrumentos jurídicos como la Ley Torricelli
(1992) y la Ley Helms-Burton (1996).
A
pesar de ciertos pataleos de supuesta y frágil apertura, Obama ha confirmado
ser uno de los presidentes que mayor hostilidad ha demostrado hacia Cuba al
aplicar esta legislación, así como implementando una enconada guerra mediática
y de apoyo a la subversión dentro de la Isla.
Cuba,
por su parte, resistirá como lo ha hecho por más de cinco décadas. Sabe que la
dignidad no se vende al furibundo enemigo que la hostiga inútilmente.
Percy Francisco Alvarado Godoy
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