Tessa M. Fontaine |
Dos hechos actuales, burdamente
maquinados por las agencias norteamericanas de espionaje y contraespionaje, no dejan de levantar
mis sospechas por estos días.
Uno de ellos es la supuesta
desclasificación por parte del FBI de un informe en que se acusa a la
inteligencia cubana de desarrollar labores de reclutamiento dentro del espectro
de académicos y profesores universitarios en territorio de los Estados Unidos,
con la finalidad de cumplir dos misiones principales: recabar información y
ejercer trabajo de sonsacamiento e influencia sobre sus allegados en el campo
profesional y en sus pupilos.
La burda trama inventada por
el FBI presupone que Cuba se serviría de potenciales agentes, a los que usaría
como topos o espías durmientes hasta que los mismos lograran ubicarse dentro de
cargos estratégicos dentro del gobierno norteamericano. Luego, llegado el
momento oportuno, los usaría como agentes activos en la búsqueda de información
sensible.
Según el FBI el
reclutamiento de estos potenciales agentes se ejerce por parte del
sonsacamiento ideológico entre estudiantes y profesores universitarios
radicados en aquellos estados cercanos a las sedes diplomáticas cubanas, es
decir, en Nueva York y Washington DC. De acuerdo con este montaje, oficiales de
la inteligencia cubana, bajo cobertura diplomática, serían los encargados de
recolectar la información y trasmitirla a la Dirección General de Inteligencia
(DGI) en Cuba.
El segundo caso, aún más
absurdo, se refiere a la existencia de un supuesto espía cubano, capturado en
EE UU mientras se encontraba espiando las actividades de la Oficina Nacional de
Reconocimiento (NRO) y en cuya detención
participó activamente la sargento mayor Tessa M. Fontaine, quien recibió como
premio la Medalla de Bronce de la NRO.
Esta información, inicialmente publicada por The Washington Times el 22 de mayo pasado, bajo la firma de la periodista
Esta información, inicialmente publicada por The Washington Times el 22 de mayo pasado, bajo la firma de la periodista
De acuerdo con las fuentes
públicas, el supuesto agente de Cuba fue condenado a 13 años en prisión, en un absoluto
secreto, sin que se conozca su identidad y su ciudadanía, presumiblemente
cubana o norteamericana.
De acuerdo con la
información fabricada por la División de Investigaciones de Contrainteligencia
y Ciber-Contrainteligencia de la NRO, la captura del “agente” y el proceso de
interrogatorios se realizó en Chantilly, Virginia, durante cerca de 148 horas,
logrando documentarse por parte de Fontaine cerca de 16 horas de espionaje a
las instalaciones de la NRO por parte de la DGI de Cuba.
La NRO se ufana de la
existencia de un sofisticado y costoso sistema de inteligencia, el cual les
permitió detectar la interferencia e intento de monitoreo de la inteligencia
cubana.
Tal
noticia, filtrada en ocasión del Memorial Day, meses atrás, sorprendió a muchos
medios de comunicación norteamericanos y a los propios expertos en ese campo.
Uno de ellos, Chris Simmons, el ex oficial de la DIA que investigó y capturó a Ana
Belén Montes, se ha mostrado sorprendido por el total hermetismo y secretismo
que rodea este caso.
Lo cierto es Fontaine,
actualmente miembro de la División de Contrainteligencia de la Oficina Nacional
de Reconocimiento, oriunda de Holyoke, Massachusetts, a la par que rodeada de
una hoja de servicios impecable –se dice que recibió en el 2013 la Distinción como
Suboficial del Año, a la par que estuvo acantonada, en 1998, en la base aérea
Lackland, de San Antonio, en Texas, además de prestar servicios en Kuwait e
Irak-, parece ser la figura usada para dar veracidad a un asunto que despierta
muchas suspicacias y dudas.
Lo interesante de este asunto es que un caso tan importante haya sido entregado a manos de una oficial de bajo rango, quien pese a haber recibido varias distinciones, todavía siga manteniéndose como sargento mayor. ¿Por qué, me pregunto, no se le ascendió luego de tan largo historial?
Lo interesante de este asunto es que un caso tan importante haya sido entregado a manos de una oficial de bajo rango, quien pese a haber recibido varias distinciones, todavía siga manteniéndose como sargento mayor. ¿Por qué, me pregunto, no se le ascendió luego de tan largo historial?
Muchas son las preguntas que
me hago sobre estos asuntos, luego de consultar varias fuentes. Conozco a
Simmons y entiendo sus dudas por el proceder de las autoridades de la NRO. Sin
embargo, viéndolo en la paradoja de oficial eficaz y diligente, así como
embobado por un enfebrecido afán de protagonismo, no me extraña que le endilgue
a Cuba el interés por la NRO para venderle información a China o a Rusia. Particularmente, esta manipulación está dirigida a viciar el acercamiento de Rusia con Cuba y otros países de Latinoamérica.
¿Qué interés tendría Cuba
por espiar a la NRO, encargada del diseño, fabricación, lanzamiento y mantenimiento
del sistema de espionaje satelital norteamericano? Para todos es harto conocido
que Cuba carece de programa satelital o espacial, tampoco cuenta con la
sofisticada tecnología para burlar el sistema de protección de la NRO, la cual
no representa una amenaza para ella.
¿Por qué se acusa a Cuba en
estos precisos momentos en que la campaña internacional por la liberación de
los aún presos injustamente –Gerardo, Ramón y Tony-, ejerce una presión
considerable sobre el gobierno de Obama?
¿No existe, acaso, en las
acusaciones infundadas del FBI y la NRO, la malsana intención de torpedear un
cada vez más posible canje entre los antiterroristas cubanos y el espía Alan P.
Gross?
¿Fabricó la administración
de Obama estas falsedades o le han sido impuestas por la ultraderecha
norteamericana, con la finalidad de que evite tomar una acción ejecutiva –potestad
suya-, para finalizar este conflicto que entorpece las relaciones bilaterales
entre ambas naciones?
¿Por qué se ocultan la
identidad del detenido, las pruebas relacionadas con su caso, si el mismo fue condenado a 13 años de prisión por un acto de supuesto espionaje activo? ¿No resulta importante para el público norteamericano la información sobre este hecho?
¿Por qué el FBI no muestra
realmente los documentos e identidades de los supuestos agentes cubanos que
operan en Estados Unidos, los cuales se vanagloria de poseer?
¿Por qué el FBI no señala a
cualquier ciudadano norteamericano al que se haya intentado comprar con
promesas materiales, chantajes u ofrecimientos sexuales para lograr su
reclutamiento por parte de los Órganos de la Seguridad del Estado de Cuba?
Si las autoridades
norteamericanas son capaces de probar estas dudas manifestadas a través de mis
preguntas, mostrarían seriedad en un asunto tan delicado. Por mi parte,
considero que estas acusaciones solo tienen como objetivo continuar la
permanente, deliberada e injuriosa satanización de Cuba.
Creo, sin lugar a dudas, que EE UU se mantiene en sus trece al tratar de impostar la opinión de que Cuba representa un peligro para su seguridad nacional, lo que no resulta cierto en realidad. Con esta sucia maniobra, repito, se pretende, sin lugar a dudas, empujar a Obama a un endurecimiento de su hostilidad hacia nuestra Patria. A la vez, le aporta un sugerente motivo para poner en duda las relaciones cubano-rusas, a la par que generar nuevas acciones mediáticas contra Putin.
Creo, sin lugar a dudas, que EE UU se mantiene en sus trece al tratar de impostar la opinión de que Cuba representa un peligro para su seguridad nacional, lo que no resulta cierto en realidad. Con esta sucia maniobra, repito, se pretende, sin lugar a dudas, empujar a Obama a un endurecimiento de su hostilidad hacia nuestra Patria. A la vez, le aporta un sugerente motivo para poner en duda las relaciones cubano-rusas, a la par que generar nuevas acciones mediáticas contra Putin.
Percy
Francisco Alvarado Godoy.
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